Desde el pasado 2 de marzo se presentó una falla en el pozo Lizama 158 de Ecopetrol, ubicado en el corregimiento La Fortuna de Barrancabermeja, Santander. Hasta el momento no se sabe a ciencia cierta cuál fue la razón por la que el pozo que estaba como ‘inactivo’ volvió a brotar crudo, inicialmente se dio una versión de un posible sismo que reactivó la presión en Lizama 158, pero días después fue descartada esta hipótesis, ni siquiera para Ecopetrol está clara la situación, así lo dijo Ricardo Curán, el vicepresidente de producción “No hay una explicación hasta ahora”.
Lo único que se sabe hasta el momento es que los 23.440 barriles de petróleo han dejado como consecuencia más de 2.460 animales muertos entre los que se encuentran babillas, peces, patos y culebras; 28 personas atendidas por afectación de los gases emanados, más de 15 familias reubicadas y una mancha de petróleo que se extiende por 24 Kilómetros sobre la quebrada la Lizama, Caño Muerto y el río Sogamoso.
Sin embargo, el país está sumergido en el profundo debate socio-político por ‘el que diga Uribe’ y su pelea con el ‘CastrochavismoQueNosVaAVolverOtraVenezuela’ y se olvidan que existe una región entera que sufre las consecuencias del más grande daño ocasionado a un ecosistema en los últimos 5 años, el mismo ecosistema que tardará algo más de 7 décadas en intentar recuperar lo que en 22 días perdió.
Es frustrante la situación, pero al mismo tiempo hace reflexionar sobre las cosas que están saliendo mal en Colombia, ¿Cómo es posible que haya más personas peleando entre ellas por un candidato político y no por los daños ocasionados a las personas y el hábitat? ¿Por qué hay más voluntarios recogiendo firmas y no ayudando a la emergencia ecológica? Solo tengo una explicación para esto, y es que el río no da tamales ni regala dinero por ir a ayudar.
Algo está realmente mal en un país cuando dejamos de lado la importancia de nuestro entorno por darle prioridad a nuestros intereses políticos, la agenda mediática esta acabando con la importancia de preservar nuestra naturaleza.
Es la hora de despertar y exigir que estas situaciones no vuelvan a ocurrir, que los responsables den una solución pronta a los daños ocasionados, que las entidades reguladoras para la explotación del entorno se apropien de un modelo más eficiente con menos consecuencias desastrosas y que las cabezas de cada departamento estatal den la cara al país, explicando porqué no actuaron de forma inmediata y con la efectividad que este problema merece.
Uds los periodistas que escriben estas columnas son en gran parte los causantes de esta polarización
Totalmente de acuerdo. Si la prensa y la televisión estuviesen más pendientes de la problemática social, esto no estaría sucediendo.