¿Son cancerígenas o conspirativas las redes 5G? Esto dice la evidencia

¿Son las redes 5G parte de una conspiración para controlarnos o matarnos lentamente?

Infórmate - Informativo

2020-07-16

¿Son cancerígenas o conspirativas las redes 5G? Esto dice la evidencia

Autor:

Miguel Cárdenas

 

Gran polémica ha suscitado en el mundo la aparición de la tecnología de transmisión de datos móvil 5G, principalmente por la aparición de bulos o noticias falsas que irónicamente han logrado gran calado en estos tiempos de la Era de la Información.

Por ello me he dado a la tarea de buscar respuestas claras sobre la “mala fama” que se está tejiendo alrededor de esta tecnología.

Las redes de comunicaciones 5G, son la quinta generación de esta tecnología que han revolucionado no solo al mundo sino la forma de comunicarnos de una forma más ágil y eficiente.

De acuerdo con una publicación de la Agencia Reuters, “los teléfonos móviles usan ondas de radio; ellos envían y reciben campos electromagnéticos de radiofrecuencia (CEM RF). Las redes 5G utilizan una ‘tecnología de conformación de haces’, que permite que los campos electromagnéticos de radiofrecuencia vayan directamente donde se necesita”.

Por su parte, el periodista Javier Flores en su artículo publicado en National Geographic, explica que “gracias a la tecnología 1G tuvimos voz, con 2G llegaron los revolucionarios mensajes de texto SMS, que posteriormente dieron paso al 3G (voz, texto, internet). Años más tarde llegó la banda ancha gracias al 4G, y gracias a ella podemos ver vídeos en streaming, reproducir canciones sin esperar a que se descarguen… Actualmente estamos acostumbrados a todo ello, pero hace unos años todo esto era impensable”.

La tecnología 5G es la evolución natural de la tecnología comunicacional digital inalámbrica que nos permitiría navegar 10 veces más rápido que con la fibra óptica.

A su vez, las redes 5G permitirán la conexión simultánea de más dispositivos que la media actual —como serían electrodomésticos, herramientas de cultivos, sensores digitales, coches autónomos, robots cirujanos, etcétera— con lo que se podrá alcanzar por fin el tan anhelado “Internet de las Cosas”.

Además, la latencia, o el tiempo de respuesta de la red al conectarse, llegaría a ser de milisegundos, lo que dejaría atrás el famoso “lag” o las incómodas pausas en las conexiones de video de nuestras reuniones virtuales, por ejemplo.

 

Las voces que se oponen

Sin embargo, según algunos grupos de ciudadanos como Ecologistas en Acción, de eso tan bueno no dan tanto.

De acuerdo con dicha organización las antenas de tecnología 5G traerían graves perjuicios a la salud no solo de las personas —aumentando los números de pacientes con algún tipo de cáncer—sino también de los animales y las plantas que estén cerca de dichos dispositivos.

El grupo alerta de que el despliegue de la tecnología 5G se está haciendo sin evaluar sus posibles efectos sanitarios y ambientales, a pesar de los contundentes y numerosos llamamientos científicos a aplicar el principio de precaución. 

“En 2017, Hardell (el texto de Ecologistas en Acción no especifica quien es o en donde ha trabajado y/o publicado sus estudios), científico en base a cuyas investigaciones epidemiológicas la OMS declaró las tecnologías inalámbricas como cancerígeno de nivel 2B, encabezó un llamamiento firmado por 180 científicos (en los buscadores consultados no se halló esta noticia) pidiendo a la Unión Europea una moratoria del despliegue del 5G hasta que se demuestre su inocuidad, pues ya se han publicado miles de artículos científicos que evidencian el daño producido por las anteriores tecnologías inalámbricas para la salud de las personas, pero también para los animales y para las plantas”.

Si bien es cierto que en 2006 la Organización Mundial de la Salud categorizó a las tecnologías de comunicación inalámbrica con la calificación de Cancerígeno 2B, esta clasificación corresponde a productos o elementos que tiene una posibilidad baja de ser cancerígenos, y no una probabilidad alta o altísima de serlo.

De hecho, de acuerdo a la misma calificación, son igual de potencialmente cancerígenos el aloe vera, los polvos de talco, la carne procesada, la naftalina, el café, la carpintería, la industria textil y la profesión de bombero.

Ecologistas en Acción sigue comentando que: “El 5G no se ha investigado previamente a su introducción. En 2018 se puso en marcha un nuevo llamamiento científico firmado ya por más de 100.000 investigadores, médicos, asociaciones y ciudadanas de 187 países pidiendo a la OMS y a la ONU que se detenga el despliegue hasta contar con evidencias de inocuidad (Tampoco se halló información de tal evento)”.

Por último, Ecologistas en Acción señala que los ciudadanos están siendo víctimas de un “despotismo tecnológico”. “Políticos y medios de comunicación, salvo honrosas excepciones, parecen estar más al servicio de la tecnología que de la ciudadanía”, agregan en su campaña contra las 5G.

Para ellos, la tecnología debería estar sujeta a un control democrático real. La ciudadanía debería estar informada de sus ventajas, pero también de sus posibles riesgos.

 

Que hay de cierto en lo cancerígeno del 5G

Eduardo Abril es ingeniero electrónico egresado de la Universidad Nacional de San Agustín con 25 años de experiencia en sistemas de telecomunicaciones; actualmente trabaja para una operadora de servicio celular en Estados Unidos.

En su columna semanal publicada en www.elbuho.pe, Abril señala que “5G no es ninguna conspiración. La tecnología de celulares también necesita de protocolos, y en su elaboración participan miles de ingenieros de muchos países. No es ningún secreto. Los protocolos están públicamente disponibles, y pueden ser descargados al buscar con ‘3GPP 5G’”.

El ingeniero explica que las ondas de radio comunicaciones son más seguras a frecuencias “más altas”, no más peligrosas. “Es porque a frecuencias de radio ‘altas’ la piel actúa como una barrera, protegiendo los órganos internos, incluido el cerebro. En cambio, las energías de frecuencia ‘extremadamente alta’, como los rayos X sí constituyen un peligro para la salud”.

Para Abril es sinónimo de confianza que entidades como el Instituto de Ingeniería Eléctrica y Electrónica IEEE y la Comisión Internacional de Protección de Radiación no Ionizante ICNIRP hayan realizado estudios sobre los riesgos para la salud, específicamente de la tecnología 5G; y no la encuentran más peligrosa que las tecnologías de telefonía móvil que la preceden.

De otro lado, la Agencia Reuters también hizo públicas sus pesquisas sobre el tema y le da la razón en varios aspectos a Abril.

“La comisión dice que el principal efecto que los campos electromagnéticos de radiofrecuencia tienen en el cuerpo humano es una mayor temperatura del tejido expuesto”, cuenta Reuters.

Según la publicación que cita a la ICNIRP, «Otra característica general de las Radio Frecuencias es que mientras mayor sea la frecuencia, menor es la profundidad de penetración de sus emisiones en el cuerpo. Como las tecnologías 5G puede utilizar mayores frecuencias (mayores de 24 GHz) además de las usadas actualmente (menores de 4 GHz), el poder de esas mayores frecuencias será absorbido principalmente a un nivel más superficial que el de las tecnologías de telecomunicaciones previas (…) Por ende, la exposición al 5G no causará ningún daño siempre y cuando se adhiera a las normas de la ICNIRP de 2020».

Reuters también reseña que Eric van Rongen, presidente de ICNIRP, dijo en video que no hay evidencia de que los campos electromagnéticos causen efectos en la salud como el cáncer, la electrohipersensibilidad, la infertilidad o alguna otra enfermedad.

 

La OMS y las medidas tomadas en Europa

Pese a lo dicho por Ciudadanos, la preocupación por los posibles daños a la salud de la tecnología móvil —incluyendo a las 5G— han sido una preocupación constante de entidades como la Organización Mundial de la Salud OMS.

Por ejemplo, esta publicó en 2006 el artículo Los campos electromagnéticos y la salud pública: estaciones de base y tecnologías inalámbricas, donde se consideraban los posibles daños relacionados con las tecnologías inalámbricas.

El texto detallaba que «teniendo en cuenta los muy bajos niveles de exposición y los resultados de investigaciones reunidos hasta el momento, no hay ninguna prueba científica convincente de que las débiles señales de Radio Frecuencia RF procedentes de las estaciones de base y de las redes inalámbricas tengan efectos adversos en la salud».

Sin embargo, la entidad no dejó de investigar y a lo largo del tiempo siguió en sus indagaciones.

De hecho, en febrero de 2020, la misma organización explicó en su estudio más reciente sobre el impacto en la salud de la tecnología de Radio Frecuencia —incluyendo la tecnología 5G— que «hasta la fecha, y después de muchas investigaciones, no se ha detectado ningún efecto adverso para la salud relacionado causalmente con la exposición a tecnologías inalámbricas».

Pese a este segundo estudio, la OMS sigue realizando evaluaciones de riesgos para la salud por exposición a radiofrecuencias, la próxima se espera que vea la luz en 2022.

Mientras salen otras investigaciones, la Comisión Europea ha decidido reglamentar con base en la evidencia actual los lineamientos para la instalación de antenas 5G.

El comisario europeo de Mercado Interior, Thierry Breton, citado por El Tiempo, explicó que el reglamento busca establecer los criterios físicos y técnicos de los puntos de acceso inalámbrico de área pequeña, o antenas pequeñas, que son «cruciales para el despliegue oportuno de redes 5G que brindan alta capacidad y mayor cobertura, así como velocidades de conexión avanzadas».

El reglamento especifica el impacto visual y estético de las antenas, el cual debe ser mínimo —bien siendo invisibles o montándose de manera que su estructura de soporte no resulte obstruida — además de que ratifica que las autoridades nacionales mantendrán la supervisión de su instalación y emisión de Radio Frecuencia.

El reglamento surge de la adecuación de la nueva normativa de telecomunicaciones de la Unión Europea vigente desde diciembre de 2018 tras varias consultas ciudadanas.

Según el comisario dichos lineamientos garantizarían “la protección de la salud y la seguridad de las personas, adhiriéndose a los estrictos límites de exposición de la Unión que, para el público en general, son 50 veces más bajos que lo que la evidencia científica internacional sugeriría que tiene algún potencial efecto sobre la salud”.

 

¿Y cómo estamos en Colombia?

En el país, se han instaurado varias tutelas para evitar la instalación de antenas de comunicaciones y en muchas la Corte Suprema de Justicia ha fallado a favor de los demandantes.

A raíz de estos fallos, para la instalación de las antenas 5G, el Ministerio de las Tecnologías de la Información y Comunicación publicó en 2019 su Plan 5G.

En él se especifica que la instalación y operación de esta tecnología será regulada por la Comisión de Regulación de Comunicaciones -CRC y la Agencia Nacional del Espectro-ANE.

“Asimismo, la Agencia Nacional del Espectro en línea con las funciones otorgadas por la Ley 1753 de 2015, reglamentó las condiciones que deben cumplir las estaciones radioeléctricas, con el objeto de controlar los niveles de exposición de las personas a los campos electromagnéticos y dictó disposiciones relacionadas con el despliegue de antenas de radiocomunicaciones”.

El texto también señala que el Artículo 309 del Plan Nacional de Desarrollo 2018-2022, modificó el parágrafo primero del artículo 193 de la Ley 1753 de 2015, “indicando que los alcaldes podrán promover las acciones necesarias para implementar la modificación de los Planes de Ordenamiento Territorial y demás normas distritales o municipales que contengan barreras al despliegue de infraestructura para la prestación de servicios de telecomunicaciones”.

 

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Miguel Cárdenas
Educador, politólogo de la Nacional, crítico, fugaz.