Si no es Fajardo, ¿no es nadie más?

Fajardo ha usado a su antojo a gran parte del Partido Verde para imponer sus intereses, eso ha hecho que lo cataloguen como un uribista en el closet, siempre favorece a la derecha.

Opina - Política

2019-10-22

Si no es Fajardo, ¿no es nadie más?

Autor: Óscar Iván Muñoz Giraldo

 

Parece que, lo que dice el titular de este artículo, es la máxima de Sergio Fajardo y su séquito de seguidores que se conoce como Compromiso Ciudadano. Y veamos por qué esta frase categórica se aplica a la forma cómo el matemático paisa, que incursionó en la política, se aplica perfectamente a su forma de relacionarse electoralmente siguiendo este postulado.

Sergio Fajardo fue alcalde de Medellín en un momento que significó un cambio para la ciudad, pero también en una contienda política en la que, muy hábilmente, se desmarcó de sus competidores realizando una campaña con un estrategia que fue innovadora para su momento, pues el repartir volantes en las calles y semáforos, además de subirse a los buses para contar sus propuestas de gobierno, lo hizo ver ante los ojos de los medellinenses como ese tipo diferente que no se parecía a los candidatos tradicionales.

Además, contaba con el respaldo de lo que por la época se conocía como el Sindicato Antioqueño, quienes lo veían favorablemente por su procedencia familiar. Esto significó una fuerte votación de opinión y un poco de estructura le permitieran ganar la alcaldía de la segunda ciudad más importante del país.

Una vez posesionado para la primera magistratura de la ciudad de Medellín, un año después comenzó a ejecutar su plan de desarrollo, ya que el ser nuevo en lo público le implicó comprender cómo funcionaba este sector, tiempo que tardó para que él y su equipo de trabajo se acomodaran en la silla del piso 12 de la Alpujarra.

Allí, con mucho acierto, emprendió obras, programas y proyectos que le significaron una impronta en su administración. Después de ello, este personaje quiso aspirar a otros cargos de elección popular en los que siempre ha sido la figura principal, teniendo éxito en algunos y otros no.

Pero cuando él no es la cabeza en las campañas electorales, su principal labor es poner una serie de candidatos que ni suenan ni truenan y así impedir que el centro o la izquierda puedan ganar los cargos en las contiendas en disputa, despejándole el camino a la derecha y los sectores tradicionales de la política para que estos puedan ser los ganadores.

Esta estrategia se viene aplicando sistemáticamente desde que Sergio Fajardo terminó su mandato como gobernador de Antioquia, otro cargo que sí alcanzó en cabeza propia, con el aval del Partido Verde y el apoyo de sectores independientes, de centro y de la izquierda.

Este fenómeno sucede incluso con Aníbal Gaviria, al que hoy Fajardo le hace el feo por no acomodarse al que este quiere, calificándolo como aliado de los corruptos.

Después de dejar la Gobernación, el apoyado para ir a la Alcaldía era el señor Alonso Salazar, quien había sonado como seguro candidato a la Gobernación, con lo que se podía repetir la fórmula aplicada después de su paso por la Alcaldía de Medellín en 2008, pero el ungido terminó siendo Federico Restrepo, un candidato que no tenía empatía con el electorado y así terminaron entregándole la Gobernación a Luis Pérez.

Para ese mismo periodo a Alonso Salazar lo fueron volviendo un candidato marginal para dejarle el paso libre a ‘Fico’, quien gozaba de mejor aceptación en el Grupo Empresarial Antioqueño – GEA.

Ya para las elecciones presidenciales en 2018, en un principio Fajardo no fue capaz de medirse frente a Claudia López y Jorge Robledo en un consulta electoral, y estos terminaron cediendo ante sus imposiciones. Por lo que le entregaron ventajas y espacio a Gustavo Petro, que se medía frente a Carlos Caicedo, y a Iván Duque, que se medía con Marta Lucía Ramírez y Ordóñez.

Esa pasividad con la que Fajardo se metió al centro y a los partidos que le acompañaban, le permitió a los otros candidatos tener más tiempo, recursos, exposición en medios y estrategias de campaña. Los miedos de perder una consulta se tradujeron en perder en primera vuelta, pues quien no es capaz de medirse en política está condenado.

Después de no pasar a la segunda vuelta presidencial, el señor Sergio Fajardo prefirió irse al Pacífico a mirar ballenas y mandar el mensaje a sus electores de que lo más acertado era la abstención o el voto en blanco, esto implicaba no apoyar la candidatura de Gustavo Petro que, para ese momento, recogía los votos de algún sector del centro y los de la izquierda, pero no los suficientes, lo que significaba allanar el camino para que Duque se posesionara en la Casa de Nariño. Fueron sus miedos y egoísmo los que hoy nos tiene bajo el gobierno del muy cuestionado Duque.

Para los comicios actuales sí que se evidenció que si no es Fajardo, no puede ser otro que gobierne desde el centro o la izquierda, pues al efecto se evidencia palpablemente en ciudades como Cali, donde su candidato del movimiento Compromiso Ciudadano no fue avalado por el Partido Alianza Verde y este decidió mantenerlo para restarle votos al candidato de este partido y posibilitar que crezca el candidato del Centro Democrático, siendo más grave aún que arrastró a Claudia López en su causa caleña, en contra de Iván Ospina que fue compañero de bancada de esta. Igual fenómeno se vive en Manizales donde no fue capaz de sumarse al candidato que los verdes tienen en esta ciudad.

Caso bien particular es el de Antioquia y Medellín, pues allí nuevamente se le atraviesa a una posible coalición de candidatos de centro y de la izquierda presentando dos candidatos que no suben de 4 % en las encuestas y que cumplen el mismo perfil para garantizar perder la elección, pues Mauricio Pérez y Beatriz Rave son nombres que comenzaron a sonar tarde a diferencia de un Daniel Quintero, o incluso su primo Santiago Valderrama y el mismo Aníbal Gaviria.

La actual coyuntura en la capital antioqueña demuestra que si se quiere derrotar al uribismo en su tierra es necesaria la unión de los candidatos alternativos.

Fajardo impuso a su candidata en la dirección nacional de los verdes, por encima de lo que las direcciones municipales y departamentales habían recomendado, con el afán de que esta se uniera más tarde a la campaña independiente de su primo, pero no contaba con que otros liderazgos del partido no le facilitarían este último camino.

Todo terminó obedeciendo así a los designios del GEA que apoya fuertemente al candidato del Centro Democrático, el delfín Ramos.

Para la Gobernación de Antioquia pretendía Fajardo repetir la misma dosis, pero en esta ocasión la estrategia no le funcionó, pues el Partido Verde en este escenario sí se hizo respetar y le otorgó el aval a Aníbal Gaviria, a quien en el pasado el partido ya había apoyado y, como se mencionó anteriormente, era fórmula de Sergio Fajardo en la alianza AMA – Alianza Medellín Antioquia.

Pero Gaviria hoy no sirve a los intereses fajardistas con los que pretenden despejarle el camino al candidato del uribismo, el señor Andrés Guerra, y donde Iván Mauricio Pérez no representa riesgo para Gaviria y así entorpecer su virtual elección como futuro gobernador.

En Bogotá, donde sacó algo más de un millón de votos, la fórmula estaba casi que cantada, su candidata sería Claudia López, que hoy y después de tener una enorme diferencia a su favor, posiblemente se defina su candidatura en una foto finish frente a Carlos Fernando Galán, hijo de Luis Carlos Galán, quien fuera muy buen amigo del senador Iván Marulanda, del que se puede, suspicazmente, pensar que de algún modo lo puede acompañar.

Pero lo cierto es que ese millón de votos en su totalidad a la final no eran de Fajardo, también eran de los hoy representantes y senadores del Partido Verde en Bogotá y hasta de la misma Claudia López, que falló en su cálculo electoral de mencionarlo desde tan temprano en los espacios de debate cuando debía ser ella la protagonista.

De esto se puede concluir que Fajardo ha usado a su antojo a gran parte del Partido Verde para imponer sus intereses, que termina siendo en gran medida los del GEA. Que con sus acciones favorece enormemente a candidatos de la derecha y del uribismo y eso ha hecho que lo cataloguen como un uribista en el closet.

Se puede concluir que, si no es él quien está a la cabeza en la campaña para ganar las elecciones, como sucedió con la Alcaldía de Medellín, la Gobernación de Antioquia y la primera vuelta presidencial, este hará todo lo posible para que no sea el centro ni la izquierda los que gobiernen y el estatus quo siga igual, pues un cambio en este sentido va en contra de los intereses de Fajardo Moreno, del GEA y otros sectores empresariales que le juegan a la apolítica electoral.

 

 

 

( 3 ) Comentarios

  1. Totalmente de acuerdo si seguimos por el mismo Fajardo nos volverá a hacer la misma necesitamos de un nuevo liderazgo que represente a la centro izquierda y en especial al partido verde.

  2. La mera realidad.Defiende los intereses del GEA.

  3. ReplyAdalberto vizcaino

    De que se alarman este tipo es y sera defensor acerrimo del uribismo y sus secuaces del GEA y sus similares nacionales. FAJARDO EL ENCUBIERTO..

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Óscar Iván Muñoz Giraldo
Abogado - Sociólogo.