Señor presidente: de mal en peor

Lo que sucede es bastante serio como para pretender ridiculizar la gestión gubernamental; además, el presidente solito se ha encargado de hacerlo.

Opina - Política

2020-01-23

Señor presidente: de mal en peor

Columnista: Hernando Bonilla Gómez

 

No le ha sido suficiente, al primer mandatario, con el nuevo escándalo de las chuzadas, en el que aparece implicado el saliente comandante del Ejército Nacional; tampoco el récord de líderes sociales asesinados durante este comienzo de año, el promedio es de más de uno por día, aunque para el fiscal general de la Nación, extrañamente, solo se puede hablar del homicidio de una persona con esa condición.

Mucho menos que floten cadáveres en los ríos, como sucedió en el río Atrato en días anteriores, o las amenazas de las desconocidas —para el director general de la Policía Nacional— Águilas Negras, a personalidades, servidores públicos, líderes y ciudadanos en general que defienden sus derechos, los de los demás y el planeta.

Amenazas y atentados que se extienden a quienes opinan diferente a como lo hace Gobierno y el partido de gobierno; para tomar las riendas del país, preocuparse por lo más importante, lo prioritario, y adoptar las medidas urgentes que se requieren para proteger a todas las personas en su vida, derechos y libertades y asegurar el cumplimiento de los deberes sociales del Estado, como es su obligación.

Presidente Duque: 

El asunto no se soluciona llevando dulces a los niños del Chocó, o recibiendo con honores a su admirado Juan Guaidó, dándole palmaditas en la espalda como muestra de apoyo a su encomiable gestión para restaurar la democracia en Venezuela, sin que haya aclarado su relación con Los Rastrojos, o viajando a Davos a la celebración del Foro Económico Mundial.

La mayoría de los nativos de su país, es decir sus verdaderos paisanos, Naciones Unidas y la comunidad internacional, en general, no están pendientes en este momento de los negocios y la inversión en Colombia, ni de su intervención en un asunto de los venezolanos, aunque usted diga que es el presidente de todos los colombianos.

Todos tienen los ojos puestos en la implementación del Acuerdo de Paz y en el horror que produce el aumento de los asesinatos selectivos de líderes sociales, defensores de derechos humanos, ambientalistas y excombatientes de las FARC. Entonces, preocúpese por gobernar, por demostrarle a sus connacionales que sí le interesa la vida y no solo tener contentos a los que lo llevaron al solio de Bolívar.

Actitudes como la de abstenerse de responderle a los periodistas sobre el tema relacionado con el incremento de los asesinatos de líderes sociales en lo que va corrido del año, como lo hizo en Tarazá, porque muy seguramente no estaba en la agenda y el asunto que se quería tratar o hablar era el de los pensionados, no es más que otra muestra de su desprecio por la situación agobiante de muerte en el país y concretamente en esa región del Bajo Cauca antioqueño.

Todos esos erráticos comportamientos no dejan duda de lo nefasto de su Gobierno y de los oídos sordos a las necesidades y reclamos urgentes del pueblo colombiano. Sin embargo, se queja porque la gente sale a protestar y a exigir sus derechos y libertades.

Por otro lado, las prioridades de algunos lo ponen a uno a preguntarse: ¿no será que nos merecemos los gobernantes que tenemos?

Hay personas en Colombia, como se comentó en un reconocido medio de comunicación, que se preocupan por la estética del diseño de la nueva cédula de ciudadanía digital ¡Hágame el favor!

Pero esa misma gente no se preocupa porque en el país del Sagrado Corazón la interceptación ilegal de comunicaciones, la censura a la libertad de expresión y opinión, y el asesinato de líderes sociales y defensores de derechos humanos, se nos están volviendo costumbre.

¡Para protestar, pero de irritación!

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Hernando Bonilla Gómez
Abogado. Comprometido con La Paz y los derechos humanos.