Paracamioneros

Opina - Política

2016-07-15

Paracamioneros

La lucha política sobre la terminación de la guerra es transversal a todos los conflictos de la sociedad colombiana, por ello, el tema de la paz está en el centro del antagonismo entre el gobierno y los camioneros.

Los intereses de trabajadores,  campesinos, estudiantes, mujeres, indígenas y afros están ligados  al éxito de los acuerdos de La Habana, en la medida en que el fin del conflicto armado implica la posibilidad de que estos sectores populares, por primera vez en la historia de Colombia, puedan movilizarse y organizarse para conquistar sus derechos, sin terminar asesinados por el ESMAD o el paramilitarismo.

Las demandas de los camioneros son justas y coherentes, desde el precio de los combustibles y los altos impuestos  hasta la defensa de su medio de trabajo, frente a la posible participación de multinacionales en el mercado de transporte de carga. No obstante, reclamos justos no son suficientes, menos cuando los propios camioneros los han dejado en segundo plano, pues lo que empezó como una protesta contra algunas políticas económicas del gobierno, es ahora una mera oposición a la política central de paz.

La mayoría de los camioneros están siendo utilizados como una herramienta (vehículo) de la extrema derecha para sabotear la implementación de los acuerdos de paz de La Habana y el plebiscito.

Grupos de camioneros han traicionado a su gremio y han pactado con el Centro Democrático para poner su movilización al servicio de las consignas contra la paz, a favor de la guerra y contra el plebiscito, olvidando los reclamos legítimos por los cuales iniciaron su protesta.

Otros camioneros han caído víctimas de su ignorancia y de las mentiras del uribismo y han terminado renegando de la posibilidad de terminar el conflicto armado del cual han sido víctimas, lo que es una necesidad estratégica del movimiento social, (que incluye a los trabajadores del sector de transporte) debido a que, entre otras cosas, los acuerdos de La Habana (punto 2) obligan al Estado a dar garantías para la organización política y la protesta social.

La interés del Centro Democrático en los camioneros consiste en utilizarlos para crear un desabastecimiento de alimentos y otros bienes de consumo en las ciudades, y luego enviar el mensaje, con su discurso engañoso e incendiario, de que la escasez es  consecuencia de los diálogos de paz y de que Colombia se parece a Venezuela, generando un ambiente adverso al plebiscito.

Los principales enemigos de los camioneros no se encuentran pues en el gobierno, ni en los ciudadanos que no se solidarizan con su causa. Los camioneros tienen a su enemigo adentro, son los que vendieron su protesta  para que fuera instrumentalizada por la ultraderecha, con esto, han enterrado  su legítima causa y pusieron a un amplio sector del pueblo colombiano en su contra: aquellos que creemos en la salida negociada al conflicto y en la paz con justicia social.

No es sorprendente que el MOIR, sector dominante del Polo, se sienta muy cómodo de la mano del uribismo apoyando el paro camionero,  pues el MOIR es en esencia un sector de la derecha colombiana vestido de izquierda, que con su treta de “defender la producción nacional” esconde su defensa de pequeños tiranos criollos en diferentes sectores de la economía nacional y que no son mejores que las multinacionales.

Imagen encontrada en redes sociales

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La ultraderecha colombiana  no es amiga de los camioneros, por la sencilla razón de que los camioneros, al igual que todos los campesinos y obreros, son trabajadores y la ultraderecha es la representación política de los sectores públicos y privados que viven de parasitar el esfuerzo y el sudor de los asalariados.

No debe haber lugar a dudas entre los transportadores: el uribismo hace oportunismo con su protesta social y niega los derechos laborales, prueba de ello es que ejercieron el poder durante ocho años reprimiendo, persiguiendo y asesinando mediante paramilitarismo  a cualquiera que discrepara de sus políticas, que ciertamente son las mismas políticas económicas y sociales que aplica el gobierno actual, políticas que son causas de la crisis social y se conocen por el nombre de neoliberalismo. En lo económico y en lo social, los gobiernos de Santos y Uribe han sido iguales.

Solo el tiempo permitirá saber cuál es el pago que reciben los camioneros que hacen de sirvientes del uribismo en este paro, tal vez un aval electoral o tal vez nada, de hecho, es probable que cuando las justas demandas de los camioneros se vuelvan incómodas para sus padrinos,  que hoy fingen apoyarlos, o el objetivo de impedir la paz se halla logrado, la ultraderecha les dará la espalda y quedaran solos para enfrentarse al gobierno, pues el movimiento social, en buena hora,  no se ha solidarizado y no debe apoyar un paro al servicio del paramilitarismo.

Mucha razón tenía Bolívar cuando dijo: “Nos han dominado más por la ignorancia que por la fuerza”. Es lo que se viene a la mente, cuando se escucha a un líder camionero diciendo: “Este es un gobierno chavista, que le quiere entregar el país a las multinacionales”.

 

Publicada el: 15 Jul de 2016

( 3 ) Comentarios

  1. Todo negocio debe tener la rentabilidad adecuada, y en las economías de mercado como la nuestra, la sana competencia y una mínima intervención del gobierno deben determinar las condiciones que determine los precios y la consecuente rentabilidad.
    Sin embargo en el caso del transporte, porque tienen la capacidad de presionar a los gobiernos y los ciudadanos, se pretende que se les garantice la rentabilidad que quieren.
    ¿Cómo garantizar una rentabilidad de un negocio liberal? ¿estamos de acuerdo con el cartel del cemento o de los pañales? entonces ¿por qué apoyamos la fijación de precios para los fletes?
    Sin embargo cuando se tuvo tabla de fletes, fueron los camioneros los que violaron la tabla. Es decir quieren que les den una tabla y que los obliguen a cumplirla, ¿será capaz el gobierno de hacer cumplir lo que sus mismos beneficiarios no quieren cumplir?
    ¡Que insensatez!
    Creo que la chatarización debe continuar con el apoyo del gobierno, pero abogo a las partes para que tal proceso se desarrolle sin corrupción.

  2. Y siguen justificando la ineptitud de Juan Manuel Santos y su equipo en la figura de Alvaro Uribe. Y pensar que tipos dizque «inteligentes» arman este cuentazo. Por que no habla de los peajes por ejemplo y de lo fácil que seria para el gobierno bajárselos a los camioneros solamente. Que fácil seria cumplir la orden de una de las altas cortes que solicito excluir algunos componentes de la formula del precio de la gasolina lo que haría bajar los costos de los fletes. Que fácil seria que el Ministro de transporte tuviera estudios hechos sobre el terreno de cuanto cuesta movilizar la carga para controvertir con cifras a los lideres de paro. Que fácil seria promover un programa serio de chatarrizacion y de reubicacion para los camiones que generan sobre oferta. Pero lo mas fácil para los ineptos del gobierno es hacer nada y echarle la culpa a Uribe. No sin antes poner a ladrar a los «periodistas» como el autor de esta columna.Seriedad por favor.

  3. Aja, lo del oportunismo de políticos que se oponen al acuerdo de paz y que recientemente han emitido apacibles y conciliadores mensajes los cuales sorprenden ya que no corresponden a su estilo, es evidente, pero… y entonces porque el gobierno no se sienta a escuchar y negociar con el gremio, si son causas justas y si saben que este sector les puede afectar sus planes de medio plazo?

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Rodrigo Rossi