Países de Latinoamérica están protestando al mismo tiempo, ¿qué sucede?

Tres países han estallado en protestas que parecen no tener fin: Chile, Bolivia y Colombia han estado alzando la voz hacia sus gobernantes. Las razones y lo que ellas implican, a continuación. 

Opina - Política

2019-11-30

Países de Latinoamérica están protestando al mismo tiempo, ¿qué sucede?

Autor: Farid Castilla Hernández

 

Voces que claman una mejora social y política, esa es la realidad que se vive en los territorios latinoamericanos en nuestro tiempo. En Venezuela, Nicaragua y Haití se denotan acusaciones de corrupción y medidas impopulares por parte del gobierno de cada país, que son el combustible para que el pueblo pida a gritos un cambio estructural e inminente de sus dirigentes.

En Honduras, el presidente Juan Orlando Hernández fue señalado por la Fiscalía de Nueva York por utilizar dinero del narcotráfico para financiar su campaña electoral, esto le dio pie a sus gobernados para salir a las calles y exigir la renuncia de su mandatario.

Pero las situaciones más recientes son las que han llevado a la cúspide del descontento al pueblo latinoamericano. No es sorpresa para nadie del globo que en estos días, por simple coincidencia o movidas del azar, tres países han estallado en protestas que parecen no tener fin: Bolivia, Chile y Colombia.

Pueden confundirse estos acontecimientos simultáneos como algo orquestado por manos ajenas a los países en cuestión o, como algunos indican, puede pensarse, por la coincidencia de las protestas, que los países de América Latina están luchando por las mismas problemáticas. Pero esto último, en parte, llega a ser una gran falacia.

Para diferenciar las circunstancias que aquejan a cada territorio tenemos que darnos cuenta de que esto no es un inconformismo en contra de una rama política en específico.

El pueblo latinoamericano en el fondo no está cansado de un gobierno de izquierda o de derecha, los gobernados están exhaustos de irregularidades sociales y políticas que los están vulnerando todos los días, pero sin mirar el color del partido.

En Chile las protestas surgieron por un alza al precio del metro que iba a realizar el presidente Sebastián Piñera siguiendo una recomendación de un panel de expertos del transporte público. La decisión a tomar modificaba el precio del metro, iba ascender de 300 pesos a 380, que son aproximadamente 1,17 dólares.

Pero esto solo viene siendo la gota que rebosó el vaso, porque si fijamos nuestra mirada en el retrovisor, Chile, aunque sea un país con un crecimiento económico altísimo, presenta unas cifras de desigualdad claramente alarmantes.

Como muestran las estadísticas, el 1% más adinerado del país se quedó con el 26,5% de la riqueza en 2017, mientras que el 50% de hogares de menores ingresos accedió solo al 2,1% de la riqueza del país, según datos recopilados por la CEPAL. A estos datos, les sumamos también unos incrementos en costos de luz, agua y una crisis en el sistema público de salud.

En Bolivia las protestas se están llevando a cabo porque a los ciudadanos defensores de la democracia les pareció una falta de respeto que Evo Morales fuera elegido de nuevo presidente y que, acto posterior, se conociera que fue electo de forma irregular, según un informe entregado por la OEA. Esto causó que Evo renunciara porque los militares le dijeron que, si no quería golpe de Estado, era lo mejor que podía hacer.

En Colombia, la última nación que despierta de estas tres, presenta malestares de descontento por múltiples razones, las cuales principalmente radican en la falta de financiación y compromiso por parte del Gobierno con la educación pública, el asesinato sistemático de líderes sociales que va en aumento, y algunas presuntas reforma laborales y salariales que se iban a implementar e iban a desencadenar malestares en la sociedad.

Como hemos podido evidenciar, los temas por los cuales se están presentando las diferentes protestas en estos países de América latina son divergentes en forma y en sustancia. No estamos peleando contra una ideología política, contra un partido o contra un grupo de personas específico, estamos alzando la voz por las irregularidades sociales presentes en cada uno de nuestros territorios, con la coincidencia de que está pasando al mismo tiempo.

Pero, como lo dije anteriormente, esto es solo una parte, porque la otra, la parte que muestra un punto en común, se encuentra evidenciada en el nuevo informe realizado por el Fondo Monetario Internacional titulado “Perspectivas económicas de las Américas frustradas por la incertidumbre”.

En dicho informe, claramente evidencian que “el crecimiento de América latina y el caribe se ha desacelerado de 1,0% en 2018 a 0,2% en 2019”, lo que nos traduce que nuestro crecimiento económico como región, que se espera que vaya creciendo, está bajando de forma rápida.

Y para rematar, la noticia perturbadora: la CEPAL nos muestra que la pobreza aumentó del 30,1% al 30,8%, y la pobreza extrema del 10,7% al 11.5% que vendrían siendo un total de 72 millones de pobres extremos.

En resumen, nuestra región, no está creciendo económicamente sino que está retrocediendo, cada vez somos más pobres y hay muchas más personas en pobreza extrema, los ricos son más ricos y los pobres son más pobres.

Con esto se nos hace claro diferenciar porqué Chile, Bolivia y Colombia han estado alzando la voz hacia sus gobernantes. Como pudimos ver la primera razón es por situaciones específicas de cada extensión territorial, y la segunda es porque la región de América Latina está haciéndose cada vez más pobre y desigual, relacionando lo que pasa dentro de cada país. Las voces se están alzando, el pueblo está cansado, no de partidos políticos, sino de ineptitud política.

 

 

Foto cortesía de: @eiyco, @jhossmarulanda, @jorgecallephotography

 

 

( 1 ) Comentario

  1. Si, señor, la politiquería de extremos: izquierda yderecha solo hace arder pasiones en nuestros pueblos para crear o mantener elites sobre enriquecidas mientras los pueblos se sumen cada vez más en la desigualdad y la injusticia.

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Farid Castilla Hernández
Estudiante de Derecho de la Universidad Militar Nueva Granada, creyente de las libertades e igualdades.