No es un secreto que estamos en el mes de las promesas. Nos encontramos en una contienda electoral y los candidatos buscan cautivar votos así sea con mentiras, pero es preciso acotar que como ciudadanos debemos tener claro de la importancia del Derecho al Sufragio Universal y la dificultad que hemos tenido que afrontar a través de la historia para acceder a este mecanismo de participación ciudadana, donde a través del voto el pueblo ejerce soberanía.
Una de las bases fundamentales de la Democracia es el voto universal, es decir, la participación de todos los ciudadanos sin ningún tipo de discriminación es parte de la esencia. Fue en la antigua Grecia, específicamente en Atenas, donde se empezó hablar de Democracia, ya que los nobles de Atenas se reunían en la EKKLESIA (Asamblea de ciudadanos) para debatir la situación política, adoptar leyes, tratar temas de orden público y organizar las finanzas de la “Polis” ciudad – estado de la antigua Grecia.
Pero esa Democracia no era tan real, ya que en Atenas, la participación de los ciudadanos en las Asambleas era restringida, pues solo la ARISTOCRACIA Ateniense era la que podía tomar decisiones, los esclavos, las mujeres, y los pobres no tenían acceso a esa mal llamada Democracia, por lo tanto, no existía equidad e inclusión social. De igual forma la civilización Romana mantuvo la misma discriminación, ya que el voto estaba sujeto a la posición social y económica de los ciudadanos.
En la época de la Edad Media, y posteriormente en la consolidación de las monarquías absolutas, era impensable hablar de democracia y de la participación popular mediante el sufragio universal, pues la designación del monarca era por voluntad divina.
La revolución francesa permitió abrir un espacio importante en la participación popular, fue un momento de sueños e idealismo, el pueblo había tomado la decisión de labrar su propio destino, cansados del yugo de la tiranía por parte de las monarquías, y por esto, el pueblo toma la decisión de construir las bases para un futuro mejor, es el comienzo de nuevos horizontes políticos y económicos, se empieza hablar de la soberanía popular y de los derechos a la libertad e igualdad.
Pero llama la atención que estamos en el siglo XXI y aún seguimos sufriendo los flagelos de las tiranías, ya no hablamos de aquellos monarcas que manipulaban y sometían al pueblo, ahora hablamos de clanes familiares y de personajes que tienen sed de poder y manipulan a los votantes para obtener el triunfo en las contiendas electorales.
Es despreciable observar cómo en estas épocas electorales se aprovechan de la necesidad y del hambre del pueblo, pues prometen comida, casas, lotes, calzado y demás prebendas para cautivar la atención del electorado, es así como ilusionan a los más necesitados.
Por eso, es necesario que tomemos conciencia y rechacemos a los mercaderes del sufragio que juegan con la necesidad del pueblo, les colocan valor a las personas y los obligan a que voten por determinado candidato coartando la libertad del derecho al sufragio universal.
Es la hora de transformar a un país, a una región. Es el momento de que ejerzamos la soberanía popular, que hagamos valer nuestro derecho y deber constitucional, como lo es el voto; no permitamos que nos coaccionen a votar por un determinado candidato, ya pasó la época de las monarquías y de las tiranías, vivimos en un país donde se profesa que es un Estado Social de Derecho, por lo tanto, asumamos responsabilidades y votemos por candidatos que estén alejados de las estructuras mafiosas.
Recuerden que los mercaderes del sufragio tienen que recuperar el dinero que invirtieron en las campañas costosas, por eso, analicemos a los candidatos, es el momento de abrir nuevos horizontes y empezar a construir las bases para un mejor país.