Después de debates, entrevistas, foros, declaraciones y cientos de piezas de campaña, ya cada quien debería tener claras sus intenciones electorales. Si su voto está claro, es de suponerse que ya supo lo que su candidato opina y a lo que se compromete en los temas de su interés.
Por dos temas me muevo en la vida, son la causa de mi activismo: los derechos de las personas LGBT y los derechos de las mujeres, especialmente a una vida libre de violencias. En esos dos temas, tres candidatos se muestran con propuestas serias y con un discurso claro: Sergio Fajardo, Gustavo Petro y Humberto de la Calle.
Los otros dos candidatos, no tienen nada al respecto. O mejor, sí tienen: Propuestas de retroceso. Nada nuevo en unos partidos políticos que JAMÁS han apoyado derechos para población LGBT y que se muestran tibios cuando se trata de derechos de las mujeres.
Aplica para Vargas Lleras, que además, se ha esmerado en mostrarse como un cafre en esta campaña, y aplica para el elegido del Ubérrimo que pretende ser presidente, sin tener experiencia de ninguna índole y, cuyo mayor mérito, fue saber cuántos pares de crocs tenía el jefe. Por eso, y por ser muy manejable, fue “el que dijo Uribe”. Impresentable.
Iván Duque, el más opcionado, según las encuestas (en las que simplemente me niego a creer después de tantas contradicciones), ha recibido con alegría el apoyo público de gente tan peligrosa como la que sostiene las estructuras de Kiko Gómez en La Guajira o los Aguilar en Santander (ambos condenados por delitos como homicidio y paramilitarismo).
Y cuenta con dos “nuevos mejores amiguis”: Viviane Morales y Alejandro Ordóñez. Ella y él, homofóbicos ilustres. Morales, la del Referendo inconstitucional para impedir que los homosexuales adopten, que ha transitado por tres partidos en esta sola campaña, y que ha negociado “sus” votos, como quien trastea borregos. Y Ordóñez, sacado de la Procuraduría, por corrupto, tras años de abusar de sus funciones y cargo, persiguiendo a los homosexuales y opositores políticos.
Así que de este candidato, su campaña y equipo, solo cabe esperar retrocesos en los derechos de las personas homosexuales, bisexuales y trans. Para la muestra, Baena, del Mira (¡ay las veleidades electorales!), propuso en el Congreso, sacar a la gente LGBT de la JEP. Un dato ahí, para quienes siendo L, G, B o T piensan votar por Duque. O para quienes sin serlo, apoyan esta causa de la igualdad.
Permítanme repetirlo: Uno tiene que ser muy marica, para ser marica y votar por Duque, o por Vargas Lleras.
Estas elecciones son las primeras presidenciales en las que las Farc no son protagonistas. Los que alimentan el miedo, porque con miedo la gente busca la “mano fuerte” y se empieza a creer en “mesías” y “salvadores de la patria”, quieren convencernos de que esas Farc (que han cumplido mejor el compromiso que el mismo Gobierno y que sacaron la pírrica suma de 50.000 votos en las legislativas) son un peligro real que nos llevará a otro invento: el tal castrochavismo, ¡Pura carreta!
Entre mis amigos y conocidos hay mucha gente que votará por Petro, o por Fajardo o por De la Calle y es maravilloso que haya tres opciones tan decentes para elegir. Las discusiones no deberían estar entre nosotros, estos tres candidatos tienen propuestas claramente liberales de pensamiento, incluyentes, respetuosas de la diferencia, además, respetan el Acuerdo de Paz y se comprometen a cumplir lo pactado. Los otros dos quieren hacerlo trizas, no se les olvide.
El próximo domingo hay que salir a votar. La opinión e indignación en redes sociales, NO elige presidente. Madrugue a votar, invite a sus conocidos, familiares, amigos. Votar es la forma en la que podemos cambiar este país. La abstención no es el camino.
La gente joven tiene una tarea importante. Que no pase lo que ocurrió con el referendo por la paz, si mucha gente sale a votar, se reduce el margen de maniobra de quienes se oponen al Acuerdo de Paz o a los derechos civiles.
Mi voto será por De La Calle. Su experiencia en llegar a consensos con gente complicada, su propuesta, él como persona, su temperamento, la manera ponderada como ha manejado su campaña, su compromiso por la paz, me causan mucha tranquilidad. Si se pudiera votar tres veces, mis otros dos votos serían por Fajardo y Petro, sin dudarlo.
Así que, a votar gente. Mientras este sea un sistema democrático, la respuesta está en el voto.
Nótese la salvedad: mientras este sea un sistema democrático que respete la separación de poderes y no llegue a la presidencia gente a la que le gusta cambiar articulitos en la Constitución.
Foto: Sentiido.com
Siempre lo he dicho! Qué tal las maricas de ultraderecha, a ver si terminan empaladas en la plaza de Bolívar como escarnio público, a revivir nuestra historia y las persecuciones de Laureano Gomez
De acuerdo con esta columna, no sigamos con un continuismo de terror, demostremos un cambio, un nuevo porque y un para que
Ya le mostraron este artículo a Claudia López, porq me gustaría oír la madriada! Ella/el ya tiene los votos de gran parte de su comunidad comprometidos, como quien «arrea borregos»