Los que ‘sufren’

Las personas con discapacidad, señor alcalde, no sufrimos. Expresiones como la suya, no solo son discriminatorias, sino que, además, coadyuvan a seguir alimentando estigmas e imaginarios sobre nuestra población.

Opina - Sociedad

2018-12-15

Los que ‘sufren’

El pasado 11 de diciembre y, tras la insistencia de los líderes y lideresas de la población con discapacidad de la ciudad de Medellín, se llevó a cabo por parte de la administración Municipal, una “rendición de cuentas” en la que más que rendirle cuentas al grupo poblacional, lo que hizo el alcalde y su equipo, fue una presentación de los programas existentes para dicha población en la ciudad.

El hecho en sí, requiere un tratamiento especial que ameritaría otra columna. El caso es que, en ese evento del pasado martes, el alcalde Federico Gutiérrez, se refirió en su intervención a las personas con discapacidad, como “los que sufren discapacidad”.

Expresión equivocada y desafortunada por parte del primer mandatario de la ciudad; quien, al parecer, no sabe que desde el año 2006, existe un instrumento jurídico internacional, que no solo dignificó a las personas con discapacidad, sino que, además, le permitió a dicha población, hablar por sí mismos, estableciendo diálogos horizontales con gobiernos y sociedad civil.

Dicho instrumento es la Convención de los Derechos de las Personas con Discapacidad, promulgado por la ONU, el 3 de diciembre de 2006 y ratificado por Colombia en el año 2009, mediante la Ley 1346.

Las personas con discapacidad, señor alcalde, no sufrimos. Expresiones como la suya, no solo son discriminatorias, sino que, además, coadyuvan a seguir alimentando estigmas e imaginarios sobre nuestra población.

Además, Señor Gutiérrez. Usted como primera autoridad de la ciudad, debe ser ejemplo y contribuir decididamente a la promoción de buenas prácticas, no solamente entre sus funcionarios, sino a todo el conglomerado social de la ciudad.

Expresiones como esa, alcalde, nos llevan a un retroceso de más de 25 años, donde a la persona con discapacidad se le miraba con pesar y lástima, pues era considerada enferma. Un paciente crónico al que, en todo caso, hay que tenerle piedad, pues sus padecimientos son tan horribles, que con él no hay más que hacer.

Expresiones como esa, afectan los procesos de transformación social de las personas con discapacidad, su dignidad, capacidad, autonomía e integración, en una sociedad gobernada por los prejuicios y las formas más brutales de discriminación.

El artículo 8 de la Convención nos habla sobre la toma de conciencia; que no es otra cosa que la eliminación de estereotipos e imaginarios sociales que favorecen la discriminación e invisibilización de la población con discapacidad.

Nosotros no somos ciudadanos de segunda, a los cuales hay que hacerles todo, hasta hablar y luchar por ellos. No, señor alcalde. Entérese, que hace mucho tiempo nosotros hablamos y decidimos por nosotros mismos.

No necesitamos héroes ni adalides que nos reivindiquen, porque por fortuna, lo podemos hacer. No somos un lastre ni una carga para el sistema. Somos ciudadanos conscientes de nuestros derechos y deberes.

No negamos nuestras discapacidades, pero tampoco queremos que se nos anule por causa de ellas. Por ello, exigimos respeto, porque sin hechos no hay derechos.

Desde esta tribuna, lo invito, señor alcalde, a que se rectifique públicamente con la población, porque desde el lenguaje se puede incluir, pero como en este caso, también se puede discriminar.

Rectifíquese alcalde. Aproveche su gran popularidad y la imagen de tipo bacán que suele proyectar, haciendo patria. Dando buen ejemplo y dignificando a un grupo poblacional históricamente excluido, subestimado e invisibilizado por todos.

Rectifíquese alcalde, dejando por un momento su show y concentrándose en referirse a nosotros con respeto, como los ciudadanos que somos.

No es con expresiones de lástima o pesar. No es con limosnas o conmiseraciones.

Es con el reconocimiento pleno de derechos, acciones afirmativas, ajustes razonables y, en general, con buenas prácticas con las que se nos apoya.

Todos necesitamos de todos y la armonía social, solo se alcanza, incluyendo, respetando y apoyando a los demás.

No olvidemos que somos como dice Alberto Cortez, “los demás de los demás”.

Foto cortesía de: Semana.

( 4 ) Comentarios

  1. ReplyAlfonso J. Vergara V.

    Es importante para nuestra comunidad y en general para la población mundial entender que la discapacidad no es una enfermedad, es un estado con el que las personas integran su vida a toda la sociedad, hacen parte fundamental para el desarrollo de toda la economía y son esencialmente seres humanos.

  2. Muy buena la.explicacion, pero tampoco es para maxificar como los medios de.comunicacion que distorcionan la.informacion en un 95%; en el comentario aparte de dar una expresion no debida o que quizas asi la entiende el alcalde, donde se refiere a los programas y proyectos para Ustedes, asi como otros proyectos que hace la adminsitracion publica, entonces no exageremos los comentarios, por que no vayan a caer como los que se autodiscriminan sin ser discriminados y ademas Ustedes no mencionan ni agradecen los programas y proyectos que hizo y esta haciendo la Administracion por ustedes y toda la comunidad o es que no esta haciendo nada, es solo una expresion?

  3. Tanta violencia y agresión que leo en ese texto. Bien por la solicitud, que se haga efectiva la retractación del alcalde, por la expresión utilizada, que pudo ser una «simple» equivocación. Sin embargo, se exige respeto al tiempo que se irrespeta. Ojo por ojo y quedaremos ciegos

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Mauricio Ceballos
Mauro Ceballos Montoya (Junnio), es abogado, comunicador social-periodista, amante de la literatura, la música, la radio y los animales. persona sensible, buen amigo, alegre y optimista. le gusta hacer las cosas bien y por eso es algo perfeccionista. no le gustan las injusticias y trata de no quedarse callado, aunque a veces es difícil. tiene la costumbre de malpensar, porque dice que así está más consciente de su realidad. por último, quiere compartir con usted, este pequeño escrito que en mucho o en parte, lo condensa todo: Puro humano. Soy juez y parte, fiscal y defensor, luz y oscuridad, ángel y demonio, egoísta y altruísta, tímido y despierto, soy la duda y la razón, lo ideal y lo absurdo, creyente y necio, trasparente y mentiroso. Soy la contradicción perfecta, humanidad pura.