Los ‘falsos positivos’, versión Santos

Cuenta Santos en su libro que los falsos positivos se trataban del «llamado “conteo de cadáveres” que se utilizó en Vietnam con resultados nefastos. Esto terminó por convertirse en un incentivo perverso que algunas personas sin moral utilizaron para beneficiarse».

Infórmate - Conflicto

2021-02-23

Los ‘falsos positivos’, versión Santos

Columnista:

Diana Abril 

 

En el Capítulo VIII del libro La batalla por la paz, cuenta Juan Manuel Santos, en casi tres páginas, cuáles fueron sus acciones como ministro de Defensa por los falsos positivos que según la JEP están incluidos como el Caso 3 de los 7 casos que investiga y que apenas va en la primera fase de la pesquisa, en la que «por lo menos 6.402 personas fueron muertas ilegítimamente para ser presentadas como bajas en combate en todo el territorio nacional entre 2002 y 2008». La JEP además menciona que los seis territorios críticos priorizados por la Sala de Reconocimiento, en en el Caso, son Antioquia, Costa Caribe, Norte de Santander, Huila, Casanare y Meta. 

De dicha investigación, que ha causado revuelo por la diferencia en las cifras dadas por unos organismos y otros, el exmandatario y premio nobel sostiene en su libro sobre la terrible práctica:

«(…) estaba montado un sistema de recompensas por el abatimiento de cabecillas o miembros de la guerrilla y de estímulos a los comandantes militares que produjeran más resultados frente al enemigo. Era el llamado “conteo de cadáveres” que se utilizó en Vietnam con resultados nefastos». Dice Santos que «terminó por convertirse en un incentivo perverso que algunas personas sin moral utilizaron para beneficiarse».

Además de ello, Santos cuenta: «Comenzaron a aparecer denuncias de posibles situaciones en que militares se extralimitaban en sus funciones y ejecutaban a civiles por fuera del combate. (…) Se trataba de una completa aberración que contrariaba no solo el honor militar sino la más mínima noción de dignidad humana».

Santos, sustenta la creación de un comité de seguimiento a las denuncias instauradas y la orden que dio sobre agotar «todos los recursos disponibles para que, en el caso de muertes en combate, la diligencia de levantamientos y todas las pruebas preliminares fueran realizadas por la policía judicial y no por la tropa».

Menciona el expresidente que desde que los medios denunciaron las desapariciones de jóvenes en Soacha, fueron «aún más contundentes en combatir dicha práctica inhumana. Después de su relato, el expresidente agregó:

«Conformé una comisión especial de investigación, liderada por el mismo general que comandaba la JOEC, una vez recibidas sus conclusiones, tomé la determinación —que avaló el presidente Uribe— de llamar a calificar servicios a ventisiete miembros del Ejército, incluyendo tres generales». Dice Santos: «No serían los únicos».

A partir de las acciones de Santos como ministro, cuenta él que «decenas de oficiales, suboficiales y soldados han sido condenados o están siendo procesados». A mayo del año anterior, iban 1740 condenas. El expresidente, además, afirmó que luego de meses difíciles y duros: «(…) la consigna sería la siguiente: más vale un desmovilizado que un capturado, y más vale un capturado que un dado de baja».

Esto dio cabida al anuncio de la nueva doctrina, en el Club de Suboficiales del Ejército, por parte de Santos, argumentando que «un desmovilizado trae información y produce desasosiego y desmoralización en el enemigo mientras que cada muerto se vuelve un mártir más.

Cabe agregar que, la doctrina de Vietnam, se trata de crímenes de lesa humanidad que por medio de una cartilla compartida por la JEP y titulada Acerca de los crímenes de lesa humanidad y su aplicación en Colombia se hace referencia a este concepto, que resaltan teniendo como base varios requisitos: «que la existencia y conciencia del ataque, la generalidad o la sistematicidad, así como la calidad de población civil de las víctimas de los crímenes perpetrados, son elementos definitorios comunes de tal categoría». Esas características describen a cabalidad los delitos perpetrados en contra de miles de inocentes, que todavía no sabemos cuántos, pero que, de seguro, con el paso del tiempo nos acercaremos a la cifra real.   

Para finalizar, Santos sostiene que las acciones tomadas por él y relatadas en su libro, fueron la forma de poner «fin a la nefasta doctrina “Vietnam”» y agregó: «Por supuesto, esto no cayó muy bien en la Casa de Nariño». Aunque, el exmandatario afirmó que la comisión especial creada en su Ministerio fue avalada por Uribe, puede que en su disposición para contarle a la JEP lo sucedido, describa el porqué de que a pesar de darle fin a la nefasta doctrina; a la Casa de Nariño, en cabeza de Uribe, no le haya caído bien ese tan apropiado y anhelado final. 

 

( 1 ) Comentario

  1. Santos tiene tanta culpa a más en este asunto de las falsos positivos: este hombre fungió como ministro de defensa del Gobierno de Uribe, y si la GEP sigue guardando cautela e informando a los colombianos con la integridad que ha demostrado hasta ahora, deberá llamar a este hombre para que responda por su delito de omisión y haber permitido que asesinaran a 6400 jóvenes pobres, hasta ahora, porque esta cifra se va a duplicar seguramente.

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Diana Abril
Exbecaria de la Organización de los Estados Americanos (OEA). Administradora pública. Integrante de la Asociación Colombiana de Correctores de Estilo, miembro de la Red de Investigadores Latinoamericanos, editora junior de la revista Justicia y Derecho de la Universidad del Cauca, asesora y consultora académica y par evaluador ocasional de la revista Nova et Vetera de la Escuela Superior de Administración Pública.