Los dueños de los medios de comunicación y de las grandes empresas en Colombia

La tergiversación de la información repercute no solo en el contexto político, sino en todos los contextos, y violenta múltiples derechos constitucionales.

Opina - Medios

2020-02-12

Los dueños de los medios de comunicación y de las grandes empresas en Colombia

Autora:

Diana Carolina Abril Giraldo

 

La relación de la prensa con el poder político es un asunto interesante que da cuenta de cómo se ha querido limitar e inclusive impedir el derecho de los ciudadanos de informarse y el deber de los medios de comunicación y los periodistas de informar.

En Colombia se ha podido observar cómo son difundidas las noticias de acuerdo con la filiación política que tenga el medio de comunicación, incluyendo en ocasiones al periodista que trabaja para dicho medio. Además, el hecho de que los dueños de los mass media, a su vez, suelan ser dueños de conglomerados empresariales, se opone a lo estipulado en algunos de los puntos de Los códigos deontológicos:

Informar de manera veraz, exacta, amplia y oportuna; investigar e interpretar desde el interés público (del pueblo, de la sociedad civil, de los ciudadanos, del bien común de la sociedad) y fiscalizar con independencia a los poderes del Estado, del mercado y de la sociedad civil. (Gómez, s.f.)

Así también, se viola de forma constante el artículo 9 del Código de Ética de la Unesco, que dice:

El periodista velará porque el público tenga acceso a una información fidedigna de los hechos, manejados objetiva e imparcialmente. Asimismo, verificará y comprobará la información con precisión y claridad.

La relación de poder de los grandes empresarios de Colombia con los medios de comunicación se demuestra con varios casos. Empezando por el hombre más rico del país.

Luis Carlos Sarmiento Ángulo es el dueño de medios como: El Tiempo, Portafolio, Llano 7 Días, Boyacá 7 Días, ADN Bogotá, ADN Cali, ADN Medellín, ADN Barranquilla, Revista Don Juan, Lecturas Dominicales, Revista Carrusel, Motor, Elenco, Bocas, Revista Aló, City TV, Canal El Tiempo, además de sus 10 empresas en versiones digitales.

Pero adicional a las empresas de comunicación, Sarmiento Angulo es dueño del Grupo Aval, el cual está conformado por el Banco de Bogotá, Banco de Occidente, Banco Popular y el Grupo BAC (Credomatic), Corficolombiana (la corporación financiera más grande de Colombia) Porvenir (fondo de pensiones y cesantías) y algunas filiales a nivel nacional y mundial de acuerdo con información de dicho conglomerado.

Otro de los empresarios más reconocidos es Carlos Ardila Lülle, quien es el dueño de RCN Televisión, RCN Radio, Mundo FOX, RCN Cine, NTN24, WIN Sports y RCN Novelas.

El industrial, considerado como el tercer hombre más rico del país, también es propietario de las bebidas Postobón S. A., Projugos, Iberplast y Heineken en Colombia. En materia automotriz es dueño de Los Coches y Los Autos.

Sin embargo, allí no termina todo. Ardila Lülle, es dueño de Incauca S. A. S., Ingenio Providencia, Sucroal S. A., Sotará, Grupo Núcleos de Madera e IPBJ S. A., entre otras organizaciones.

Al igual que, el Grupo Empresarial Santo Domingo que, a través del Valorem S. A., cuyo propietario es Alejandro Santo Domingo, tiene bajo su «imperio económico» medios de comunicación como Canal Caracol, El Espectador (Comunican S. A.), Blue Radio y Cromos.

A su vez, este grupo es dueño de las más de mil tiendas de cadena D1 (Koba Colombia), además de las empresas: Cine Colombia, Refocosta, Ditransa, San Francisco Investments y Gases del Caribe, según Monitoreo de Medios.

Cabe agregar que, Alejandro Santo Domingo fue uno de los donadores de la campaña del presidente Duque.

De igual modo, según Monitoreo de Medios, la familia Gómez & Hernández, es dueña del Periódico El Colombiano, La República, Periódico Q’hubo, Periódico Gente, Revista Viernes, Revista Turbo, Revista Resumen, Revista Generación, Juegos y Retos, Revista C para Ti, Revista Nueva, Revista Deportes, Elcolombiano.com, Gente.com.co, Qhubo.com, Revista YOK, Revista Paladares, Revista QuéMePongo, también tiene participación en Colprensa, el Grupo Nacional de Medios y Periódicos Asociados Comercializadora Ltda.

Dentro de los más ricos de Colombia también se encuentra Jaime Gilinski Baca, dueño del Grupo Gilinski, el cual compró, el año anterior, el 50 por ciento de Revista Semana.

Como se puede observar, se trata de cinco grandes empresas, controladoras, en algunos casos, no solo del comercio en general, sino del comercio de las comunicaciones.

En el primer caso, Luis Carlos Sarmiento, dueño de alrededor de 27 medios de comunicación y más de 6 grupos financieros en Colombia. Para el segundo caso, el empresario Carlos Ardila Lüle, dueño de 7 medios de comunicación y de más de 10 organizaciones empresariales. En cuanto al tercer caso, el empresario Santo Domingo, propietario de 4 medios de comunicación y 5 empresas. Una de esas (como ya se mencionó) conformada por más de 1300 tiendas de cadena en 24 departamentos.

El cuarto caso, corresponde a la familia Gómez Hernández, dueña de más de 17 medios y con participación en otros. Y en el último y quinto caso, Jaime Gilinski Baca, propietario de la mitad de uno de los medios más influyentes en el país: Revista Semana y, además, del Banco GNB Sudameris, Plásticos Rimax y Productos Yupi, según la comunidad financiera Rankia.

Cabe agregar que, de acuerdo con Monitoreo de Medios, hay otros dos dueños de medios de comunicación: La familia Galvis, propietaria de los periódicos Vanguardia Liberal de Bucaramanga, con participación accionaria en El Universal de Cartagena, La Tarde de Pereira, El Nuevo Día de Ibagué y La Patria, de Manizales. Por su parte, la familia Lloreda es propietaria del periódico El País, de Cali.

Se trata, en general, de los dueños de más de 62 medios de comunicación y más de 22 compañías con diferentes actividades comerciales y con una cantidad exorbitante de sedes por todo el país y el mundo.

Aunque es cierto que, estas empresas ofrecen a los colombianos una cifra considerable de empleabilidad, también lo es que, un gran porcentaje de colombianos, están bajo el mando de tan solo esos pocos conglomerados empresariales.

Violación de derechos

Pues bien, siendo, así las cosas, es importante traer a colación la parte legal, compuesta por los derechos relacionados con la información. En el país, este derecho está regulado en el artículo 20 de la Constitución Política de Colombia así:

Se garantiza a toda persona la libertad de expresar y difundir su pensamiento y opiniones, la de informar y recibir información veraz e imparcial (…). Estos son libres y tienen responsabilidad social. Se garantiza el derecho a la rectificación en condiciones de equidad. No habrá censura.

De igual modo, el derecho a la información está regulado como un derecho civil y político, en el artículo 19, del numeral 2, así:

Toda persona tiene derecho a la libertad de expresión; este derecho comprende la libertad de buscar, recibir y difundir informaciones e ideas de toda índole, sin consideración de fronteras, ya sea oralmente, por escrito o en forma impresa o artística, o por cualquier otro procedimiento de su elección.

Además, a nivel mundial, el derecho a la información está establecido en el artículo 19 dentro de los 30 Derechos Humanos contemplados por las Naciones Unidas y se refiere a lo siguiente:

Todo individuo tiene derecho a la libertad de opinión y de expresión; este derecho incluye el de no ser molestado a causa de sus opiniones, el de investigar y recibir informaciones y opiniones, y el de difundirlas, sin limitación de fronteras, por cualquier medio de expresión.

Entonces, no se trata solo de un derecho constitucional, civil y político, sino de un derecho humano, violado de distintas maneras, tanto en contra del que informa, como del que se quiere informar.

Las nuevas alternativas

Pero bueno, aparte de toda la parte legal, otro alivio, son los ahora existentes medios digitales, alternativos e independientes como Pacifista, La silla vacía, Cuestión pública, La nueva prensa, Verdad abierta, El shabbat o este desde el cual escribo, La oreja roja. No se puede dejar a un lado a Noticias Uno, noticiero independiente de los poderes económicos y políticos. Y tampoco, a los investigadores, periodistas y otros profesionales independientes, que utilizan blogs y diferentes plataformas como YouTube para informar de manera transparente.

No obstante, estos, no son suficientes competidores frente a los grandes medios que normalmente han acaparado la información en Colombia y cuentan con el dinero y el poder suficiente para manipularla a su antojo.

Ahora bien, estas personas y medios de comunicación independientes y alternativos, se han tratado de mantener con las «uñas» a través de un proceso arduo, con el fin de seguir develando verdades y aclarando información que los dueños del «cuarto poder», en su mayoría, medios tradicionales, quieren tapar.

Sin embargo, resulta que, los hombres más ricos del país no solo son dueños de ese cuarto poder, sino tienden a serlo también del Poder Ejecutivo y el Legislativo por la influencia que representan. El Poder Judicial aún cuenta con alguna (aunque poca) permeabilidad frente a dicha influencia.

En todo caso, los medios independientes y alternativos no son suficientes para contrarrestar la influencia tergiversadora por conveniencia y por parte de algunos dueños de medios de comunicación.

Por lo tanto, al no ser suficientes, esa tergiversación de la información termina repercutiendo no solo en el contexto político, sino en todos los contextos y, violentando el derecho constitucional (número 20), el derecho humano (número 19) y el derecho civil y político (también número 19) con el que cuentan los colombianos y todos los habitantes del mundo. Además de la violación constante de los códigos de ética y deontológicos de los profesionales de la comunicación y de quienes hacen uso de ella.

 

( 4 ) Comentarios

  1. EXCELENTE ESTUDIO.
    Esto determina por que seguimos gobernados por los mismos.

  2. Muy pertinente el artículo.

  3. La pregunta es ¿Cómo financiar la prensa independiente?
    Porque si eso no es posible, no hay medio que aguante, y aunque los medios digitales son mas económicos de producir, el buen periodismo cuesta.

  4. Valioso y agudo análisis Diana Carolina. La democracia en Colombia se secuestró sutilmente desde hace varias décadas por parte de los grupos económicos, pero ese largo cautiverio la ha debilitado hasta tal punto, que practicamente ya no opera en bien del pueblo. Solo cuando el pueblo despierte y tome consciencia de su verdadero poder (especialmente en las urnas), se liberará y empezará a sanar.

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Diana Abril
Exbecaria de la Organización de los Estados Americanos (OEA). Administradora pública. Integrante de la Asociación Colombiana de Correctores de Estilo, miembro de la Red de Investigadores Latinoamericanos, editora junior de la revista Justicia y Derecho de la Universidad del Cauca, asesora y consultora académica y par evaluador ocasional de la revista Nova et Vetera de la Escuela Superior de Administración Pública.