Los amigos de De La Calle

Humberto de la Calle podrá asegurar cumplimiento en lo pactado en La Habana, pero jamás representará la lucha contra la corrupción.

Opina - Política

2018-01-23

Los amigos de De La Calle

“Si para llegar a la Presidencia debo pactar con los corruptos, prefiero no ser Presidente.” Gritó Humberto De La Calle en el lanzamiento de su plataforma política el pasado 15 de enero en Bogotá. En tarima aplaudió la cúpula del liberalismo.

Estuvo Olga Lucía Velásquez, exsecretaria de gobierno de Samuel Moreno y aspirante al Senado; Juan Carlos Lozada, candidato a la cámara de representantes, y a quién el consejo de estado le anuló su elección por falsedad en la votación; también estaba la tía de Lozada, quién lleva 16 años en el concejo de Bogotá; también estaba la candidata a la Cámara por Bogotá, hija de Venus Albeiro Silva, después que al papá lo expulsaran del Polo por salvar el plan de Gobierno de Peñalosa, y que misteriosamente se ha hecho rico con su fundación Chiminigagua como contratista del Distrito.

No se quedó atrás el hijo de Germán García Zacipa, actual concejal de Bogotá que apoya a su papá en su aspiración por la Cámara de representantes, a pesar de haber ocupado el último puesto en la evaluación de su gestión de la corporación ‘Bogotá Cómo Vamos’. Aplaudió hasta más no poder el hijo de Serpa, Horacio, que a pesar de haber hecho una gestión mediocre, ocupando el puesto 22 en gestión en el Concejo de Bogotá aspira llegar al Senado. Eso sí el único que no pudo aplaudir fue Álvaro Ashton por culpa de las esposas con las que anda puestas desde la picota, y que fue vital para De La Calle en la consulta interna.

El evento de lanzamiento de Humberto fue preparado por su jefe de campaña: Daniel Quintero, un jovencito paisa, excandidato al Concejo de Medellín por el Partido Conservador, para que no digan que la única conservadora dentro del partido es Vivian Morales, fue fundador del ‘Partido del Tomate’, que vociferaba a diestra y siniestra su desprecio por los partidos políticos tradicionales, lanzando tomates a rabiar, hasta que se agotó de hacer teatro y optó por ser candidato a la cámara por Bogotá por el partido liberal de la mano de Simón Gaviria, para luego ser director de Innpulsa y Viceministro TIC. Todo un engañabobos. Hasta yo casi le creo.

Y es que viendo semejante lista de eminencias, con pergaminos tales, solo se puede llegar a una conclusión: para ser candidato por el liberalismo se tiene que ser corrupto, inútil o hijo de alguien más. Por ello sorprende la consigna anticorrupción de Humberto quien aspira a la jefatura del Estado y a gobernar en equipo con estos apoyos y candidatos dentro de su partido, ¿planea no pactar con los corruptos de su partido o con los de otras fuerzas políticas? ¿Todo fue a sus espaldas como cuando fue vicepresidente de Samper? ¿O hace parte de una estrategia de mercadeo para materializar en el discurso el sentimiento de rechazo de los Colombianos a lo que él representa?

Es tal el pacto de silencio de Humberto con la clientela politiquera y la maquinaria del Liberalismo que sacó corriendo del Partido a Vivian Morales, quien finalmente renunció. Le ganó además a otro político tradicional como es Juan Fernando Cristo y logró que Juan Manuel Galán ni se prestara para siquiera competir. Galán como tímido, pero potencial poder de contrapeso a De La Calle se diluyó junto con su equipo por falta liderazgo, ímpetu y brío del senador; algunos de sus apoyos se dejaron seducir por las clientelas de otros candidatos dentro del Partido y otros quedamos en solitario para intentar llevar a cabo la renovación liberal que anhelamos desde el 18 de agosto de 1989 cuando asesinaron a Luis Carlos Galán.

Humberto de la Calle podrá asegurar cumplimiento en lo pactado en La Habana, pero jamás representará la lucha contra la corrupción. Por ello se equivocan quienes piden a gritos una consulta entre candidatos de centro-izquierda como fórmula para llegar con fuerza a primer vuelta el próximo marzo.

Las coaliciones se dan en el terreno de la grandeza donde se busca dejar de lado las aspiraciones unipersonales en pro de una idea suprema, en este caso la paz. Este terreno se alcanza cuando los involucrados son versados en ideas bien sustentadas y que se alejan de cálculos politiqueros medidos en contratos, puestos y candidaturas futuras. Tal y como gran parte de los candidatos a Congreso que acompañan a De La Calle en su candidatura.

Adenda: César Gaviria, el jefe de debate de reelección de Santos y quien confecciona tras bambalinas las listas a congreso del liberalismo salió la semana pasada a criticar a Santos por repartir puestos. Todo un humorista, como todos los expresidentes en Colombia.

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David Cancino Quintero
David Cancino Quintero. Nostálgico liberal del siglo XVIII e hincha del Club Deportivo Los Millonarios.