Las reformas que le urgen a Colombia

Educación, corrupción, salud y justicia son los temas que los colombianos esperábamos escuchar de los candidatos al Congreso y a la Presidencia de la República.

Opina - Política

2018-03-06

Las reformas que le urgen a Colombia

Se acerca la hora “cero”, la hora de la verdad, el momento culmen que nos permitirá dar claridad a este oscurísimo panorama político que más que aportar soluciones y esperanzas de progreso, se ha convertido en un mal que se le suma a la ya larga lista de problemas que afectan a la sociedad colombiana.

Y es que esta pésima campaña política, que de política no ha tenido nada y sí mucho de electorera porque se ha desarrollado en medio de un ambiente enardecido por la mentira, la calumnia, el engaño, la ofensa y la violencia, no ha querido tener en cuenta que el país necesita reformarse para poder avanzar y en ese sentido me permito presentar mis apreciaciones con respecto a lo que los colombianos esperábamos escuchar de los candidatos al Congreso y a la Presidencia de la República.

Corrupción: Empezamos con este tema pues es el cáncer más agresivo que sin piedad corroe todo el cuerpo del Estado y le niega a la población las oportunidades de desarrollo, y por tratarse de la más grave enfermedad que sufrimos actualmente, esta no puede ser tratada con pañitos de agua tibia, necesita con urgencia un remesón tan fuerte como un terremoto de 10 grados en la escala Richter.

Lo primero es modificar ese esperpento de estatuto anticorrupción que está vigente a través de la Ley 1474 de 2011, una ley espuria, laxa e inofensiva, -el cáncer no se cura con acetaminofén- se requiere que esta ley contemple normas durísimas como: Perdida inmediata de investiduras y fueros, cero rebajas de penas para los culpables así colaboren con la justicia, no a la casa por cárcel ni tampoco reclusión en cantones militares, devolución total de los dineros robados con intereses por los perjuicios causados, extinción de dominio a todos los bienes a su nombre o a nombre de familiares hasta el quinto grado de consanguinidad y de lazo político, pérdida inmediata y total de todos sus derechos civiles, incluida la muerte política para él y todo su círculo de familia hasta el 10 grado de consanguinidad y lazo político.

 

Política: Debe presentarse una reforma política sería que le sirva al país y no a los politiqueros, que contemple normas de obligatorio cumplimiento, que en primer lugar conlleve a una verdadera separación de poderes, el Concejo Nacional Electoral ha de ser un alto tribunal autónomo e independiente, poner fin a “yo te elijo tú me elijes”, acabar con las ternas para elegir directores de las “ias”, estos deben llegar a través de concurso de méritos y presentar exámenes preparados por la universidades públicas como la Nacional o la de Antioquia en asocio con el Icfes con garantías de total transparencia. Reducir los periodos de reelección de los congresistas, máximo 2 periodos, entre otros.

 

Justicia: De las reformas más urgentes es la de la justicia, lo primero, es deber deslindar la justicia de la política, mientras estén ligadas tendremos un sistema judicial perversamente electorero, que seguirá brindando garantías a la mafia y a la corrupción e inseguridad jurídica a los asociados. En Colombia hay algo más de 200 centros carcelarios que ostentan una sobrepoblación cercana al 200% por que la rama judicial no opera, es ineficiente y si a eso le sumamos una Fiscalía pésima, con directores dedicados a la política y no a dirigir una entidad que necesita prestar el servicio para el que verdaderamente fue creada, nunca podrá darse solución a la grave crisis del sistema penitenciario en Colombia y mucho menos cuando los aspirantes creen que el problema se soluciona ampliando la infraestructura penal y no generando políticas de prevención del delito.

Por último los jueces, fiscales incluido el fiscal general, magistrados de tribunales y altas cortes deben ser elegidos mediante concurso de méritos, mediante la presentación de exámenes de conocimiento preparados por las universidades públicas en asocio con el ICFES y la supervisión de un organismo internacional y no por recomendaciones ni ternas politiqueras que los convierten en funcionarios de bolsillo.

 

Educación: La única manera de cambiar los destinos de una nación y forjar un buen futuro para las nuevas generaciones es a través de la educación. Implementar la jornada única de modo que sea la excusa para que los colegios cobren más caro y se libre a los padres de tener hijos desocupados más tiempo en casa no sirve absolutamente de nada.

La jornada única debe estar sustentada en un programa educativo solido que incluya la adecuación de la infraestructura escolar para que los jóvenes tengan acceso a laboratorios de física, química, electrónica y electricidad, carpintería, soldadura, informática, campos deportivos y salones de arte y cultura, con docentes bien pagados que no tengan la necesidad de hacer paros año tras año y que además se preocupen por el enfoque que permita explorar las cualidades de los estudiantes para que se encaminen por un arte, un oficio o una profesión que les garantice un futuro lleno de oportunidades.

 

Salud: El sistema de salud en Colombia debe cambiar, la nefasta Ley 100 ha producido más muertes en Colombia por la ineficiencia en el sistema que los muertos que ha causado la violencia. De todos los políticos hemos escuchado el discurso populista con la promesa que de llegar al poder van a eliminar las EPS, pero lo que nadie dice, porque no lo tiene previsto ni lo ha estudiado, es cómo las va a reemplazar ni cómo operaria el sistema de salud si se llegan a eliminar las EPS y por ende derogar la Ley 100 o al menos reformarla.

Hacerlo a la topa tolondra solo va a redundar en problema social de gran envergadura, lo único que se puede  hacer es que el Estado retome las riendas del sistema, algo así como revivir el antiguo ISS, claro nadie se atreve a insinuarlo por el temor a que se diga que es una propuesta socialista, comunista, retrograda y que nadie va a permitir que le quiten la gallina de los huevos de oro a los “honestos empresarios” que se han enriquecido a costillas de la salud de los colombianos.

 

Si usted, amigo elector no ha escuchado estas propuestas de ningún candidato al congreso o a la presidencia de la república, si usted solo ha escuchado discursos llenos de odio, segregación, división, calumnia, infamia, mentira y lo invitan a la guerra, amigo elector mejor decídase a votar en blanco porque… #VotarConDignidadEsVotarEnBlanco

 

 

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Diego Luis Amaya
Ingeniero de Sistemas, no me siento ni a la izquierda ni a la derecha, amo mi país y estoy convencido que el poder de la palabra es mayor que el de las armas.