Las ratas del metro

Referirse a los pasajeros de un sistema de transporte subterráneo como ratas, no sólo es atrevido, sino denigrante. Sin embargo, el alcalde de Bogotá Enrique Peñalosa hizo esta afirmación públicamente.

Opina - Sociedad

2019-10-19

Las ratas del metro

Autor: Edgar Uruburu

 

Los cuentos siempre comienzan con: “en una lejana ciudad…” Pero esto, aunque parezca, ni es un cuento, ni es una lejana ciudad. Es nada menos que la capital de la República de Colombia y se llama Bogotá. Años atrás la llamaban la Atenas Suramericana porque se decía era una de las ciudades más cultas de esta parte del mundo, cosa que hoy en día está más que cuestionada en absoluta duda.

“Los cachacos” antes eran personas de un vestuario e intelectualidad muy distinguida, mientras que hoy en día se ha generalizado como “rolo”, término que no tiene el estilo y el ‘caché’ del que gozó esta ciudad por largo tiempo. Ahora se nota la falta de clase y la pérdida de criterio social y cultural.

Pero si vamos a ver el significado de rata a nivel de la Real Academia de la Lengua, encontramos que es un género de roedores miomorfos y que existen muchísimas especies en el mundo.

En Colombia, sabemos que hay una especie muy particular: es como se denomina a aquella persona que le gusta coger lo ajeno, y aunque debió ser asociado al término ratero, creo que todos lo vemos como parte de estos roedores, ya sean blancos, negros, grises o ratas rolas, paisas, costeñas, tolimenses, etc.

Volvamos a la relación metro subterráneo – ratas que plantea el ilustre alcalde con especializaciones y un doctorado que no existe y quien rige los destinos de la capital. Él, en una entrevista refiriéndose al metro subterráneo respondió despectivamente “que los pasajeros se meterán a los túneles como ratas”.

Hay que recordarle que las ratas viven en todas partes; ellas buscan la suciedad de la sociedad, están en los ríos canalizados, en las alcantarillas de las ciudades, en los lugares donde hay abandono, como por ejemplo la línea principal e insignia de Transmilenio como lo es la avenida Caracas.

En esa avenida no es raro ver pasar ratas tratando de escapar de las pesadas ruedas de los diésel rojos que conforman la flota “del mejor transporte del mundo” según palabras del mismo “doctor Peñalosa». Este hecho controvierte al burgomaestre con su desafortunada apreciación en la que trata a todos los pasajeros de los metros subterráneos como ratas.

Pasemos al término ratero, que es una persona que hurta cosas de menor valor y que en Colombia lo conocemos más coloquialmente como rata. Pero se ha retomado como algo más significativo, porque rata es aquel que le «hace conejo” a otro robándole algo, la novia, la mujer, o el que simplemente nunca devolvió un libro prestado, aquel que no gastó la tanda de “pola” que le correspondía y todo aquel que es mala gente.

En fin, nos quedaríamos enumerando la infinita cantidad de ratas que existen en el “país del Sagrado Corazón”. Incluso en el Senado de la República encontraron ratas en plena Sesión (cabe decir que esto es normal, pues el Capitolio está plagado de las ratas a las cuales nos referimos en el párrafo anterior).

Debemos sugerirle a la RAE que incluya también a los ladrones de mayor calibre, ¿o cómo debemos llamarlos? Por ejemplo, si es un alcalde que ha robado o ha hecho “chanchullos”, ¿nombrarlo como rata mayor en lugar de alcalde mayor?

Aunque esa tarea no debería ser exclusiva de la RAE sino de la conciencia social y del verdadero sentido de pertenencia que tenemos los bogotanos para defender a la ciudad, no sólo de los roedores, sino de los depredadores, que son aún más peligrosos porque se devoran a las ratas vivas.

Es decir que la rata mayor se devoraría a todas esas ratas que se meten a los metros subterráneos, pero también a las ratas de la calle para poder satisfacer sus ansias, mas no sus necesidades. Es que la rata mayor no tiene necesidades, y menos con las comisiones ganadas y las acciones o beneficios que tiene, gracias a sus jugadas con el sistema de transporte existente.

E incluso en una entrevista radial Gustavo Petro defendió sus argumentos del metro subterráneo diciendo que en el metro elevado hay hasta más corrupción que con Odebrecht.

Pero inexplicablemente las clases de menos recursos, o aquellas que a futuro se verán desfavorecidas por todo este tejemaneje, son las que, precisamente, más apoyan y defienden a estos funcionarios y candidatos, que hábilmente y gracias a la publicidad engañosa, a la radio y a las redes sociales, que hoy en día son el polvorín incontrolable que quema todo lo que hay a su paso, logran sacar una ventaja inexplicable por la falta de un verdadero accionar de un pueblo adormilado.

El pueblo se cree inteligente sin investigar y sin ir al fondo de los hechos; actuando más por sentimientos y manipulación subliminal que por cualquier otra razón.

En estos momentos la Alcaldía ha invertido más de 91 mil millones de pesos en publicidad con un argumento hasta contradictorio: “Impopulares pero eficientes”, donde a cada rato (al menos en radio) pasan estos comerciales para hacerle creer a la gente cosas como “cuida a Transmilenio, aunque no lo creas es una empresa 100% pública. Transmi es tuyo, es de todos…” Y al buscar en Wikipedia dice que los buses son de propiedad privada.

Esto bien podría calificarse con lo que antes eran los enfrentamientos entre “godos y cachiporros”, luego pasó a ser entre derecha e izquierda, o más acentuado entre ultraderecha y ultraizquierda, para finalmente incluir como un todo al castro-chavismo; con esta bandera los dueños del país inocularon en las venas de los colombianos su odio contra personas como Gustavo Petro y su Colombia Humana, quien a pesar de ser el principal denunciante de la corrupción en este país, al igual que Hollman Morris en la capital, “están entre los malos del paseo”. Y es aquí donde muchos van a decir que soy petrista, sin serlo.

Soy periodista en busca de la verdad y con la idea de que ojalá en este país un día nazca un líder como Jorge Eliecer Gaitán, que logre mover a las masas contra la corrupción, llámese como se llame: Colombia Anticorrupta, Colombia Sana, Colombia Libre, etc, etc.

Un líder de verdad que encuentre el camino del desarrollo humano y social para alcanzar una unión verdadera y pacífica, y no un innombrable que cada día quiere más y más guerra, y además sucia.

Necesitamos un líder que genere prosperidad para todos, y no uno cuyo negocio sea crear el caos, el miedo y la injusticia por causa de las muertes de sus opositores, de los líderes sociales y de aquellos que quieren un país diferente, un país donde ya no haya más sangre, más dolor y más y más lápidas regadas a la vera del camino.

Entonces, ¿usted prefiere ser una rata negra o blanca?, o simplemente una rata más del metro subterráneo, como lo expresó el alcalde Enrique Peñalosa; o una de las ratas que pululan debajo de los puentes, donde cientos de indigentes han acomodado sus camas, las casitas de sus mascotas, sus cocinas y lo peor de todo, sus baños, que desprenden un olor horrible a orines y mierda.

En una columna anterior escribí sobre este tema y una lectora comentó que no pudo seguir leyendo porque le dio asco y repugnancia. Debe ser que ella nunca ha pasado cerca de un puente peatonal o debajo de los puentes de autos como el Primero de Mayo con Avenida Boyacá, donde los transeúntes tienen que usar tapabocas para no vomitarse.

Con el metro elevado serán más y más kilómetros y kilómetros de esta misma panorámica de la vida real. Es decir, que aparte de encontrarse con suciedad e inseguridad de todo tipo, tendrá que enfrentarse a las ratas que acechan para robarle sus pertenencias, para atracarlo y tal vez dejar en su cuerpo heridas que serán no sólo las señales de la violencia, sino que posiblemente dejarán en usted heridas mentales que lo llevarán al psicólogo o al siquiatra (algo parecido dice un comercial de la alcaldía en las emisoras, acerca de los conductores de buses del sistema cuando tienen accidentes ocasionados por los colados. Dicen que estos conductores y sus familias sufren de traumatismos psicológicos ocasionados por quienes actúan corruptamente).

De acuerdo con la diferenciación de conceptos, cuál sería su respuesta si en una encuesta le preguntaran qué prefiere ser:

a. Una rata del metro subterráneo

b. Un creyente de las ratas corruptas

c. Víctima de las ratas que le acechan afuera del metro elevado, al aire libre pero contaminado

 

 

Foto cortesía de: Revista Semana

 

 

( 7 ) Comentarios

  1. Excelente artículo Edgar, como siempre aterrizado y centrado.

  2. Y, porque en ves de un solo líder. El pueblo se junta en un solo liderazgo Colombia parece mas una monarquía que una democracia.

  3. Tal como esta expuesto, solo el avance de las ideas permitira a ir mas allá de los extremos derecha – izquierda a ser Conscientes. Investigacion sin engañifas.

  4. Sí muy válido y muy cierto. Lo importante sería mantener el orden, la paz y la justicia. La monarquía siempre ha estado latente pero nosotros ingenuamente nos creemos libertados…

Responder a Edgar Uruburu Cancelar la respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Edgar Uruburu
Comunicador Social-Periodista@uniLibertadores Posgrado en Finanzas Públicas de la ESAP. Buscando la verdad en un mundo complejo... Paz y justicia para todos... Mi pensamiento no refleja el de mi familia ni el de laOrejaroja.com