Autora:
Stephania Aldana Cabas
El impulso reciente de Petro de ser candidato a la presidencia viene desde el 2018 cuando se presentó como candidato del partido político Colombia Humana, considerado de izquierda. En ese momento, Petro pasó a segunda vuelta contra Iván Duque, candidato del partido Centro Democrático (uribista). Sin embargo, Gustavo obtuvo solo el 41,81 % de los votos, mientras que Duque ganó con el 53,98 %.
Después de esta fallida carrera a la presidencia, Petro se volvió a inscribir como candidato presidencial tras una alianza entre Colombia Humana, otros movimientos y partidos políticos que conformaron el Pacto Histórico. Por ello, el próximo 13 de marzo, por medio del sufragio, los cinco candidatos de esta coalición se enfrentarán para ser el candidato único de la alianza para las presidenciales.
Así, el camino hacia su segunda candidatura ha tenido varios tropiezos que no lo han dejado bien parado a él ni a la coalición.
Posible anexión de otras corrientes al Pacto Histórico
La reunión entre Gustavo Petro y César Gaviria llevada a cabo el pasado lunes, 28 de febrero, en el municipio de La Calera, Cundinamarca, evidenció una posible alianza con el Partido Liberal, en cabeza de Gaviria si Petro llega a ser elegido como candidato presidencial dentro de la consulta del Pacto Histórico.
Este plausible acuerdo contradice la idea de Petro de «no formar alianzas con los partidos tradicionales, ya que se estaría gobernando con las mismas familias, élites políticas y monopolios económicos», que promulgó en 2018, durante la campaña a la presidencia.
Además, la reunión ha sido mal vista por políticos, periodistas y participantes del Pacto Histórico, pues consideran que esta estrategia para obtener mayor votación iría contra los principios de la alianza.
No obstante, este no es el primer intento de Petro para hacer tratos con otros políticos, luego que a principios de febrero de este año, tuvo conversaciones sobre una posible alianza con el exalcalde antioqueño, Luis Pérez Gutiérrez, quien es amigo cercano de Álvaro Uribe Vélez, y durante su labor como dirigente de Medellín fue clave para la puesta en marcha de la Operación Orión, en 2002.
Tras esta reunión los militantes de la alianza del Pacto Histórico rechazaron la anexión de Pérez, que no pasó de una charla, según el antioqueño.
La fórmula vicepresidencial de Petro
En el debate «Conversaciones de país» realizado por Caracol Televisión, el pasado 18 de febrero, tras la ronda de preguntas sí, no o se abstiene, Petro no contestó al interrogante si la fórmula vicepresidencial debe ser el segundo en votación de la coalición.
Este hecho dejó en entredicho si Gustavo Petro considera o no a sus compañeros como una fórmula viable para la vicepresidencia, o, por otra parte, buscará a su aliado a la presidencia en otro espacio o partido político.
No obstante, esta no es la primera vez que Gustavo no acepta al segundo lugar de la consulta interna como su colega en la campaña presidencial. En 2018, Petro después de ganar como candidato presidencial no escogió a Carlos Caicedo, sino a Ángela María Robledo, lo cual muestra que es probable que Petro no vea entre los demás precandidatos de la coalición a su fórmula vicepresidencial.
Declaraciones sobre la situación entre Ucrania y Rusia
La invasión militar de Rusia a Ucrania no solo afecta a los habitantes de ambos países, sino que de seguir el conflicto bélico, la violación masiva de derechos humanos y el fallecimiento de civiles y soldados, se podría generar una crisis energética mundial por la posible escasez del suministro de gas, además del aumento de los precios al generar un desequilibrio entre la oferta y la demanda.
Asimismo es de notar que los gasoductos del Kremlin proporcionan hasta el 40 % del consumo europeo de gas. Por esto, no es posible para Europa, por ahora, prescindir del suministro ruso.
Ante esta situación el tuit de Petro «[…] Europa ahorcada por la economía fósil está a punto de caer en su tercera guerra europea. Una guerra por el gas. América Latina en paz puede aprovechar para crecer […]» no contempla las implicaciones para el país que podría tener este conflicto en temas de tratados comerciales, acuerdos y relaciones internacionales con Rusia.
El Pacto Histórico dejó por fuera parte de su capital político
Algunos petristas como Gilberto Tobón Sanín no entraron en la lista del Pacto Histórico después de que sus aliados propusieron una lista cerrada. En entrevista con el Colombiano, Tobón indicó que «esa práctica política es común en los partidos tradicionales en Colombia, que no obedece a un procedimiento democrático».
Gilberto Tobón es un abogado penalista y profesor universitario con más de 430 mil seguidores en Twitter, quien le hubiera aportado varios votos al Pacto Histórico de estar en su lista al senado.
Otro capital político que dejó pasar por alto de las listas de la coalición fue Miguel Ángel del Río, abogado penalista y con especialización en criminología que ha llevado varios casos de defensa de derechos humanos. Sin embargo, dio un puesto en la lista a la cámara por el Atlántico a Agmeth Escaf, actor y exesposo de la ex coordinadora de Comunicaciones de la campaña de Petro, María Antonia Pardo (@NanyPardo).
En cambio, el Pacto Histórico anexó a sus listas personas que tienen poca o ninguna trayectoria en la política, como es el caso de Susana Boreal, una joven artista antioqueña que inscribió su candidatura a la Cámara de Representantes, y a pesar de ser una posible representación de los jóvenes, su escasa experiencia y participación política no garantiza obtener los votos para que el Pacto Histórico pueda obtener la mayoría de las curules en el legislativo.
Otro de los casos es el de Pedro Hernando Flórez, el noveno en la lista al senado y la cuota de Armando Benedetti en el Pacto Histórico, pues a pesar no tener recorrido en la política o como funcionario público, en realidad tiene a su espalda uno de los grupos políticos tradicionales del Atlántico.
Las conexiones de Pedro Flórez darían a entender que un sector del Partido de la U del Atlántico se unió a la coalición del Pacto Histórico, pues Flórez es el esposo de Karina Llanos Torres, abogada de Puerto Colombia (Atlántico) y criada en Barranquilla. Llanos ha sido en dos ocasiones diputada por el departamento del Atlántico (2016-2019 y 2020-2023) con el aval del Partido Social de Unidad Nacional (Partido de la U).
Los padrinos políticos de Karina son sus tíos, los esposos Camilo Torres Romero y Martha Villalba. Desde 2014, Martha Villalba es representante a la Cámara por Atlántico y miembro del Partido de la U. Además, fue alcaldesa de Puerto Colombia entre 2008 y 2011 —cargo que también ocupó su esposo— y diputada del departamento entre 2004 y 2007.
Según fuentes cercanas a la familia Torres Villalba, esta es una de las más poderosas de Puerto Colombia, que ha sabido combinar la política con los negocios, pues controlan sectores como el del tránsito y el alumbrado público.
Por otra parte, la coalición de la izquierda dio puesto en la lista al senado a Clara López, quien fue fórmula vicepresidencial de Humberto de la Calle en 2018 y ex secretaria de Gobierno de Bogotá, durante la alcaldía de Samuel Moreno (2008-2010).
La política perteneciente al Polo Democrático, en su cargo como ex secretaria le fue abierto un pliego de cargos por presunta contratación viciada por conflicto de intereses. De estos cargos fue absuelta en diciembre de 2010, pero quedaron dudas basadas en su respuesta a las acusaciones en el diario El Tiempo «uno gobierna con los amigos y no con los enemigos».
Los candidatos veleidosos
Roy Barreras es el primero en la lista de los candidatos que han transmutado por distintos partidos políticos desde su llegada a la política en las juventudes galanistas, mientras ejercía su profesión de médico.
En 2006 fue elegido representante a la Cámara por el Valle del Cauca a través del Partido Cambio Radical e hizo parte de la Comisión Tercera de Asuntos Económicos y de la Comisión Primera de Cámara. En 2009 fue expulsado del Partido Cambio Radical, al ser considerado por el comité de ética «desleal».
Luego ingresó al Partido de la U como coordinador nacional de Integración del Nuevo Partido. Y en 2010 fue elegido senador de la República por el Partido de Unidad Nacional. También fue integrante de la Comisión Primera de Asuntos Constitucionales y de la Comisión Segunda de Asuntos Internacionales.
En 2011, Roy Barreras fue elegido presidente de la Comisión de Paz del Senado y reelegido como senador para el periodo 2014-2018. En ese mismo tiempo fue nombrado presidente del Partido de la U, cargo que ocupó hasta junio de 2016. Posteriormente, fue codirector de la U hasta el año 2020.
Adicional a ello, hizo parte del Gobierno en la Mesa de Negociación con las FARC en Cuba durante el Gobierno de Juan Manuel Santos.
Y el pasado 9 de diciembre de 2021, Barreras indicó que declinaba a la carrera por la presidencia y se uniría al Pacto Histórico tras escribir en su cuenta de Twitter: «he recibido invitación de Gustavo Petro y asumo el reto de la jefatura de debate parlamentario para construir las mayorías del nuevo Congreso. Elegiremos el mayor número de senadores y de representantes a la Cámara de las listas del Pacto Histórico».
El segundo caso es el de Armando Benedetti, comunicador social y periodista, que pasó del periodismo al sector público y de este al Concejo de Bogotá en 1998 por el Partido Liberal.
En 2002 llegó a la Cámara y, posteriormente, se convirtió en defensor del Gobierno de Álvaro Uribe. Benedetti, en ese momento, pertenecía al oficialismo liberal y era crítico de la forma en que estaba planteado el proyecto de referendo de Uribe que fue rechazado por los colombianos en 2003.
Benedetti fue expulsado del Partido Liberal, en 2003, por «violación al régimen de bancadas, al no haber actuado en bancada de conformidad con la ley, no someter a consideración de la bancada cualquier proyecto de control político que pretenda promover y efectuar comentarios públicos que perjudiquen la imagen del partido o los miembros del partido», según la resolución de los liberales.
Tras esta determinación, Armando Benedetti se unió al Partido de la U, que para ese momento surgía como respaldo a Álvaro Uribe Vélez.
En las elecciones de 2006, Benedetti llegó al Senado con la seña de Uribe e hizo parte de ponencia al referendo que le permitió la reelección a Uribe (2006-2010).
También apoyó la candidatura de Juan Manuel Santos Calderón, durante sus dos períodos presidenciales (2010-2018) y entre 2014 -2018 fue una de las fichas claves en la parte final de los diálogos de paz con las Farc en la Habana, Cuba. A estas conversaciones se opuso el uribismo.
Para las elecciones de 2018, Armando Benedetti respaldó a Germán Vargas Lleras. Después de criticarlo por años; pero ganó el uribista Iván Duque, y aunque el partido de la U se declaró en independencia a ese gobierno, Benedetti y su compañero de bancada Roy Barreras le hicieron oposición.
Por eso, el 11 de septiembre de 2020 el Comité de Ética de La U le abrió una investigación a Benedetti por «violación al régimen de bancadas» por sus críticas al Gobierno y por votar a favor de la moción de censura contra el ministro de Defensa Carlos Holmes Trujillo. Este hecho terminó con la expulsión de Benedetti.
Al siguiente año, Armando Benedetti se sumó a la campaña de Gustavo Petro a la presidencia. Sin embargo, el ingreso del político a las filas de Petro, no deja bien parado al partido, porque en 2021 la Corte Suprema de Justicia le abrió dos investigaciones a Benedetti por su presunta participación en el desfalco al fondo de pensiones del magisterio de Córdoba en 2016, y presuntos vínculos del político con la repartida de coimas que hizo Odebrecht en Colombia, durante el 2017.
El último escándalo en el que ha sido involucrado Armando se produjo tras la denuncia de la Red Nacional de Veedurías Ciudadanas ante la Corte Suprema, ya que supuestamente el político llamó a la exministra Karen Abudinen, cuando la contratación por 70 mil millones de pesos para llevar el internet a las zonas rurales del país se cayó, y antes de asistir a moción de censura, Benedetii le pidió a la exministra que no caducara el contrato con Centros Poblados, sino que lo cediera a otra firma.
Las cuotas políticas de Medellín en el Pacto Histórico
A Alexander Xavier Flórez Hernández, una pieza clave de Daniel Quintero, alcalde de Medellín, le fue otorgada la casilla 11 en la lista al senado por el Pacto Histórico. Este amigo cercano de Quintero habría llegado al listado por recomendación del mandatario de Medellín a Gustavo Petro, con quien también tiene relaciones cercanas.
Flórez perdió en primera instancia la investidura de Concejal de Medellín en 2020 por «incurrir en una violación al régimen de habilidades, al haber tenido un contrato de prestación de servicios con el Tecnológico de Antioquia entre el 7 de febrero de 2019 y el 25 de octubre de 2019», según el decreto de la Sala Plena del Tribunal Administrativo de Antioquia.
Asimismo, el Consejo de Estado ratificó el pasado 10 de diciembre, la inhabilidad de Álex Flórez para ocupar una curul en el Concejo de Medellín por haber sido contratista del Tecnológico de Antioquia, al mismo tiempo que adelantaba la campaña a esa corporación, lo que evidencia que el exconcejal sí sabía que estaba violando la reglamentación electoral.
No obstante, este no es el único escándalo por el que se le conoce, pues en su cargo en el Departamento Administrativo de la Gestión del Riesgo de Desastre (DAGRD), al parecer avaló contratos a personas que cobraron sus honorarios, pero nunca se presentaron a trabajar.
También se le acusa de vender camisetas dentro de la corporación para financiar su campaña al Concejo de Medellín, estrellar dos carros de la entidad y promover un discurso de odio contra la oposición. De hecho, se le vio empujando con su cuerpo a la también candidata Susana Boreal en una tarima donde estaban con Petro, lo que ocasionó que varias mujeres de la lista se retiraran de la tarima y hoy piden su renuncia a la candidatura.
Por otra parte, David Alejandro Toro, cabeza en la lista a la Cámara por Antioquia del Pacto Histórico, sorprendió al ser una lista cerrada comandada por un personaje que aspira por primera vez a un cargo de elección popular.
Su elección para estar en la primera posición generó descontento entre los aspirantes, ya que algunos de ellos consideran que este lugar debió ser ocupado por alguien con mayor trayectoria política.
Toro, que ha dedicado su trayectoria profesional en el trabajo social, de paz y con víctimas del conflicto armado en 120 de los 125 municipios antioqueños y en otras zonas del país, a través de su fundación Avanti, creada en 2007.
La fundación sin ánimo de lucro al parecer solicitó apoyo económico a la Secretaria de Inclusión para el proyecto «El futuro se parece a nosotros», y según el diario El Colombiano, la figura utilizada para solicitar los recursos habría sido creada para apoyar el proyecto político Independientes que llevó a Daniel Quintero a la alcaldía.
No obstante, Alejandro Toro rechaza estas acusaciones y afirmó para este medio antioqueño «que conoce a Quintero por la cercanía con Juan Pablo Secretario», secretario de la dependencia de Inclusión, y «que no se considera un aporte político del alcalde de Medellín al Pacto Histórico».
Petro en el poder
Gustavo Petro fue concejal de Bogotá entre 1982 y 1984, tiempo en el que era militante activo del M-19, hasta 1990 cuando el grupo guerrillero se desmovilizó, después de llegar a un acuerdo con el Gobierno de Virgilio Barco.
En el año posterior, Petro fue cofundador del Partido Alianza Democrática que participó en la Asamblea Nacional Constituyente de 1991. Luego de ser conformada la nueva Constituyente llegó a la Cámara de Representantes por el departamento de Cundinamarca.
Luego de regresar a Colombia, Gustavo se lanzó nuevamente a la Cámara de Representantes en 1998 y nuevamente fue elegido en 2002. Durante este último periodo denunció la presunta infiltración paramilitar en la Fiscalía General de la Nación, dirigida por Luis Camilo Osorio, condenado por este y otros delitos en 2018.
Con la llegada de Uribe a la presidencia entre 2002 y 2010, Petro fue parte de la oposición, y señaló a Uribe de tener nexos con el paramilitarismo. Además, en 2005 reveló ante la Cámara de Representantes que Uribe en 2002 recibió apoyo económico de Enilse López, conocida como La Gata, para su campaña presidencial. Ella fue condenada en 2013 por nexos con las Autodefensas Unidas de Colombia -paramilitares-.
En 2006, Petro fue elegido senador con la tercera votación más alta del país en representación del partido político Polo Democrático. En el transcurso de su periodo en el legislativo destapó el escándalo de la «parapolítica». También llevó a cabo el debate sobre la Farcpolítica, que relacionaba a algunos políticos con la guerrilla de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia -FARC-EP-.
Pero sus investigaciones no pararon allí, pues en 2007, Petro en su curul realizó un debate en el Congreso sobre las Convivir y el desarrollo del paramilitarismo en Antioquia. Durante este, Petro cuestionó la actuación del entonces presidente Álvaro Uribe Vélez frente al fenómeno cuando era gobernador de ese departamento.
No obstante, la elección del procurador general de la Nación en 2008, deja entre dicho el intachable recorrido de Petro durante su ejercicio como senador, ya que al parecer habría recibido prebendas de Alejandro Ordóñez para que fuera este último fuera elegido como jefe del Ministerio Público.
Según algunas versiones, el nombramiento de Diego Bravo como procurador delegado fue determinante para que los senadores del Polo Democrático votaran a favor de su elección; aunque esta versión fue desestimada por Ordóñez en la emisora radial BluRadio.
Antes de ser elegido alcalde de Bogotá en 2011, Gustavo Petro se separó del Polo Democrático Alternativo y anunció su intención de aspirar a la presidencia, pero optó primero por la gobernación local a través de Movimiento Progresistas.
En su administración tuvo varios tropiezos que lo llevaron a enfrentar varios procesos judiciales.
El cambio, en la contratación en la recolección de las basuras en Bogotá ordenó la regularización del trabajo de los recicladores. Así la empresa «Aguas de Bogotá» fue la encargada a través del Decreto 564 de 2012 de recolectar los desechos, formalizar el trabajo de los recolectores de la basuras y reemplazar casi 3000 vehículos de tracción animal, conocidos como «zorras» por automotores, que eran usados por estas personas para realizar su trabajo.
Pero el 18 y 20 de diciembre de 2012 el operador designado dejó de recoger cerca de 10 mil toneladas de basura en la ciudad, y para solucionar la crisis, Petro optó por un sistema mixto que le entregó a los operadores privados 36,95 % de la operación de basuras y se importó camiones compactadores desde Estados Unidos.
Debido a problemas con la importación de los vehículos, el distrito adquirió 479 volquetas para la recolección de basuras. Este hecho causó un déficit de 59 mil millones de pesos, según el contralor distrital.
Por ello, la Superintendencia de Industria y Comercio multó a Petro con 1200 millones de pesos y ordenó que el distrito permitiera la libre competencia de empresas privadas en el servicio de aseo público.
En 2016, la Corte Constitucional dejó en firme la decisión de la Superintendencia de revocar el nuevo modelo de basuras creado por Gustavo Petro. Sin embargo, también le ordenó al distrito mantener la afiliación de los recicladores como se venía haciendo.
La investigación de la Fiscalía concluyó a favor de Petro, tras indicar que él no incurrió en ningún delito, al momento de cambiar el esquema de contratación.
Petro, también, enfrentó la investigación de la Contraloría por reducción de los pasajes del sistema de TransMilenio, durante su administración, pues según el órgano de control esta medida habría generado un déficit de 217 millones de pesos en el presupuesto de la ciudad. Después de varios años de investigación, la Contraloría en segunda instancia falló a favor de Petro y cerró la investigación.
Finalmente, Gustavo Petro entregó, en 2015, junto al Gobierno de Santos 361 unidades habitacionales a víctimas del conflicto, que han llegado a Bogotá. Este proyecto se hizo en el marco del Programa de Vivienda Gratuita del Gobierno Nacional.
Además, creó 21 jardines nocturnos para el cuidado de los menores que sus madres trabajan durante la noche, e instaló la jornada única, la cual permitió a los niños y jóvenes ir a centros de recreación y cultura después de clases. Estos sitios tenían por objetivo alejar a los infantes de las calles y de las drogas.