Las estirpes en el inacabado huracán de Cartagena

Opina - Sociedad

2017-09-23

Las estirpes en el inacabado huracán de Cartagena

En los meses de agosto y septiembre el caribe es un escenario de tormentas tropicales y huracanes. En septiembre, el huracán Irma en su paso por las islas del caribe y su golpe final en La Florida, ha dejado centenas de víctimas fatales y millones de dólares en pérdidas materiales.

Estas catástrofes, habituales en los países isleños en el mar Atlántico y costeros en el mar Pacifico, con millones de pérdidas materiales y muchas víctimas fatales, necesitarán de algunos meses o unos años para reconstruir y devolverle sus viviendas a las familias que lo perdieron todo, para que los hospitales vuelvan a funcionar, las escuelas y universidades reabran y la vida de las personas de las patrias hermanas afectadas, con la solidaridad de los pueblos, vuelvan a ser restablecidas.

El caribe colombiano, más exactamente en Cartagena, no es la excepción. Aunque por obra y gracia de la Pachamana contamos con la Sierra Nevada de Santa Marta que funciona como pirámide anti-huracanes, a la ciudad llegan huracanes peores, huracanes de los que siempre hablamos y que no acaban jamás, dejando como resultados pérdidas de miles de millones de pesos, miles de víctimas fatales, miseria, segregación, marginalidad, exclusión, hambre, más los años de atraso cultural y social a los que estamos sometidos. Son los huracanes de la corrupción.

A diferencia de los primeros, estos no restablecen derechos a las víctimas, si no que profundizan más las problemáticas.

En una ciudad acostumbrada a elegir alcaldes en elecciones atípicas, pueden llegar al poder personajes como Manolo Duque, quien al igual que absolutamente todos los gobernantes anteriores, es decir desde la primera elección popular de alcaldes hace más de 20 años, no gobierna para la mayoría del pueblo cartagenero, sino para las mal llamadas «casas políticas» de dirigentes como los García y Zucardi (parapolíticos) y los empresarios como los Hilsacas o las Gatas (parapoliticos), entre otros delincuentes. Estos personajes en realidad, solo quieren clavar sus garras en el jugoso presupuesto que tiene la ciudad y por supuesto, los puestos burocráticos y demás dineros que dejan el turismo y la industria.

El destino de una ciudad con memoria de gallina no puede ser que el huracán siga persistiendo, condenándose a esos cien años de soledad, por el desempleo y el sub-empleo, la inseguridad, la intolerancia, pero sobre todo el escepticismo político de sus habitantes, que no son capaces de castigar en las urnas o en las calles lo que hacen a nuestras familias durante los periodos de gobierno.

Es imposible pensar que el fin será ese. Debemos recordar la historia y su definición, ya que ésta tiene como principio la esperanza y un final abierto. Solo así, algún día tendríamos esa segunda oportunidad sobre la tierra.

Cuando estemos dispuestos a dar ese giro que todos queremos en el fondo, por ese bien común, estaremos pensando en unirnos como una sola clase para trabajar por la Cartagena que nos merecemos todos y en contra esa clase «digeriente».

Este pueblo ha elegido su destino y lo seguirá eligiendo, es ese el fin, ya que el final es inacabado, así como también, esa represión es la que conducirá por fin, ya sea en las urnas o de manera sublevada, a castigar a esos que tanto han saqueado las tierras de nuestro pueblo, pueblo que es igual de trabajador y echado pa’ lante con todas las adversidades. Un pueblo guerrero heredero de Benkos Biohó.

 

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Iván D. Carmona Herrera
Joven estudiante, militante y trabajador en la inacabable búsqueda por la paz de nuestro país. Luchador por la esperanza de un país con justicia social, constructor de un futuro inacabable, futuro que se construye con la convicción y el empeño del día a día, sin olvidar nuestra dura historia. Nacido en la ciudad de Cartagena, heredero de Benkos Biohó.