La víctima no es siempre quien parece ser

Opina - Literatura

2016-07-29

La víctima no es siempre quien parece ser

La vida está llena de momentos, y ante cada uno de ellos, nuestro presupuesto de acción parece ser firme e inquebrantable… Pero todo resulta muy diferente cuando en verdad nos enfrentamos a ellos. Cómo actuaremos ante una infidelidad, la pérdida de un ser querido, un par de caminos que se nos abren, unos nuevos ojos que nos miran, una oportunidad inesperada, un robo a mano armada, el secuestro de alguien cercano, o quizás, nuestro propio rapto. Una cosa es lo que nuestra mente se permite elucubrar ante la pasividad del día a día, pero otra muy diferente es lo que los impulsos del momento pueden llevarnos a hacer.

El 25 de mayo del 2016 (hace 54 días al momento en que estoy escribiendo esto) unos ojos azules se posaron impertérritos ante mí, acompañados de un aire demencial, caótico, seductor e hipnótico. De inmediato mis defensas se vinieron al piso y la espera por el 6 de julio del mismo año, día en que aquellos ojos empezarían a ver al mundo entero para contarles su historia, se hizo insoportable. El día de hoy vengo a hablarles de «El método 15/33», ópera prima de Shannon Kirk, la cual le valió el «National Indie Excellence» como mejor novela de suspenso en 2015.

Cuando vi la portada en redes sociales, luego en las estanterías de una librería, y por último en mis manos, no pude evitar sentirme hechizado y algo sugestionado, como si de repente hubiera entrado en trance. A partir de esto, no me queda más que felicitar a la gente de Ediciones B por el TREMENDO trabajo gráfico que hicieron con la versión en español de esta obra, pues causa un efecto increíble a la vista; es imposible no querer agarrar el libro y llevárselo a casa… Pero ¿hay algo más que una fachada bonita en la propuesta de «El método 15/33»? Aquí vamos.

Esta novela nos narra el secuestro de una joven en la etapa final de su embarazo; pero no es un secuestro común y corriente, pues nuestra víctima lo afronta de una manera inesperada. Al parecer, no es ella quien está en peligro…

Dos voces son las encargadas de dar vida a esta historia. Por un lado tenemos a una adolescente secuestrada salida de todo parámetro o estándar que se pueda imaginar, y del otro a un agente de policía algo frustrado por el destino que aceptó vivir. Este par asume el rol de cronistas de una de las muestras más claras de la vileza humana -el secuestro-, y de uno de los placeres más culposos de la vida -la venganza (justicia)-.

La narrativa que maneja Shannon Kirk es ligeramente compleja, sumamente avezada y curiosamente inteligente. El ritmo de los días de cautiverio no es frenético en todo momento, e incluso peca de predecible en algunos otros, pero resulta imposible decir que al ir conociendo todo lo que sucede dentro del cubo de concreto que se convierte en la cárcel de esta señorita rubia con ojos azules, la experiencia de lectura es totalmente adictiva. Necesitas saber cuáles son los planes que pasan por esa joven mente, qué nuevo recurso incluirá dentro de su venganza, y si la misma saldrá tal como la ha planeado, o si como con todo en la vida, habrá que esperar con incertidumbre el silencio de los dados.

Y es lo que hace esta señorita, lo que lleva dentro de su cabeza y lo que no expresa con su mirada, lo mejor dentro de todo el libro. El trabajo de Shannon Kirk a la hora de pensar y llevar al papel a un personaje como esta chica, tan fría e inquietante como el azul de sus ojos, es indudablemente dechado. Un ser agudo, sagaz, despiadado, frágil, brillante, astuto… Sería utópico definir en palabras todo lo que esta mujer representa, todo lo que la construye, todo lo que la coloca como el firme estandarte de esta novela, y todo lo que la llevará a quedarse durante el resto de mi vida como uno de los mejores personajes con el que alguna vez me haya encontrado. Sencillamente admirable la consecución de un ser de tal calibre.

Pero no todo se queda allí, pues además de lo ya mencionado, esta señorita tiene una habilidad sobrehumana para conocer a las personas, describirlas y hacerlas parte de su historia. Es ella misma quien introduce al resto de personajes dentro del libro, analizando sus miedos, percibiendo sus intenciones, temiendo sus locuras y escudriñando sus pensamientos. Es ella quien desde una cama, con un cubo a modo de baño a sus pies y una deshilachada manta de color rojo sobre sus piernas, nos permite conocer a sus captores, esos mismos que en el intento de hacerla víctima terminarán pagando las consecuencias… o quizá no. Un tímido pero valioso estudio socio humano que se impregna de detalles policiacos para hacer más rico el recorrido por la historia.

Fotografía de Esteban Parra

Fotografía de Esteban Parra

Y hablando de policías, no puedo quedarme sin mencionar a Robert y a Lola, dos uniformados muy diferentes, pero excelentes en lo que hacían. Dos caras de una misma moneda muy interesantes, y que cada uno a su modo le dieron un toque diferencial a la historia, ya sea dentro de su calma o su irreverencia.

Además de tratar el tema de la mente humana y todas sus posibilidades, «El método 15/33» trae a la palestra una problemática social (no es el secuestro) que es más común de lo que pensamos, y ante la cual todos podemos hacer algo. Lean el libro y sabrán de qué les hablo.

Otro punto a favor es la ambientación. Una furgoneta a toda marcha en medio de una carretera gris que se difumina entre los árboles y la suavidad de la tierra mojada; un cuarto solitario en donde un televisor, un pequeño radio y los improperios de un gigante malogrado con una vasija de porcelana en sus manos, son la única compañía; una joven descalza sentada con un vaso de agua en sus manos, un ser en su vientre y el azul de sus ojos fijo en una ventana triangular que le permite disfrutar del oscuro aleteo de una mariposa, mientras un sonido infernal la inundaba. Atmósfera perfecta.

Pero también hay malos detalles. Un contra dentro de toda la historia, y no sé si lo sea en verdad, son lo que parecen algunos evidentes errores de traducción. Algunas frases lucen inconexas, y no sé si en realidad es algo hecho a propósito por la autora, o si se debió a una falla en el versionamiento a nuestro idioma. Ciertos parajes que se bañan de un leve sin sentido que si bien no empañan en absoluto el resultado final, si fueron algo molestos dentro de la lectura. Tendré que revisar la versión original para esclarecer este asunto.

Los días pasaban, la rabia crecía, los recursos iban viendo la luz y el final llegaba sin miramiento alguno. Fueron esos últimos pasos de la mano de la chica de los ojos azules, los que más me gustaron de este diario de más de 300 páginas, pues mostraban una faceta diferente de la historia, estaban impregnados de una oscuridad distinta y de un toque mucho más calmo, sin dejar de lado la esencia del libro. Una más que agradable conclusión.

«El método 15/33» es un libro a todas luces adictivo, oscuro y persuasivo. Una obra sobresaliente en muchos puntos de vista, pero algo lejos de la maravilla que todos pintan. Un cúmulo de aciertos que se conjugan en un personaje inolvidable que será difícil sacar de tu cabeza. Una novela que busca salir de la zona de confort y plantea una experiencia de lectura diferencial. Unos ojos azules que no pasarán desapercibidos.

 

Publicada el: 29 Jul de 2016

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Esteban Parra
Contador público de profesión y contador de historias por convicción y mayoría de votos. Pasando hojas se crean historias, se conocen realidades... Un libro te lleva a miles de lugares.