La monja apócrifa del uribismo

Si yo fuera católico practicante estaría muy ofendido al saber que usaron, falsamente, una orden respetada para generar propaganda para un partido político.

Opina - Política

2019-10-11

La monja apócrifa del uribismo

Autor: Claudio Mera

 

Queda claro que no soy un católico practicante ni nada por el estilo, pero mi educación familiar y mi entorno me permiten entender la importancia de las órdenes religiosas; las carmelitas son ampliamente reconocidas por su dedicación a los desposeídos y los enfermos, además de su devoción a la virgen y su atuendo.

Yo supongo que me sentiría muy ultrajado si un movimiento de cualquier naturaleza utilizara una frase apócrifa de Bertrand Russell o de John Nash para promover las ideas que se les ocurrieran a ellos.

Y pues, no se vale, así no son las cosas, no se pueden usar los símbolos ni las imágenes que son patrimonio de otros, o de todos, para beneficio de unos pocos.

Ante una afrenta de esa magnitud, yo no solo dejaría de seguir dicho movimiento, si es que fuera el caso, además promovería entre mis conocidos por lo menos que dejaran de apoyarlo. Insisto, de la naturaleza que fuera, albergue para perros, almorzadero; pero más grave todavía un partido político, porque en la medida que mantiene una masa crítica de votantes puede seguirse manteniendo del erario. En otras palabras, los vote yo o no, me siguen metiendo la mano al bolsillo a través de los impuestos mientras sigan existiendo como partido.

Probablemente todos los partidos políticos mienten, casi todos los políticos lo hacen, en todas las campañas políticas hay cuando menos algunas imprecisiones que permiten a los votantes hacerse ilusiones que no llegarán a realizarse.

Pero, en este caso, todo parece indicar que el Centro Democrático deliberadamente quiso utilizar a una persona que no pertenece a ninguna orden católica, vestida como una religiosa, para arengar en favor de su caudillo.

Un partido político donde la mayor parte de sus votantes son fieles católicos, creyentes y practicantes de los ritos y costumbres vigentes, y hasta donde recuerdo del catequismo, usar el atuendo sin la correcta ordenación es un pecado contra la iglesia.

¡Vaya! Por fortuna yo no soy creyente porque estaría muy enojado, estaría, para usar una palabra del vocabulario de mi abuela que en paz descanse: “contrariado”, respecto al actuar de un partido político que ha caminado de la mano de la iglesia católica, entre otras, y ahora irrespeta una de sus órdenes tradicionales.

 

 

 

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Claudio Mera
Lector asiduo, estudioso de la administración y la gestión, consultor, docente universitario, cocinero y ejecutivo administrativo. Las opiniones pretenden mostrar una postura lógica.