La mano derecha de Duque, nueva jefe de gabinete

Criticar el hecho desde menciones machistas, desde defectos sociales que Colombia ha sufrido con la infidelidad, la mentira y el irrespeto, es un absurdo. Pero sí es correcto mirar de cerca el caso, ¿qué ha ocurrido realmente?

Opina - Política

2019-12-01

La mano derecha de Duque, nueva jefe de gabinete

Autor: Hernán Muriel Pérez

 

La sombra de Iván Duque es femenina, detrás de su intención decisoria hay una mujer más joven que él con una significativa importancia en la Casa de Nariño. La dama se afilió al uribismo incluso desde el tiempo en el que el expresidente Álvaro Uribe solamente tenía 2 por ciento de intención de voto en Colombia.

Desde términos machistas y jocosos, en redes sociales se ha hablado al respecto con especulación negativa. Numerales como #LaMozaDeDuque viralizaron el hecho de que sobre el presidente una mujer tiene especial influencia: ella no solo le maneja su agenda, también le habla al oído y le guarda sus secretos presidenciales.

La persona en cuestión es María Paula Correa. En el esquema político de Colombia inaugura un nuevo cargo que copia el organigrama de la Casa Blanca con el fin de que aporte correctamente al Gobierno. Correa asumirá la jefatura del gabinete presidencial y tendrá la difícil tarea de supervisar el trabajo de los ministros, igual (y hasta más) criticados que el presidente.

Hace años Uribe le ayudó a Correa dándole el cargo de cónsul en Nueva York, él se enteró de que ella quería hacer una maestría en Estados Unidos y gestionó rápidamente esa asignación de cargo para colaborarle. Una crítica surge al respecto, María Paula es una mujer consentida por Iván Duque y Álvaro Uribe, la confianza que tienen en ella puede producir un ascenso constante en la jerarquía política que dirigen, y si continúa gustando su trabajo, puede tener en su potestad decisiones importantes que impacten en Colombia. En este momento, por supuesto, ya incide sobre las decisiones que se toman desde presidencia.

María Paula Correa, que tiene un historial de derecha en el contexto político colombiano, empezó su carrera como voluntaria de una de las campañas de Andrés Pastrana.  

Alrededor de este caso hay tres principales cuestiones a escudriñar:

El Gobierno colombiano se ha destacado, sin importar quien lo preside, por copiar esquemas del exterior, a pesar de que en muchas ocasiones no generan el rendimiento buscado. Craso error, de ejemplo, según expertos, afiliados y pensionados, ocurrió cuando en Colombia se decidió emular el sistema pensional chileno a pesar de las críticas que recibía por favorecer, hace unos cuantos años, al actual presidente de ese territorio, Sebastián Piñera.

Un punto positivo del Gobierno Duque es que el género femenino está adquiriendo muchas representaciones y voces. El historial político de María Paula Correa, que incluso integra la dirección de agenda de Uribe en Estados Unidos, permite al público suponer que es una mujer capaz para laborar correctamente en el Gobierno. 

Lamentablemente, algunas de esas representaciones, precisamente, son erradas o están ejerciendo mal su trabajo. La posición de Marta Lucía Ramírez con respecto a su trabajo y al panorama político de Colombia, no solo la han dejado en ridículo en muchas ocasiones, sino que le han creado un amplio ambiente de impopularidad y rechazo.

Otro caso que se puede resaltar es el de la ministra de Trabajo, Alicia Arango. Este Ministerio ha sido foco de críticas. Gracias a las declaraciones de algunos congresistas, por ejemplo, impulsó razones fuertes de inconformismo social para crear el paro nacional porque se habló de unos supuestos borradores que pueden existir acerca de la temida reforma laboral.

Por último, hay que mencionar que es desacertado generar una tendencia en contra de este último nombramiento de Duque tachando su relación con María Paula Correa como algo sexual, prohibido en términos morales del amor. En realidad, lo que debe analizarse son las condiciones de Gobierno que la situación expone, las consecuencias que trae para el país y los posibles casos de desacreditación a los que puede obedecer, así como la mermelada burocrática.

En el caso que se mencionó párrafos arriba de su mención de cónsul en Nueva York por parte de Uribe, su carrera política se puede salpicar de recibir beneficios no planeados con estricta intención de acatar al mérito y las capacidades de la persona asignada.

Es un tema sobre el que se puede discutir al respecto, ¿cómo conoció a Iván Duque y por qué razón cobra tanta importancia en las dinámicas surgidas sobre la presidencia?, ¿acaso, inicialmente, fue una imposición de Uribe?

Pero criticar el hecho desde menciones machistas, desde defectos sociales que Colombia ha sufrido con la infidelidad, la mentira y el irrespeto, es un absurdo. Está bien en cuanto viraliza el hecho y replantea el nombramiento en cuestión y la creación de la nueva figura laboral en el Gobierno, pero al mismo tiempo desinforma y le resta argumentos al debate. Las críticas al Gobierno y su proceder tienen que mejorarse desde la argumentación y el conocimiento de causa.

 

 

Foto cortesía de: El Tiempo

 

( 4 ) Comentarios

  1. Pienso que atacar a una persona por algun tipo de dificultad fisica que tenga es bajo o ruin.no importando si es una persona preferida por un adversario o haya sido elegida sin meritos.eso esta por confirmarse o no.

  2. Este artículo no dice nada, muy pobre.

  3. ReplyJuan Felipe Congote

    Sigo el trabajo de este periodista joves y es muy bueno la entrevista que acabé de leerr y las críticas que hace son de calidad.

  4. Cada presidente tiene potestad de nombrar el cuerpo diplomático que le parezca. Uribe no ha hecho pues excepción a la norma. Al presidente Uribe lo eligieron los ciudadanos tal como a Duque. Sus retractores igualmente tienen palabra y se les respeta. Empero, argüir que Correa fue nombrada por mermelada es sin fundamento alguno. Maestria en administración publica y mujer preparada. Qué se pretende ? Es pura difamación.

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Hernán Muriel Pérez
Comunicador social - Periodista, Redactor-Editor, Fundador de Cofradía para el cambio - Copec