Columnista:
Christian Guzmán-Rojas
En la actualidad, la psicología se ha concentrado en realizar investigaciones y evaluar los fenómenos que afectan los cascos urbanos de las ciudades, lo que ha venido dando como resultado la generalización de que la conducta es igual en todo un país, ignorando todas las características que diferencian a las personas que viven en el contexto rural. A partir de esta necesidad percibida, algunos psicólogos han trasladado su foco de atención hacia esta población, específicamente a la afectada por el conflicto armado y otros fenómenos psicosociales, naciendo así alrededor del 2016 en Colombia, la psicología rural. Sin embargo, esta psicología no es considerada como una subdisciplina ni una interdisciplina, pero sí como un campo de acción que se encuentra en auge debido a la importancia del campesinado colombiano para el país y, por ende, es de relevancia estudiar las esferas biopsicosociales del campo.
En Colombia, el 24 % de los habitantes se encuentra en el casco rural de cada departamento (Departamento Administrativo Nacional de Estadística, 2018), es decir, que durante las investigaciones se está ignorando una población significativa a la cual se están estandarizando los resultados del casco urbano, a sabiendas de que el desarrollo sociocognitivo de los niños, la calidad del ambiente y, las dinámicas familiares, son diferentes, adicionando que, dicha población, ha sido azotada por el conflicto armado por más de 60 años. Así, de forma general, se presenta una necesidad de un campo de aplicación de la psicología que entienda todas estas variables y la funcionalidad personal.
Ahora bien, es necesario que esta psicología tenga una intervención psicosocial, ya que para el 2018 la población campesina ocupó el segundo puesto en la cantidad de suicidios presentados, con un total de 108 casos; de igual forma es de importancia hacer intervención en las familias y de pareja, debido a que se presentaron 65 casos de violencia intrafamiliar, y con respecto a la pareja hubo 247 casos (Instituto de Medicina Legal y Ciencias Forenses, 2019). Las estadísticas anteriores muestran que en las dinámicas familiares existen factores psicosociales que están afectando y, ahí es donde el psicólogo deberá hacer su intervención, con el fin de evitar que estos números sigan aumentando y previniendo cualquier forma de violencia y autolesiones.
Con relación a los procesos de aprendizaje, la psicología rural deberá trabajar de la mano con la psicología educativa, con el objetivo de que haya mejores formas de enseñar por parte de los maestros, con el fin de que exista un aprendizaje significativo de los estudiantes. Otro de los flancos que se debe trabajar en las escuelas es el alto índice de deserción. Para el año 2016 se evidenció que los hombres, representados en un 59,5 %, y las mujeres en un 68,8 %, abandonaron sus estudios, existiendo un mayor índice durante el ciclo de primaria que durante otros momentos de la vida escolar (Muñoz, 2019). Se puede decir que existe una influencia por parte de los factores sociales como la guerra, el trabajo forzado del campo y la migración masiva hacia los cascos urbanos sobre la deserción de estudiantes.
En conclusión, la psicología rural debe ser interdisciplinar, que pueda abarcar los diferentes ámbitos de los campesinos como seres complejos y biopsicosociales, con el propósito de mejorar su calidad de vida y sus relaciones interpersonales, evitando así, que el número de suicidios, homicidios, deserción escolar y violencia intrafamiliar siga en aumento. En definitiva, es de suma importancia resaltar que las otras ramas de la psicología también deben llegar hasta esos lugares abandonados por un Gobierno centralista que solo ve al campo como un productor de alimentos y mano de obra económica, sin brindarles mayor garantía de educación, salud (mental y médica) y un trabajo digno.
Referencias:
Departamento Administrativo Nacional de Estadística. (2018). DANE: información para todos. Obtenido de: https://www.dane.gov.co/files/censo2018/infografias/info-CNPC-2018total-nal-colombia.pdf.
Instituto de Medicina Legal y Ciencias Forenses. (2019). Forensis 2018: datos para la vida. Bogotá, D.C: Diseñum.
Muñoz, D. (12 de agosto, 2019). 61% de la juventud rural colombiana es pobre; transformar la educación es un imperativo para revertir esta situación. [Comunicado de prensa]. Recuperado de: https://colombia.unfpa.org/es/news/Dia-Internacional-Juventud-2019
Christian, gracias por compartir estas valiosas reflexiones. Uno de los problemas grandes problemas ocultos en el país, y no solo en las zonas rurales, es el de los suicidios, eso sumado a todos los problemas de acceso y falta, como tu mencionas, de un enfoque diferencial para el campo. ¿Cómo debe entonces la psicología abordar a la población rural? Veo a tantos trabajadores sociales y psicólogos sin empleo en un país que está literalmente enfermo mentalmente con todas las atrocidades y violencias que emergen constantemente. Esa ruralidad hay que construirla pensando en las personas y no solo en la producción.
uen artículo se debe lograr diferenciar los estudios psicológicos de lo urbano y de lo rural. Ojala logremos que se sigan con estos estudios.Jorge Iván peña