La Colombia Humana no está llorando, está organizándose

La Colombia Humana está dispuesta a abrirnos las puertas a pesar de las diferencias, y cada uno de los verdes, liberales y gente como yo (con presiones conflictivas en diferentes temas), tiene mucho que aportar para la construcción de una Colombia que pueda reconocer y valorar la diferencia.

Opina - Política

2018-06-20

La Colombia Humana no está llorando, está organizándose

Debo empezar abordando mi sentir frente al discurso del nuevo presidente de Colombia. “Falta de grandeza” fue un excelente término para referirse al hecho de que Iván Duque no reconociera en su discurso los 8 millones de votos que obtuvo hoy el proyecto político de la Colombia Humana. Su apropiación de las preocupaciones de la oposición, realizó más bien una evasión a la existencia de la misma.

Duque fue el mismo de la campaña, se empeñó en mostrar que Colombia es solo una y que todas las preocupaciones de los colombianos estarían perfectamente resueltas. No dudó en brindar un discurso tranquilizador en el que sus ajustes al acuerdo de paz no sonaran problemáticos, tampoco dudo en hablar de educación pública y gratuita, del cuidado del medio ambiente, y de la lucha contra la corrupción. Lo anterior, no está mal en un país que necesita reconciliarse, pues “gobernar para todos” se trataría precisamente de incluir de manera real las demandas de casi la mitad de la población que rechazó su proyecto político.

Suena todo maravilloso en los oídos de los desprevenidos votantes, y por eso quiero mostrar porque considero que de maravilloso no tiene mucho. Tan bueno fue el discurso, que hace albergar en muchos la ilusión de que Duque “traicione a Uribe” y sea un muy buen mandatario que gobierne en serio “para todos” o, al menos, para una mayor parte de la población. Da la sensación de que al final todo está resuelto. Aunque confieso que yo también quiero que lo haga, encuentro un problema en todo esto, que me hace creer que no será así: el doble filo de su discurso sobre la “superación de la polarización”.

Desde este discurso se sigue confundiendo politización y polarización, y como dijo Sandra Borda, en contextos polarizados el tamaño del centro se reduce, y eso no fue lo que pasó en primera vuelta (y el centro que fue capaz de tomar posición es parte hoy del acuerdo sobre lo fundamental, de los 8 millones de votos contra el uribismo que obtuvo Petro ayer, no ha desaparecido), por lo tanto, nuestra coyuntura electoral no es en sí ninguna polarización.

Tal discurso hace creer a la sociedad colombiana que la politización que vive es en realidad polarización dañina (cosa bastante sencilla en un país que no ha estado acostumbrado a tramitar la diferencia por la vía violenta y no por la discusiva, por lo que tiende a igualar el disentir con violencia), hace desconocer lo valioso de las posiciones de centro y de izquierda que se le opusieron en la contienda.

Como este discurso hace que el país confunda la politización y la divergencia con la polarización y la negación del otro, lleva a que disentir sea visto como algo negativo y no como algo constructivo. Empuja así hacia una especie de consenso sobre “pasar la página de la polarización” que realmente no es de carácter democrático, dado que no es producto de la conflictividad tramitada por vías discursivas, sino de la supresión misma del conflicto (y ahora sí, de la negación de otro).

Dicha instrumentalización del discurso da cuenta de cierta vacuidad en la inclusión del sector que no votó por él, pues la supuesta inclusión de las demandas mencionadas no se hace ni se hizo nunca a través del reconocimiento de su adversario político. El Iván Duque que habló fue el mismo al que los colombianos eligieron, y ese no es uno que busque replantearse una discusión de ideas permitiendo al otro obtener el lugar que con dignos 8 millones de votos se ganó. Esas no son, para mí, muestras de un Duque que se separe de lo que es ni ha sido Uribe, de la negación de todo aquel que no piense como es.

El problema es que la reconciliación implica la confrontación de las narrativas y la aceptación de la diferencia, y lo que Duque hizo fue ocultar que existe otra narrativa, otra visión de país, para establecer un consenso unilateral en el que podría realmente llegar a suprimir el proyecto político de la Colombia Humana. Entonces fue muy fácil hacer creer que nos reconoce, sin reconocernos de verdad. Desconocer la politización, hacer pensar que el conflicto es nocivo, es eso lo que le permite decir que va a gobernar para todos sin tener que hacerlo en la práctica.

Es por esto que el discurso que pronunció Petro merece ser recordado. La Colombia Humana hoy no son solo los petristas, son los verdes que supieron tomar posición junto con Angélica, Claudia y Mockus, son los liberales de verdad que decidieron liberarse de la clase policía clientelista que corroe el acceso a los derechos de los colombianos y, en fin, cada ciudadano con el que Petro, a diferencia de la Coalición Colombia, supo conectarse y por eso ganó a pesar del pequeño margen.

Y sí, yo pienso que la Colombia Humana puede ser increíblemente fuerte y buena para la historia del país si todos nosotros nos unimos. Nuestro discurso se trata del reconocimiento del otro, por eso acá deben existir los debates internos necesarios, por eso acá el reto es la acción colectiva. Tenemos que consolidar una oposición para defender la materialización de la paz, la permanencia de la Corte Constitucional, la lucha real contra la corrupción que ha sido admirablemente liderada por Claudia, la defensa de los Derechos Humanos, y la diversificación de la economía junto con el cuidado del medio ambiente. Para defender que, sí se puede tener una Colombia Humana, porque entendemos que muchos de los problemas de este país se originan en la falta de voluntad política de los políticos de siempre, de los que tienen gobernabilidad enmermelada y no democrática.

La consolidación de la Colombia Humana mediante la invitación clara a la construcción colectiva con cada uno de los votos que logró hoy Petro, a través del respaldo a la consulta anticorrupción, y mediante el triunfo local en las elecciones del próximo año, significa la posibilidad de ampliar la democracia de manera real.

Pues como lo expresó Luciana Cadahía, “Es un error creer que disentir y expresar diferentes visiones de país sea sinónimo de polarización…esta fórmula logra generar cierta atmósfera que impide pensar políticamente…considero que es importante abandonar estas formas de enunciación personalista, ofrecer argumentos políticos para comprender lo que hay en juego y no confundir politización con polarización”. [1]

Es esto lo que la campaña misma de Gustavo Petro y María Ángela Robledo significó: una politización de la sociedad, una construcción de ciudadanías más libres de verdad. Significó que 8 millones de personas perdieran el miedo, tomaran posición, que los jóvenes saliéramos a votar. Logró SOLIDARIDAD, logró que, como lo dijo Lucas Ospina, “Un conjunto variado de personas jóvenes marcaran con X su voto por Gustavo Petro y Ángela María Robledo en el tarjetón aspirando a algo más que una aspiración personal: su voto no servirá para salvaguardar un privilegio de clase por conseguir o conseguido a como dé lugar. Libertad e igualdad liberales, nada más que eso, hacer ver su falta de realidad en el país.[2]

El proceso que vivió la ciudadanía colombiana es fundamental porque es claro que el miedo (que tenía capturada a la ciudadanía) disminuye el costo de la supresión de la oposición, y aumenta el costo de la tolerancia, lo cual claramente impide el carácter competitivo que requiere nuestra democracia y que le permitirá un reacomodamiento positivo en tanto, no solo se permita la ampliación del espacio para la oposición, sino que se abra paso a demandas diferentes y diversas de la sociedad colombiana.

Y esa ruptura, esa pérdida del miedo, ese riesgo que varios sectores decidimos tomar por el cambio, por defender una paz que nos ha costado tanto, y por la posibilidad de desacomodar los circuitos de corrupción que operan a nivel sub-nacional, significó la posibilidad de que los ciudadanos colombianos nos reeduquemos políticamente a través de la evaluación de los diversos proyectos políticos. Sin rupturas, las decisiones no hubieran sido tan difíciles para muchos, y no se hubiera tenido que reflexionar tanto.

Dicha reeducación política implica para mí, la profunda comprensión de que podemos disentir de otra forma, no violenta. La comprensión de que la semilla de la democracia es la conflictividad expresada por vías discursivas, de que no hay democracia con una conflictividad suprimida.

Retomando de nuevo a Luciana Cadahia[3] En Colombia, el momento político exige la feminización de la política, siendo esta, otra forma de disentir (no haciendo la división clásica que pone al hombre como el lugar de la razón), tal feminización significa la cabida de nuevas racionalidades desde el lugar del no todo, desde la imposibilidad de ser dueños de la verdad: se trata de antagonizar sin negar al otro, pero sin miedo de antagonizar. Y en la casa sí se habla de política y sí se habla de religión (porque lo personal es político). El proceso de paz está permitiendo que el miedo quiera dejar de ser el dueño de nuestra cultura política al dejar de confundir el disenso y la confrontación discursiva con la violencia, que de hecho ha cobrado la vida de tantos colombianos.

Es por esto último que cada segundo de la campaña de la Colombia Humana, mucho más allá de Gustavo Petro, valió la pena. Gracias a todos los que a pesar de las diferencias (muchas de las cuales de hecho comparto), superaron el miedo. Yo pienso que la Colombia Humana está dispuesta a abrirnos las puertas a pesar de las diferencias, y pienso que cada uno de los verdes, liberales y gente como yo (con presiones conflictivas en diferentes temas), tiene mucho que aportar para la construcción de una Colombia más humana, que pueda reconocer y valorar la diferencia. Que no esté manipulada por el miedo. Y esa es la invitación si, efectivamente, Duque no traiciona a Uribe: Unidos podemos hacer una Colombia más humana así hayamos perdido la presidencia.

¿Vamos juntos por las elecciones locales del 2019, la construcción de ciudadanías autónomas y sin miedos, la defensa de la paz y la Corte Constitucional, la diversificación de la economía y la protección del medio ambiente?

¡Yo voy!

 

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[1] http://www.eltiempo.com/opinion/columnistas/luciana-cadahia/el-retorno-de-lo-politico-231124

[2] http://lasillavacia.com/blogs/latoneria-y-pintura/por-siempre-joven-el-voto-por-petro-i-66555

[3] https://cerosetenta.uniandes.edu.co/podcast-womansplaining-sobre-filosofia-y-politica/

( 5 ) Comentarios

  1. ReplyLuis Enrique Gallo Gallón

    Totalmente de acuerdo; Colombia…y el planeta tierra es el que nos aloja y tenemos que caber…o empezar, en otras alternativas… en otro planeta. Porque hay quienes creen, que con cambiarnos de lugar (Venezuela, cuba), de potrero o corral; solucionan el problema, y ese, no es el problema ni la solución.
    Tenemos que aceptarnos, civilizadamente; las épocas de las conquistas, hace mucho que pasaron a la historia.

  2. ReplyOdilio Alberto Ramirez Rincon

    Excelente reflexcion. Como LIBERAL Con una trayectoria de mas de 30 años haciendo parte de un partido politico con un ideario y principios basado.en la LIBERTAD , LA EQUIDAD Y LA DIVERSIDAD . Siempre estube pendiente del liderazgo de estas transformaciones basadas en tesis plasmadas por lideres inmolados y asesinados solo.por pensar diferente a la institucion que tiene historicamente al pueblo colombiano engañado y sumido en su propia ignorancia con el miedo infundados con los principios que la derecha es la salvacion y la izquierda el demonio . Hay de mi pueblo y desconocemos la verdadera historia y nos olvidamos de GAITAN , GALAN , ALVARO GOMEZ . Y muchos mas que los han callado con las balas .hoy me siento atropellafo en mi forma de pensar siempre soñe en que mi partido LIBERAL SERIA UNA OPCION O ALTERNATIVA PARA EL PAIS PERO NO FUE ASI SUS DIRIGENTES DESDE LA DIRECCION NACIONAL LO CONVIRTIERON en parte del problema del pais sumido en la corrupcion y el clientelismo olvidandose de sus texis principios y valores que tanto nesecita la DEMOCRACIA . Por eso me aparte de mi colectividad sin perdet mis idealies y principios LIBERALES . Y publicamente apoye en primera y segunda vuelta el candidato de COLOMBIA HUMANA EL DR GUSTAVO PETRO . A quien considero un verdadeo LIBERAL . Y hoy quiero hacer parte de este proyecto politico de COLOMBIA HUMANA . Por que seria irresponsable de mi parte morir sin haber contribuido a construir una colombia en paz y con oportunidades para todos especialmente para mis hijos a quien considero que humildemente fueron formados para servir a una sociedad pero minimamente deberan vivir dignamente como todos los colombianos . PETRO ES UN VERDADERO LIBERAL .Por ultimo quiero sugerir algo . Rompimos los esquemas que tenian asotado el pais el MIEDO . Ocho millones de colombianos tenemos la gran responsabilidad de unir al pais y hacer entender a todos los colombianos con el respeto a las diferencias que COLOMBIA HUMANA ES UN PROYECTO POLITICO ALTERNATIVO DE PAZ , SOBERANIA, DESARROLLO , DEMOCRATICO . Conformado por gente comprometida con el pais y seremos parte de la solucion no del problema . Por eso nuestros futuros aspirantes a las diferentes corporaciones publicas deben ser personas idoneas con principios con valores los que interpreten que el arte de la politica y la administracion publica se interprete como un servidor a la comunidad que lo elige democraticamente para que los represente dignamente en cualquier espacio politico o corporacion publica . Quien crea tener esos valores y principios puede estar pensando en escribirse para aspirar a estas dignidades . Lo que si es claro que cualquier colombiano electo por colombia humama psra hacer parte de la administracion punlica o cual quier cargo de eleccion popular y caiga en los mismos problemas que aquejan el pais como es la corrupcion y el clientelismo le caera todo el peso de la ley y sera expulsado de este proyecto politico . Seremos parte de la solucion no del problema . POR UNA COLOMNIA HUMANA DEFENDEREMOS LA VIDA Y LA PAZ .

  3. Es importante la diferencia entre polarización y politización, lo que más valoro de esta experiencia es que he aprendido y continuó con ganas de seguir aprendiendo.

  4. yo tambien voy

  5. ReplyAlfonso Zerda Rebolledo

    La petición al Congreso de posponer la discusión sobre l JEP para el próximo gobierno es más que elocuente, y la aprobación del fracking no se hubiese dado de ganar Petro. Ahra solo falta que cuando suceda la catastrofe anunciada de Hidroituango la Nación asuma los costos para no afectar las finanzas de EPM.

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Laura Gisselly Beltran
"La política –dijo Hannah Arendt– trata de la comunidad y la reciprocidad entre seres diferentes" Estudiante de Ciencia Política. Feminista. Autora de "Autonomía y participación, camino a la horizontalidad de lo político" en revista Interlocuciones 7ma edición Universidad Nacional de Colombia. La política es el campo en dónde hay que dar la batalla por el cambio. De una izquierda que sepa gobernar y proponer soluciones concretas. La verdad en las esquinas mucho más que en la universidad (8) como principio. Nuestras representaciones sociales están profundamente arraigadas, mi reto es develar los repertorios emocionales que las han solidificado para ayudar a construir una Colombia incluyente. Este país ha sido una convulsión violenta desde hace muchos años y desde todos los sectores, ¡qué reto usar esa misma memoria para sanar!