La Bruja

En política, son bien conocidos los personajes que consultan brujas y brujos para ganar las elecciones, para coptar el libre albedrío de los electores; y también es muy común el engaño y la mentira para convencer a la ciudadanía, de votar por ellos.

Opina - Política

2018-09-02

La Bruja

Germán Castro Caycedo devela maravillosamente en su libro “La Bruja”, la manera como en Colombia se entrelazan tres temas que golpean nuestra cruda realidad: coca, política y demonio.

Si no leyeron el libro, quizá hayan visto la novela llevada a la pantalla chica, y creo que este es un muy buen momento para leer un documento testimonial, resultado de las entrevistas grabadas que el periodista y escritor hizo a la “bruja” paisa.

Quiero poner el acento en el libre albedrío, eso que nos concedió el Creador y que también es el responsable de todos nuestros males. Sí, es nuestro libre albedrío, nuestra capacidad de decidir por nosotros mismos, lo que nos mete en los líos a veces más complejos.

No es Dios quien nos manda plagas, crímenes y cuanta maldad encontramos en el mundo… somos nosotros y nuestra capacidad de acción, de decisión, lo triste es que generalmente tomamos las decisiones equivocadas porque eso es parte de nuestro aprendizaje, de nuestro “no saber”. Un niño que no tiene conciencia del fuego, meterá sus dedos inocentemente en la llama que despierta su curiosidad, el dolor que puede ser también una sensación desconocida, lo lleva al aprendizaje inmediato… eso tan bonito que baila alegremente al son del viento, causa dolor, no volverá a tocar una llama, un fuego.

La libertad es “lo primero que tiene el hombre en la vida”, reza la canción de Roberto Torres, “Para que Aprendas”, sin embargo, en nuestra pobreza mental para soñar la felicidad, lo primero a lo que quisiéramos renunciar, es justamente a la libertad de auto determinarnos, (esto tampoco me lo inventé yo, está en “EL ELOGIO A LA DIFICULTAD” de Estanislao Zuleta) de decidir por nosotros mismos, y delegamos esa tarea en el jefe, el marido, el pastor, el sacerdote, el político… cualquiera que nos diga qué hacer y cómo hacer, cualquiera que nos libere, dice Zuleta de “la indecisión y la duda”, porque lo que el ser humano “Teme por encima de todo no es la muerte y el sufrimiento, en los que tantas veces se refugia, sino la angustia que genera la necesidad de ponerse en cuestión, de combinar el entusiasmo y la crítica, el amor y el respeto”.

La brujería es una de las maneras como se interviene el libre albedrío de las personas, se les roba la voluntad de actuar por sí mismas, y ese es un crimen mayúsculo. A la brujería acuden quienes desean la permanencia de otro a su lado, aunque no haya amor de por medio; quienes desean la fortuna, los bienes, el salario de la persona cuya libertad vulneran; y, no menos grave, es mentir para inducir en error o engaño, a terceras personas, a fin de obtener propósitos afines a los intereses de quienes mienten.

En política, son bien conocidos los personajes que consultan brujas y brujos para ganar las elecciones, para coptar el libre albedrío de los electores; y también es muy común el engaño y la mentira para convencer a la ciudadanía, de votar por ellos. Muy pocos hombres y mujeres de la política son honestos en campaña, sigo con las canciones: “le pintó pajaritos en el aire, y nunca más volvió”.

La mentira tiene un propósito, obtener algo del otro, una vez conseguido el resultado, esa persona deja de importar y dejar de importar significa que lo abandonan a su suerte. Eso hacen los malos políticos con nosotros, nos abandonan a nuestra suerte y ahora están dispuestos a tramitar una Reforma Tributaria que nos condena a un hambre mayor, a la que ya padecemos.

Ariel Ávila, en esta interesante columna que también invito leer, nos anticipa cuál será la estrategia del CD para llevar a los electores nuevamente a votar “emberracados”, y aquí cito textualmente la publicación de Ariel: “Por un lado el Centro Democrático tiene dos grandes estrategias. La primera es desangrar a la U, Cambio Radical y al Liberal quitándoles las élites regionales y locales, substraer materia.

La segunda estrategia es armar uno o dos plebiscitos para modificar los Acuerdos de Paz. La idea de ellos es hacerlos o hacerlo un día antes de las elecciones locales y regionales. La campaña del plebiscito será sencilla como estrategia de marketing: a todo aquel que defienda el proceso de paz, la justicia transicional y las reformas sociales derivadas del mismo, lo acusarán de defender violadores de niños. Lo que se ha logrado saber es que la estrategia ya está diseñada, solo falta la implementación”.

Nuestra tarea ahora que somos casi 12 millones de almas conscientes, es aprender a valorar la verdad como instrumento de luz y de justicia.

No podemos caer de nuevo en la misma trampa, deberemos demostrar en las elecciones locales, que estamos en capacidad de elegir personas, hombres y mujeres, que en realidad representen nuestros intereses y no el de una minúscula élite, a la que solo le interesa nuestro sudor y sangre.

Muchos lobos que ya gobernaron, regresarán disfrazados de ovejas, ya las chequeras empezaron a moverse en favor de candidaturas como la del hijo de un guerrillero, que de revolucionario no tiene un pelo, y que de Cuba no trajo el comunismo en sus venas, pero sí la santería y el vudú. Este es el momento en que los hombres y mujeres de buena voluntad, deberán atar su suerte a la de millones de colombianos que necesitan gobernantes más justos. Llegó el momento de reconocernos como iguales y actuar con amor y compasión en defensa de los intereses de todos y de todas. La verdad nos hará libres, no nos dejemos engañar.

 

“Si esta vez no aprendemos

Será que merecemos la derrota

Y sé que merecemos la victoria”

MARIO BENEDETTI

( 1 ) Comentario

  1. En una oportunidad anterior en una de mis columnas ya había expresado acerca de mis dudas sobre el tema y que para mí existen los pactos con el Demonio, sean de una u otra forma y ahora lo reafirmas de una forma contundente y diciente. Ojalá la gente empiece a tomar consciencia para que haya un cambio real a futuro porque sino nos lleva no el que sabemos. Y aquí me preocupa una cosa cuando dices «Nuestra tarea ahora que somos casi 12 millones de almas conscientes es aprender a valorar la verdad como instrument de luz y de justicia»… porque resulta que muchos de quienes votaron por la Consulta anticorrupción, aplaudiendo esta acción, desafortunadamente siguen defendiendo los intereses del actual Presidente (solo votaron porque él dijo estar a favor), del CD, de Fajardo y de los otros partidos o líderes politicos que engatusan a sus seguidores. Necesitamos un verdadero cambio en el pensamiento colectivo para que esa cifra aumente con ciudadanos que piensen antes que en el nombre del país, porque es solo eso, en el futuro de sus hijos, sus nietos y las generaciones futuras

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Alicia Sarmiento
Periodista, abogada de la Universidad Santiago de Cali y libre pensadora.