Golpe bajo a un país sin esperanza

Ahora cuando la falsa democracia que decimos tener nos ofrece una oportunidad, seguimos cayendo más y más bajo.

Opina - Sociedad

2017-11-27

Golpe bajo a un país sin esperanza

Eso es lo que merece Colombia y sus hijos. Un golpe bien abajo para ver si le duele algo en su desgraciada existencia por primera vez. Cuando me largué feliz de la vida de ese país sin un peso, pensaba desligarme por completo. No saber nada, no interesarme por nada. Ser otro escupitajo humano que nuestro paisito regurgitó por no seguirle el juego. Por no creerle sus mentiras, su payasada mediática, sus frases célebres “agradezca que tiene trabajo mijo” o “Es que este es el lugar más feliz sobre la tierra”.

Pero no, esto de ser colombiano fue expresado con brillantez y desolación por el gran Fernando Vallejo cuando parafraseándolo, afirmaba que ser colombiano es cargar con un lastre que nos acompañará hasta la muerte. Y bajo esas circunstancias traté y traté de que me importara un carajo, pero es imposible.

Ahora veo cómo ese continuo repasar de dolores y angustias que vivimos todos para sobrevivir se perpetúa después de años y años de matarnos entre sí, de hacernos zancadilla por la vida unos a otros. Trabajando sin ningún derecho ganado, con miedo y frustración. Pésimamente educados en todos los aspectos. Sin esperanza ni oportunidad. La culpa es suya, mía, de sus padres, de sus abuelos y de ahí para atrás en el tiempo. Porque no nacimos para pensar en comunidad, porque nos enseñaron a ser egoístas malagradecidos, oportunistas, tramposos y charlatanes.

Somos la viva imagen del infierno de Dante con todos los pecados capitales en cada cosa que hacemos, en cada personaje que nos representa, en cada falso orgullo o mentira auto infundada. Somos eso y más.

Por eso la paz es sólo una utopía de unos pocos. La guerrilla mas antigua del mundo no se define. Se piensa que esto es borrón y cuenta nueva. Pero no. La paz implica sacrificar condenas, perdonar delitos, pero la aceptación del poco pueblo racional no se da gratis. Se gana. Y nuestros compatriotas de las FARC no se lo han ganado aún.

Seguimos a tumbos por el camino de la paz improvisando. Sin embargo, es preferible esta maraña de indecisiones que miles de muertos. Igual siguen cayendo como moscas en los campos los defensores de Derechos Humanos y los creyentes de un país mejor. Pero eso es parte de la campaña sucia de los bastardos de la oligarquía colombiana que aún sueñan con esa nación dividida entre la gente “divinamente” y los “muérganos”, como para remembrar aquellos motes de principios de siglo.

Usando las argucias de los grupos empresariales que, sin más, actúan con sus conglomerados corporativos como los Gotti o los Corleone. Bloquean las leyes contra las bebidas azucaradas, maneja la opinión pública con sus canales a la vieja usanza. Dándole pantalla a las mentiras y amenazas de los lacayos de su adorado Uribe y jugando el juego de las falsedades. Con su rubia patotera como directora de noticias y sus periodistas mal pagados como títeres hacedores de una maraña de mentiras que están llevando nuevamente a Colombia al abismo de los genocidios políticos sin culpables. Vivimos en una eterna guerra fría, donde pensar distinto es una sentencia de muerte o exilio.

Ahora cuando la falsa democracia que decimos tener nos ofrece una oportunidad, seguimos cayendo más y más bajo. ¿A quién Elegimos ahora? Miremos las opciones. Ladrones corruptos y oportunistas como Vargas Lleras, que en vivo y en directo dicen como violan la ley y nadie hace nada. Un ser tan despreciable que demuestra lo enferma que está nuestra sociedad con mandamases sin argumentos ni ética.

De segundo tenemos al lefebvrista quema libros y rezandero de Ordóñez. Un miserable que retiene los grandes males de las oligarquías del siglo XIX y XX en un solo cuerpo. Con la cruz y el collar de arepas podría ser un afiliado al partido Nacional Socialista y sólo le falta la esvástica para ser el führer perdido en Tunja. Fajardo es un gran silencio. No le puedo decir sus dos son tres porque no le he escuchado la voz nunca. Su compañera de armas tiene más huevos y si se hace escuchar. Vaya uno a saber si es solo bla bla bla, o si realmente cree en lo que ella misma dice.

El candidato títere del peor colombiano que ha pisado la tierra no sabemos cuál será. Tal vez no tiene más Uribitos para poner a competir de su camada, toda prófuga o en la cárcel. Álvaro Uribe Vélez, jamás olvidaré que por su culpa me fui de ahí y dejé todo lo que amaba. Por su forma de llevar el país con matones y arriando ganado a groserías y mentiras. Embaucador por no decirle lo que se merece porque groserías no publican aquí.

Timochenko, como dije anteriormente no tiene la autoridad moral de hacer campaña, si primero no deja en claro su conciencia y la de sus compañeros. Petro es un hombre que tiene lo que un presidente necesita, si su soberbia y enemigos no le siguen impidiendo ver un futuro coherente con sus buenas ideas. “Como quien dice nos hicimos caca y tenemos el agua lejos”. ¿Qué nos queda?

Yo diría que casi nada. Mientras seamos una sociedad permisiva del delito, olvidadiza y adolescente en términos de democracia, no nos queda de otra que seguir aguantando, o irnos. Dejar atrás y olvidar. Guardar el pasaporte bien al fondo del cajón y esperar que el país que nos reciba, nos de otra identidad, otras cosas por que luchar, otros sueños que cumplir.

Alguna vez alguien dijo que si todos los colombianos tuvieran plata para irse se irían. Hay muchos ciudadanos consientes del desastre que aman su país y se quedan a pesar de la injusticia que viven a diario y la gran decepción de ser parte de esta sociedad tan absurda en su forma de ver el mundo, que ha sido digna de ser la base de muchas historias para el cine y la literatura.

Tal vez sean masoquistas o valientes. Los que persiguen aun el orgullo patrio sin la conciencia de lo que está mal, acusan a sus críticos de apátridas o traidores. La verdad aquellos que nos desbocamos tratando de hacer un llamado de atención somos tal vez mas patriotas que los millones que aún creen que todo el mundo es como Colombia y no se dan cuenta de cuan diferente se ve todo desde afuera y mucho menos sabrán cuánto duele ver a la mala madre que nos tocó tener como terruño, desmoronarse en manos de crueles y asesinos.

La paz pende de un hilo y los colombianos buenos y malos huyen. O simplemente se conforman. Sea como sea, no hay vuelta atrás. Pagamos el precio de una historia llena de violencia y egoísmo. Con un prontuario en contra de los humildes, los librepensadores y los rebeldes verdaderos. Los que usaban las palabras, el intelecto y el humor.

Los que empuñaron un arma son causa de ese miedo a pensarse en comunidad, a creer en otra cosa que no sea un dios o una bandera. Los desesperados se armaron y terminaron siendo igual de victimarios a sus opresores.
Es así como el mundo sigue girando y evolucionando hacia los dos caminos: el de los radicalismos y el odio, o el de la comprensión y la esperanza. Nosotros hemos vivido en el primero siempre. De usted depende querido lector si vale la pena o no optar por el segundo camino y para eso, debe alzar su voz y demostrarle a los de siempre que no está sólo.

No importa si es con un pequeño acto. A veces lo pequeño logra grandes cosas. No tengamos mas miedo. Llegará el día que nuestra dignidad nos haga levantarnos del sueño profundo en que nos han mantenido por casi dos siglos. No somos especiales, pero podemos ser lo que siempre quisimos sin tener que dejar atrás nuestra memoria, nuestras raíces y nuestros afectos. A pesar de todo, todavía hay esperanza.

 

( 17 ) Comentarios

  1. Tremendo artículo, dolor de patria es lo que se siente a la distancia con mis ojos humedecidos los saludo y compartir con ud cada palabra expresión u oración. Rd un verdadero caos la nación con tanto rencor, odio y repudio entre nuestros coterraneos, división bien lograda por esa cúpula de elitistas corruptos de mj3rd4 de cuello blanco empresarios y gobernantes asesinos responsables de tanta violencia y tración. Para ellos sufiente nunca será suficiente.

  2. ReplyAureliano Díaz Monroy

    La historia reciente real de Colombia, muy bien explicada. Un país de ladrones y desonestos, para que haya cambio deberá caer una bomba estilo Nagasaki e irochinaw, y empezar a reconstruirla con los sobrevivientes, confiando en que sean gentes honorables o hayan aprendido la lección. Si eso no ocurre, nos tocará alistar maletas y dejar este país de mierda y de mierdas

  3. me gustó el texto. Pero la descripción del perfil de quien escribe es patética. Es la del típico colombiano arribista que cita que ha publicado en Europa, no en Cali o Barranquilla. Y el que además en la descripción de SU perfil cita el nombre de escritores reconocidos… como para que nos enteremos que no es cualquier aparecido, sino que se codea con los famosos.

  4. ReplyFelze Antonio Mejia

    Totalmente identificado con su punto de vista, por eso estoy en el exilio

  5. Por eso estoy haciendo lo posible por largarme y PARA SIEMPRE de este podrido campo de concentración con mi familia.

  6. Realidad colombiana… pero poco objetivo sobre Petrov… casi destruye a Bogota, como Neron con el M19 quemo a Bogota y quiso seguir von Bogota, y su mirada de locura y soberbia…

  7. ReplyWillfredy mendez montiel

    Cuando uno habla desde lejos, a pesar de tener la razon, nos convertimos en uno más de esos que critican pero no hacen nada por develar lo que esta pasando. pues la lucha es en el campo de batalla hy la batalla esta aquí. Sin embargo agradezco mucho por lo menos estar pendiente y no olvidar que la sociedad nos pertenece a todos y todos somos responsables de su debacle.

  8. ReplyJohn Fredy Rincón Sánchez

    Esta es «nuestra» Colombia, llena de emprendedores (oportunistas), comerciantes (avivatos), críticos (adeptos), intelectuales (ignorantes), democrátas (esclavos), liberales (godos) y cuanta cualidad pueda atribuírsele a un país donde es más importante lo trivial de un virreinato de belleza o que nos cataloguen como el país más feliz del mundo como si eso fuera a generar empleo, educación o tener un mejor sistema de salud. Nos importa más el cambio de look de los artistas que el cambio del cauce de un rio que afecta a toda una población.

    Y es que estamos tan mal, que criticamos a los políticos por corruptos sin mirar nuestras propias acciones que aunque mínimas «a veces logran grandes cosas» que impiden convertirnos en faros de moral a la hora de criticar la corrupción.
    Esa es nuestra naturaleza, ser hipócritas, «ciudadanos» sin escrúpulos y pusilánimes seres políticos que no razonamos ni emitimos un voto de opinión de acuerdo a la gran educación política que decimos tener.

    Ese es nuestro país, una nación inviable como lo fue otrora en la independencia y lo sigue siendo hoy en día. Una nación donde la identidad la ponen los comunicadores de farándula y los presentadores y periodistas que se venden al mejor emporio económico del país. Ellos y la teleaudiencia que los sigue día tras día en sus amañados noticieros, en sus novelas y sus show de opinión que de opinión no tienen nada.

    Nunca, y perdonan mi entusiasmo y esperanza, Colombia podrá atemperar su entusiasmo por lo superficial y enfocarse en lo que realmente importa que es formar una ciudadanía crítica, responsable, ética y profundamente consciente de lo que es el quehacer político de su nación.

    Este, sencillamente es el país del sagrado corazón de don Jesús.

  9. Exelente , gracias por sus líneas …..muy de acuerdo con su punto de vista ……IMPORTACULISMO a todo nivel

  10. …LLEGARA EL DIA!

  11. ReplyJorge Torres González

    «QUIEN NO SOÑO CON IRSE DE CASA»

  12. «QUIEN NO SOÑÓ CON IRSE DE CASA»… J.T.G

  13. No hay más que decir

  14. Si en otros países sacan la mierda, tiran la mierda porque en colombia no lo podemos hacer, a que se le tiene miedo, a quedar sin el pinche trabajo que nos da para medio comer, donde quedó la frase «un pueblo unido jamás será vencido» escucho a muchos jóvenes hablar sobre la situación de colombia, los que pueden hacer algo porque no lo hacen, por quien votar no hay nadie que sirva todos son buenos cuando están haciendo campaña, cuando logra alguno con sus mentiras subir se le olvida las buenas ideas que tenia para el cambio, si se vota en blanco existe el peligro que tuerzan esos votos, tan bueno seria que en unas elecciones presidenciales como las que van haber muy pronto el pueblo se uniera y no saliera a votar en fin se pueden hacer muchas cosas pero dos o tres poniéndose en contra no hace la diferencia.

  15. Sí, la patria es un dolor que llevamos dentro y Colombia es el país que duele.
    Pero cuidado con caer en el odio, a nombre del amor.

  16. ReplyLeonardo torres grajales

    Generacion tras degeneración, trasmitimos ese gen de la amnecia colectiva conveniente (a.c.c).
    Aqui; despertar produce pánico

  17. Vomitivo total, amargado y resentido, qué sabrá éste lo que significa el amor y la paz. Todo el que abandona su país no lo hace porque lo echa la situación la política o las ideas, muchisimos lo hacen porque tienen otras inquietudes y sueños y el mundo es muy grande y de todos.Si tanto asco le dan los colombianos pues muy sencillo, que se quede donde se encuentra. Curioso por cierto su lenguaje pacífico?

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Dario Hernández
Escritor de novelas. Contrera, despatriado, exiliado y ácrata. Ni militante, ni hincha, ni creyente.