Farándula y política, el reflejo de una sociedad

Colombia sigue siendo el país donde una modelo o un reguetonero tienen mayor influencia que un analista político o un académico.

Opina - Sociedad

2018-02-21

Farándula y política, el reflejo de una sociedad

Colombia. Un país que conoce su realidad a través de la televisión y las redes sociales. Horas y horas de declaraciones y tuits hacen mayor incidencia en la toma de decisiones que el tomarse un tiempo para leer las propuestas de los candidatos y escuchar sus puntos de vista en los temas de mayor relevancia para el país.

Desafortunadamente, Colombia sigue siendo el país donde una modelo o un reguetonero tienen mayor influencia que un analista político o un académico. La farándula, ese mundillo superficial y banal que entretiene y absorbe el mayor tiempo de calidad de los ciudadanos, se convierte en el reflejo de aquello que somos como sociedad. De allí que, en esta enredada contienda política, donde los argumentos se focalizan en reafirmar miedos infundados por la manipulación de la información de los medios de comunicación tradicionales; es muy fácil asumir como verdad la opinión de un mediático.

Aunque este fenómeno no es nuevo, hemos visto en los últimos meses una correría de famosos y famosas, haciendo comentarios por redes sociales y por diferentes medios de comunicación, sobre propuestas y candidatos de manera simplona y repetitiva.

De allí que los colombianos, en muchos casos, no asuman una postura clara a partir de las propuestas sino de las amenazas. El miedo como mayor arma de manipulación ha sido determinante para que renombrados personajes de la vida nacional den a conocer sus puntos de vista desde su cómoda posición económica y aprovechando su imagen, para darle a los mas inocentes de nuestros compatriotas, una idea errada de lo que puede llegar a ser una potencial victoria de algún candidato que rompa con 200 años ininterrumpidos de gobiernos de centro derecha, de nacionalismos recalcitrantes y de ideologías amañadas con las instituciones eclesiásticas y corporativas.

Es importante aclarar que, en toda democracia, la oportunidad de elegir y de tener puntos de vista es un derecho incuestionable. El problema es no permitir el acceso a una información veraz e imparcial que todo ciudadano merece y necesita para formar su propio criterio. Eso es igual o peor que una dictadura. Por décadas, Colombia ha tenido la posibilidad de replantearse como sociedad y esos actores de la política que brindan esas oportunidades, han caído por la mano criminal de grupos armados o criminales amparados por el Estado. Y las plazas públicas que se han llenado por años a favor del cambio a pesar del miedo que da pensar distinto en la sufrida patria, siguen abarrotadas de esperanza.

La polarización que vivimos actualmente no solo es política, también intelectual y cultural. Eso se ha demostrado en las recientes encuestas y en las repetidas críticas a esas opiniones poco sustentadas desde los hechos, por parte de personajes famosos que huyen a la idea de ser parte de una sociedad donde sobresalga más el trabajo duro de los humildes, que la banalidad y la superficialidad que solo ofrece una sociedad dividida por estratos y clases sociales.

Es importante que reabramos el debate de altura y hagamos de la confrontación de ideas, una posibilidad de crear nuevas maneras de ver el futuro de nuestro país. Es en ese espacio, donde se puede tener la oportunidad de enfatizar el valor de creer en la tolerancia como base de la política colombiana.

Es verdad que somos una sociedad herida por guerra, corrupción y olvido. Pero así mismo, estamos despertando a nuevas maneras de leer la realidad. Mientras existan personajes mediáticos que ayuden a confundir, es muy difícil que aquellos que no tienen en sus manos las herramientas de ver el país en su totalidad, sigan creyendo que la solución se encuentra en el facilismo de seguir en la misma línea de la violencia y el patrioterismo. La historia es una gran herramienta para entender nuestro presente y pensarse a futuro con la luz que solo da la experiencia y la memoria.

Podemos seguir siendo una burda y acomplejada sociedad llena de prejuicios, que se alimenta del odio y olvida fácil en el circo de lo mediático, o podemos entrar en una etapa de medir las prioridades que debemos tener como sociedad, para no cometer más los mismos errores del pasado y de paso, no cometer los errores de nuestros vecinos. Y así mismo, buscar un mejor porvenir dándole su lugar a las demás cosas de la vida, sin olvidar lo que realmente debe ser importante al momento de ejercer el derecho al voto.

Por eso señoras y señores famosos. Zapatero a sus zapatos. Sabemos que han trabajado duro por estar donde están y ser quienes son, o eso asumimos. Sin embargo, si va a opinar, lea un poquito y si no quiere, al menos tenga en cuenta que el mundo es mucho más grande y complejo de como lo que ve desde su ventana.

 

 

Imagen tomada de LEOPOLDO MENDÍVIL BLOG

( 2 ) Comentarios

  1. ReplyFERNANDO RANGEL YOUNG

    TODO COMENZO ERRADO EN LA NACION QUE LLAMAMOS COLOMBIA! SU INDEPENDENCISA NO FUE EL 20 DE JULIO DE 1810! COLOMBIA NO EXISTIA! LA NACION SE LLAMABA «NUEVA GRANADA»! Y LOS GRANADINOS CRIOLLOS NO QUERIAN SER INDEPENDIENTES! QUERIAN TENER LOS MISMOS DERECHOS DE LOS PENINSULARES ESPAÑOLES! AL VERDADERAO INDEPENDIZADOR DE COLOMBIA LO INTENTARON MATAR! A SIMON BOLIVAR! Y L HICIERON CON QUIEN IBA A SER SU SUCESOR! EL MARISCAL SUCRE! Y ASI SUCESIVAMENTE! A NARIÑO LO PERSIGUIERON! MATARON A GAITAN! A GALAN! A PIZARRO A GOMEZ Y A CUANTOS OTROS! AHORA BUSCAMOS LA PAZ! Y ALGUNOS AUN QUIEREN LA GUERRA! PORQUE LES CONVIENE MAS! HASTA CUANDO>?COLOMBIA TIENE DOS CAMINOS! LA JUSTICIA SOCIAL! O EL CAOS VIOLENTO! LA PAZ O LA GUERRA! LA VIDA O LA MUERTE! QUE ESCOJEMREMOS>? YO ESCOJO LA PAZ JUSTA! LA COLOMBIA HUMANA!! VOTO POR PETRO!

  2. Un país donde un gobernante en turno cree que es mejor que se desconozca su historia así sea mal contada. Donde los que llegan a leer algo no
    pasan de la profundidad de condorito. Y sus programas predilectos son los reality show. Su música preferida es la que los degrada.
    Un país en el que su gobierno legaliza la peor arma de destrucción masiva: las drogas.

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Dario Hernández
Escritor de novelas. Contrera, despatriado, exiliado y ácrata. Ni militante, ni hincha, ni creyente.