Eurotofobia

Miedo al “pan”, a la “florecita”, a la “cochita”…

Opina - Sexualidad

2018-10-14

Eurotofobia

Las fobias, curiosa debilidad del ser humano. Como si necesitara, de repente, una bofetada para recordar su insignificancia y que no es rey de reyes; que no se las sabe todas y en cambio, aún hay cosas que pueden enloquecerle de físico miedo.

Ornitofobia, agorafobia, barofobia… “Cada loco con su tema”, he escuchado. Yo, por mi parte, en esta ocasión, traigo a colación a la eurotofobia o miedo de algunos hombres a los genitales femeninos.

¡Cosa tan loca! ¿No? Como todas las fobias. Pero, sí, señores y sobre todo, señoras… Hay a quienes les pone los pelos de punta (y no en el buen sentido) el ‘poochie’, el ‘sapito’ y hasta la ‘acema’, se le oiría a algunos.

Es cierto, no se trata de un mal chiste homosexual porque ni siquiera es asunto del hermoso arcoíris. En esa profunda caverna que Diosito nos dio, con la que muchas compran el mundo y por la que otros lo dan; hay monstruos, fantasmas (del pasado, puede ser) y demás elementos espeluznantes; desde los ojos del eurotofóbico.

Los humanos le tememos a muchos regalos que nos da la naturaleza. A mí, por ejemplo, me pone a correr una cucaracha. A otros los sapos, pero la cucaracha, el sapito… ¡Ese es otro asunto!

Mi leve delirio de psicóloga y yo, una simple periodista, hemos comprobado que a las personas les asusta lo desconocido porque, casi siempre, la imaginación se convierte en su peor enemiga; haciéndoles fantasear y crear tantas hipótesis sobre “x” cosa, que termina saliéndose de control, aun en su propia cabeza.

Nos prevenimos de ese algo, lo engrandecemos mentalmente y nuestro organismo reacciona a la idea que hemos creado. Y el que sufre de eurotofobia solo come de lo que ve (aunque, no textualmente, de hecho).

Tal vez, nunca ha tenido la oportunidad de apreciar ‘a profundidad’ las partes femeninas. Tal vez, solo lleva en su cabeza la imagen que le han brindado tres ‘x’ en algún buscador de Internet (y ahí sí que se ven cosas atemorizantes). Tal vez, le falta empaparse del tema, literalmente; ver de cerca, admirar, probar. Y quizá, un día, llegar a amar esa parte de la mujer que es el centro de todo, de la vida misma; lo más vulnerable, lo más inalcanzable, lo más adictivo y lo más delicioso… dirían algunos, claro.

De igual manera, puede tratarse de un simple miedo a no saber cómo actuar frente a la “florecita” (como dice mi sobrina), de algún tabú sexual proveniente de su tierna infancia. No sé, yo solo supongo. Pero, sí estoy segura de que la sexualidad es tan nuestra; que, por algo, la llevamos con nosotros a todas partes. Sí, es una necesidad con la que no nacemos. Mas, deberíamos aprender a vivirla a plenitud. Las fobias son símbolos de ansiedad, con un trasfondo. ¡No temamos de más o nunca tendremos paz!

Y en este caso, hay que intentar llegar al FONDO del asunto.

Foto cortesía de: HeyHeyHello

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Lorena Arana
Periodista con Máster en Escritura Creativa. Libro: 'Poemas de cabello corto'. Cuentista y microcuentista de última generación. Tía de oficio. En ocasiones, premiada. Ansiosa rehabilitada - hipocondríaca en reparación. Meditadora, trotadora, lectora. Y mi perra sonríe cada que me ve.