El poder de los libros

Los libros tienen un gran poder, eso es indudable, pero ¿hasta dónde llega? O ¿hasta dónde deberíamos dejarlo llegar?

Opina - Literatura

2019-02-24

El poder de los libros

“Yo no creo que exista un libro dañino. Es decir, el libro como objeto no es  dañino, lo que puede ser dañino es cómo el lector se apropia de él” – Marta Lucía Orrantia

 

 

¿Puede un libro llegar a ser peligroso? “Nunca. Porque todas esas cosas están en la cabeza del lector, no de un libro. Uno podría hacer un libro pensando en eso, en maltratar o hacer algo de eso. Pero la literatura ni hace buena a la gente, ni la hace mala.” Respondió rotundamente María Osorio quien es la fundadora de la librería Babel e hizo parte de una de las charlas ofrecidas en el Festival del Libro del Parque de la 93.

La semana pasada, entre el 7 y el 10 de febrero, se celebró un evento en honor a la literatura en el parque de la 93 donde más de 20 librerías independientes asistieron, y se realizaron varias charlas que rondaban desde los cómics hasta la literatura que tiene como eje la violencia en Colombia. Uno de los propósitos del festival es incentivar la lectura entre los bogotanos y promover las librerías independientes que son poco conocidas. Estas, además, son atractivas gracias a los enfoques diferentes que ofrecen y los detalles que las acompañan pues en varias como Casa Tomada o Luvina no solo se ofrece libros sino que hace a la par de café.

En palabras de Jaime Hernández, librero de Luvina (ubicada en la Cra. 5 #26C – 06), el festival “es un punto de encuentro para que los lectores que están alejados del centro de la ciudad lleguen aquí al parque de la 93 y se encuentren no solamente con los libros de los autores invitados sino que cada librería tiene su propia especialidad y les ofrecen una experiencia diferente”. Sin embargo, ¿todos los libros son buenos o existen libros peligrosos? Se sabe que los libros han tenido una gran importancia a lo largo de la historia y que, en palabras de Rosa María librera de OHHH LALA, son “poderosos” pero ¿hasta qué punto?

“Yo no creo que exista un libro dañino. Es decir, el libro como objeto no es dañino, lo que puede ser dañino es cómo el lector se apropia de él” comenta Marta Lucía Orrantia, periodista y escritora de varios libros que se inspiran en la violencia que ha tenido lugar en Colombia. Este es el caso de su libro “Mañana No Te Presentes” que tiene como trama la toma del Palacio de Justicia. Para Orrantia el punto de tomar la violencia como trama en sus historias es el de sanar heridas y a su vez protegerse del dolor propio pues, por ejemplo, la toma del Palacio “junto con el bogotazo nos rompieron como país y es una espina que aún no nos podemos sacar”. Igualmente afirma que la escritura puede darles una cara a los victimarios ya que se acostumbra a percibirlos como monstruos sin rostros.

Una opinión ligeramente diferente es la de Jaime quien afirma que “Un libro puede ser peligroso por una de dos. Te va a encantar, o tú no tienes la madurés suficiente para asumir la lectura…Una cosa puede ser la edad de tu cuerpo y otra la edad de tu mente”.

Un problema similar ocurre en el mundo de los cómics que alrededor de los años 50 se consideraban peligrosos, por lo que en 1954 se creó el código de autorización donde, en palabras de Yesid Soto (administrador del Club de Fans de DC Cómics en Colombia junto con Juan Andrés Cabrera), “Tenía que pasar primero por un grupo de personas que miraban el cómic, lo leían previamente y miraban de qué forma podía afectar a la juventud de esa época”. A partir de esto Juan Cabrera cuenta que de “ahí salió el rumor por ejemplo de que Batman era homosexual y que andaba con Robin, y todas esas cuestiones salieron de ese psiquiatra que desafortunadamente le hizo una mala reputación a los cómics. Afortunadamente con el tiempo nos dimos cuenta de que no era así y de que los cómics es una muy buena alternativa para que los niños aprendan a leer.”

En el mundo de los cómics finalmente se percataron de que el problema no eran las historias en sí, sino la madurés mental de quienes los leían tal como mencionaba Jaime. “Lo que pasa es que hay que entender que al igual que las películas, al igual que los libros, hay clasificaciones. O sea, no voy a poner a leer a un niño «The killing Joke» porque es un cómic para mayores de 18 años. Pero hay historias tanto de Batman, Superman, Flash, Linterna Verde que son para todas las edades. Hay que ver la clasificación.” afirma Juan una vez más.

Pero entonces, si es necesaria una clasificación o una madures exacta determinada para leer cierto tipo de historias ¿existe alguna razón para censurarlas? “No, yo creo que no. La cultura de la literatura no y en el libro jamás. Lo que hay que medir y ver es que más bien la edad de la persona pero de su madures mental. Si está preparada para ese tipo de lectura o no. Uno tiene que evaluar eso que la persona sea madura para asumir un tipo de lectura densa o que tal vez tú le recomiendes un libro que es muy bueno pero que tal vez no le va a generar una experiencia positiva en la lectura. Eso es de cuidar pero libros de veto no, no creo, hay que leer de todo.” Cierra Jaime seguro de su posición.

Los libros tienen un gran poder, eso es indudable, pero ¿hasta dónde llega? O ¿hasta dónde deberíamos dejarlo llegar? Se reconoce que los libros pueden cambiar realidades pero esto normalmente aplica como un cambio positivo. Se habla de lo útiles que pueden llegar a ser para sanar heridas y la importancia que tienen al visibilizar aquello que muchas veces se deja de lado. Pero si de tanto poder gozan ¿No es posible que puedan volverse en contra de los nobles principios que se defienden? En ese caso ¿qué hacer al respecto?

 

 

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Paula Sepúlveda
Estudiante de Comunicación social en la Javeriana con énfasis en periodismo y editorial.