Autor: Eddie Vélez Benjumea
El Paro Nacional del 21 de noviembre será una oportunidad para que los ciudadanos colombianos le demuestren al gobierno de turno la inconformidad que sopesa en su patriotismo. Es el momento idóneo que encuentran los marchantes para declarar el disgusto que se le adquiere al manejo dado a la administración nacional de los recursos de esta República.
El presidente Duque enfrenta uno de los más duros momentos de su mandato. Con al menos un 69% de desaprobación, según Gallup, se enfrenta a un desprestigio considerable de su imagen, y el aumento del descontento de un gran porcentaje de colombianos se hace escuchar así.
Un gran sector del uribismo fanático se halla temeroso ante la posibilidad de que se creen desmanes en esta fecha. Tanto es el temor impregnado en esta población que han acudido a crear publicidad en redes sociales para desprestigiar el sentido de la protesta.
Pero en realidad esta manifestación tiene como epicentro la reclamación de garantías en educación, la exigencia de nuevas políticas públicas que logren disminuir el desempleo de más del 10%, y la garantía de vida para indígenas y líderes sociales que han sido perseguidos y asesinados a lo largo del mandato Duque. ¡Se alarga la lista de pedidos que los protestantes piden, y con justa causa!
Según la Agencia de Información Laboral (AIL) el paro del 21 de noviembre tiene 10 razones para efectuarse:
- Protestar Contra la reforma laboral.
- Manifestarse contra la reforma pensional.
- Hacerse escuchar en contra del holding financiero.
- Protestar en contra de las privatizaciones.
- Quejarse sobre el tarifazo nacional.
- Manifestarse contra la corrupción.
- Comunicar la posición sobre la reforma tributaria.
- Demandar un salario mínimo.
- Exigir el cumplimiento de los acuerdos con FECODE.
- Luchar por la defensa de la protesta social.
La situación es clara: una gran parte de la población está cansada de ser engañada una y otra vez por los mandatarios de turno. De que se le prometan en campaña cambios significativos y palabras populistas y, cuando están montados en Gobierno, todo aquello que parecía idílico se convierta en muestra de lo contrario. El pueblo está agotado por las mentiras soeces que los politiqueros defienden y lo quiere hacer saber.
Otras de las artimañas de parte del sector afín al Gobierno es desestabilizar el paro, argumentando que «las protestas del 21N son patrocinadas por el Foro de Sao Paulo«.
La creación de videos manipulados digitalmente con voces en off, explicando razones falsas de la gran protesta, también hacen parte de la estrategia de campaña negra y la divulgación de fake news sobre la marcha.
Estos videos también tienen imágenes que hacen parte de este coctel desinformativo de divulgación negativa, donde se muestran escenas de vandalismo en protestas de otros países latinoamericanos, relacionándolas con las protestas de la próxima fecha en Colombia.
Por ello, es preciso invitar a la población a no actuar de manera peyorativa en contra de los suyos. A cuidar el patrimonio de los emprendedores locales, a no tirarse lanza en ristre de nuestros centros educativos, de nuestro transporte masivo.
Por ejemplo, en Japón, durante unas protestas civiles los conductores de transporte no cobraban a los pasajeros y seguían prestando su servicio con normalidad, logrando el gasto de gasolina, electricidad y dando el golpe en el bolsillo de los magnates dueños empresariales. Esa es una muestra de protesta pacífica, digna y con alta repercusión política.
Se ha mencionado, en lo regional, que los protestantes quieren atentar en contra del Metro de Medellín, pensemos: ¿qué acaso ese no va a ser uno de los principales métodos de transporte para acudir a las marchas? Esta es una de las poco inteligentes estrategias de campaña negra en contra del 21N, y como esta muchas más…
Sé, con convicción, que este próximo 21 de noviembre Colombia entera se hará escuchar, brindará en bandeja de plata la voz cansada de un pueblo humillado y paleado, que se siente desprotegido y a la merced de un futuro temeroso y sin garantías. El 21N no será una protesta más y el Gobierno lo sabe.
Foto cortesía de: Pacifista