Disolución del Esmad: ¿una propuesta prudente?

¿Qué es más sensato: pensar en una reforma estructural o pensar en el desmonte absoluto de esta figura de autoridad? Analicémoslo. 

Opina - Sociedad

2019-12-02

Disolución del Esmad: ¿una propuesta prudente?

Autor: Farid Mauricio López Rodríguez

 

A partir de la coyuntura que vive actualmente el país, se ha desencadenado un nuevo dilema alrededor de la conveniencia del Esmad. En torno a este debate es necesario sentar una posición juiciosa y moderada, que no lleve a la radicalidad de atacar la institucionalidad del entramado estatal.

Desde su creación, en el año 1999, el Esmad ha propugnado la consigna del control y el restablecimiento del orden cívico en caso de disturbios. A pesar de esto, ha sido evidente el uso desmedido de la fuerza a la hora de intentar recuperar la tranquilidad vial y ciudadana.

Para demostrar su uso desmedido de la fuerza solo es necesario mencionar algunos nombres como Óscar Salas, Miguel Barbosa o Dilan Cruz, los cuales tienen algo en común: han sido víctimas fatales del despotismo por parte de la autoridad policial.

Sin embargo, es claro que la letalidad de este escuadrón puede ser mucho más atenuada que la actuación de militares y otras divisiones de la Policía. Es por eso que la propuesta de los líderes del actual Paro Nacional, en la que exponen un extremismo referente a la disolución de la institución en cuestión, puede resultar impertinente para lo que el país vive en relación con la construcción e implementación de los acuerdos de paz.

Y es que es imprescindible cuestionarse qué pasaría si se logra disolver al Esmad: ¿la institución encargada de regular y mitigar los desmanes ocasionados por actos vandálicos sería entonces el Ejército? Un pelotón de soldados con un armamento cargado de letalidad, que se encargaría de acallar indiscriminadamente, y sin un criterio determinado, la protesta social.  

Si bien es cierto que el Esmad carga con un número de víctimas mortales bastante representativo, no hay que dejar de lado que esta cifra puede crecer exponencialmente si se delegan las funciones de este aparato institucional en otra institución que puede resolver estos problemas de orden público de una forma supremamente tiránica que desencadene una oleada de muertes arbitrarias.

Por lo tanto, es más precavido pensar en un organismo institucional que se encargue de dispersar a las personas en ocasiones donde se presenten actos vandálicos e involucren el detrimento de la infraestructura, tanto público como privada.

Así pues, la propuesta más acorde en este sentido sería, no la disolución del Esmad, sino una reestructuración en su forma de actuar. Mejor pensar en el Esmad como una organización reformada que tenga oportunidad de diálogo y que intervenga en situaciones que verdaderamente lo ameriten.

Las actuaciones de este pelotón se deben presentar en circunstancias en las que efectivamente se estén presentando alteraciones del orden público, y no en casos en los que la protesta se esté desarrollando de forma pacífica.

Asimismo, la reestructuración de esta institución debe estar encaminada en un enfoque de derechos humanos, en el que el respeto a la integridad física y a la vida sea uno de los principios básicos; entonces, debe haber una capacitación adecuada y mucho más reforzada hacia los miembros del escuadrón que logre despertar un sentido más humano, en el que pueda primar la tolerancia a los derechos constitucionales.

En definitiva, es necesario pensar en los efectos y consecuencias que puede acarrear la radicalidad de las propuestas. Más sensato sería pensar en una reforma al Esmad, en vez de la propuesta actual de disolución que puede resultar un poco irresponsable y sin la debida prudencia por parte de los promotores del paro.

 

 

Foto cortesía de: RCN Radio

 

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Farid Mauricio López Rodríguez
Estudiante de ciencia política, tecnólogo en administración pública.