Cuarentena, festival de corrupción

Estamos en el país en el que se sobrevaloran costos en los contratos con la excusa de que todo se encareció por las actuales circunstancias.

Opina - Corrupción

2020-04-15

Cuarentena, festival de corrupción

Columnista:

Hernán Velandia Palomino

 

Las tan mencionadas medidas de choque para combatir la pandemia que nos azota nacionalmente, se convirtieron en un escenario más que los políticos y autoridades corruptas, de todo nivel, están usufructuando a su favor.

Para que el esfuerzo del pueblo colombiano dado a través de los impuestos se vea realmente reflejado, la primera curva que hay que aplanar es la de la corrupción, que se elevó de forma considerable con las disposiciones del orden nacional, asignando presupuestos de emergencia y autorizando inversiones a nivel regional y local casi que discrecionalmente, según el criterio de los mandos territoriales.

Entre más alarguen el confinamiento social, más se frotan las manos los corruptos que nos dirigen en diferentes lugares, casi todos, del territorio colombiano, por cuanto que sobrevaloran costos en los contratos con la excusa de que todo se encareció por las circunstancias, excusa no válida, pues el presidente solicitó por cadena nacional denunciar a los especuladores que aumenten los precios de los productos. Hasta ahora, no hay una sola denuncia contra los proveedores que aumentaron costos. Además, nadie garantiza el total de mercados solidarios donados, debido a que el confinamiento no permite verificar si doscientos o trescientos mercados entregados realmente, no terminan siendo dos o tres mil facturados por las administraciones. 

Haciendo el ejercicio de recuperar los dineros extraviados por contratos mal habidos desde el comienzo de la pandemia, tengan la seguridad de que el valor final alcanzaría para comprar pruebas de detección de la COVID-19 para cada uno de los colombianos, dotación hospitalaria y mecanismos de protección para los héroes del sector médico y policial que ofrendan sus vidas en aras del bienestar de sus connacionales.

Sí, es muy importante el aspecto económico, y el presidente está ejecutando de la mejor manera posible los recursos disponibles, y logrando las posibilidades de empréstitos por parte de entidades internacionales para buscar el bienestar y una mejor calidad de vida de los colombianos en este momento tan crucial, pero esos esfuerzos se ven erosionados por el accionar criminal de autoridades y contratistas que no sacian su codicia, quitándoles posibilidades a más familias que podrían beneficiarse con mayor cantidad de mercados solidarios.

En este país del “nada pasa”, esperamos que los anuncios del señor contralor, quien propuso unión con Procuraduría y Fiscalía para perseguir a los corruptos, entregue resultados y culpables, porque los contratos que ya están firmados y, algunos ejecutados, son prueba evidente de este indigno proceder.

¿Cómo es posible que varios productos sean cobrados por tres veces su precio y, quien firma, lo haga tranquilamente y no refute ese valor? Y, peor aún, en el tema de la camilla denunciada por el contralor que terminó costando aproximadamente diez veces su valor. Adicionalmente, el señor procurador anunció apertura de investigación a diez contratos en ocho departamentos; y esto es solo el comienzo de las investigaciones, por lo tanto, quedamos a la espera de decisiones prontas y que no se dilaten, como siempre ocurre, hasta que la gente olvide, los términos caduquen o los culpables puedan adelantar componendas salvadoras con los contratistas.

No demora en generarse un desfile de implicados dando toda clase de disculpas y defendiendo su honorabilidad frente a las comunidades, que padecen las consecuencias devastadoras de haber escogido “el mejor líder” para sus departamentos y municipios.

Los esperanzados y estudiosos del tema socioeconómico anhelan un sincero cambio en todas las sociedades del mundo luego de esta pandemia. Los colombianos quedaremos con la eterna epidemia de políticos y autoridades corruptas.

 

( 2 ) Comentarios

  1. ReplyCarmenza Ramírez R.

    Muy buen escrito😊es una realidad de lo qué pasa en nuestro país y en muchos otros 😡me parece terrible que aprovechen esta contingencia para beneficiar sus propios bolsillos😡

  2. ReplyErika Andrea Velandia

    La Epidemia Socioeconómica en la que algunos Corruptos desean mantener el País; celebrando en medio de la pandemia que nacieron 1.700 niños en Colombia, cuando hasta aquel entonces iban 25 fallecidos, y a su vez mostraban imágenes de personas clamando por comida, entonces donde está la Coherencia de querer un País para todos?. Para todos los Buitres que le dan al pueblo pan y circo; ah! Y los mantienen mentalmente limitados con refritos de novelas de “figuritas” que me pregunto.. ¿En que aporta la vida de una cantante, que tuvo un esposo con problemas con la justicia?, y que realmente es de unas características de vida que no invitan a seguir el ejemplo,¿En que aporta la vida de un músico talentoso que muere a causa y consecuencia de vidas mantenidas de apariencias, vicios y desórdenes promovidos y aplaudidos por la “sociedad”?. Es que acaso piensan que si mantienen a las personas frente a un televisor viendo estos refritos de ignorancia las personas no van a emular esos comportamientos?. Si eso fuera cierto, que sirven como “escuela”, para que la sociedad no repita sus errores las novelas de narcotraficantes, venganzas, y prepagos no generarían Raiting. Colombia grita y clama no más corrupción, pero ver que algunos parroquianos se cuelan en transmilenio y quedarse callados no es acaso también promover y alcahuetear corrupción ?.
    En una idiosincrasia como la de estos países de tercer mundo, todos quisiéramos que no existiera corrupción pero nuevamente pregunto: ¿quienes elegimos a esos Arcangelitos que se ganan 32 millones de pesos y políticos dirigentes?. Nosotros mismos!!.
    Así que mi reflexión es : El ser humano pensante y normal puede equivocarse pero vivir en el error y repetirlo de quien es la culpa?.
    La falta de interés por impulsar, formar e instruir a muchos de los talentos que se sientan a ver televisión barata, escuchar politiqueros de pacotilla, tener hijos por montones es lo que hace que el pueblo se suma cada vez más en su acostumbrada y mala ávida “cultura” del País del Sagrado Corazón de Jesús , del País del “tenga paciencia”, del País del “cada niño trae el pan debajo del brazo “.
    Colombia un País rico en recursos naturales pero en algunos casos mental y comportamentalmente disfuncionales.

    Erika Andrea Velandia B.

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Hernán Velandia Palomino