Comida vemos, veneno no sabemos

Opina - Sociedad

2016-11-13

Comida vemos, veneno no sabemos

Cada vez sabemos menos sobre lo que comemos.  Si bien se están promoviendo dietas sanas y alimentos orgánicos por doquier, es mayor la cantidad de productos que consumimos y desconocemos de dónde provienen; hasta ignoramos sus componentes porque el empaque se va a la basura sin que le hayamos dado una mirada.

Pero hay un problema más grande para el consumidor que fijarse en los ingredientes de lo que compra y es el lobby de ciertas empresas con los entes reguladores para comerciar sin obstáculo alguno, alimentos que ponen en peligro la salud y contienen altos niveles de sustancias tóxicas.

La solución de la industria, en lugar de sacar del mercado sus dañinos productos, es pedirle a la autoridad sanitaria que cambie las reglas de juego y las acomode a la conveniencia de su negocio. Así sucedió con atún Van Camp’s hace poco, cuando fue obligada a retirar 128.000 latas que estaban circulando, por sobrepasar los estándares de mercurio permitidos.

La empresa siguió a regañadientes la directriz, pues en las declaraciones, sus directivos han sido enfáticos en que lo hacen por “cumplir” y muestran total desacuerdo con la medida. Aseguran que en Colombia está “sobrerregulada” la cantidad del tóxico metal y afirman que no es perjudicial para la salud consumir varias unidades como las que el Invima ordenó sacar de circulación.

Para ellos, la alarma que se dio en el país – tardía, por cierto- generó una paranoia injustificada y se atreven a calificar de “irresponsable” a la prensa por crear un “pánico de consumo”.  Pero la relevancia mediática no era para menos, pues se han dado a conocer los efectos nocivos del mercurio para la salud; bajo este panorama, los irresponsables no son precisamente los periodistas.

Afectaciones en el sistema nervioso, los riñones, el hígado, la glándula tiroides o el cristalino de los ojos son algunos de los daños que puede causar la ingesta excesiva de atún con altos índices de mercurio. Es claro que una lata no va a provocar una enfermedad inmediatamente pero el consumo de varias de ellas y la acumulación del metal en el cuerpo, van haciendo mella en la salud sobre todo de mujeres embarazadas y niños.

Pero  dejando a un lado el atún, encontramos muchos casos de alimentos que nos hemos llevado a la boca toda la vida y sobre los cuales ha pesado más la manipulación de quienes lo producen, que la conciencia de varios actores para su regulación. Es más, un sector como el azucarero ha llegado al descaro de financiar estudios científicos para  que en lugar de divulgar los perjuicios de abusar del consumo de lo que se ha llegado a llamar “dulce veneno”, los minimicen.

La industria del azúcar es una de las más poderosas dentro del “lobby alimentario”, gana mucho dinero y con él no solo patrocina investigaciones, también lo hace con fundaciones que promueven la nutrición y organizan simposios de salud, invierte en propaganda y así se encarga de silenciar las voces en contra.

Estudios que no han sido pagados por el sector azucarero, han encontrado que el consumo del azúcar blanco refinado, incide en varias enfermedades crónicas además de la diabetes: hipertensión, arterioesclerosis, cáncer, Alzheimer, entre otras de una larga lista; debilita el sistema inmunológico, contribuye a la obesidad, perjudica la salud dental, produce hiperactividad y ansiedad, provoca descenso de vitaminas y minerales y un amplio etcétera.

No se trata de vivir con pánico de consumo, como le llaman los atuneros, pero hoy, cuando hay tanta información y mal que bien, variada oferta alimentaria en el mercado, se puede pensar mejor en qué llevar al plato, conociendo más a fondo si tenemos una dieta saludable o estamos atropellando nuestro cuerpo; así se puede, de alguna manera, hacerle frente a los grandes emporios del sector alimenticio que solo piensan en sus arcas.

Publicado el: 13 Nov de 2016

 

 

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Carolina Valle
Periodista.