Colombia: ¿la mejor educada de América Latina?

Opina - Educación

2017-04-23

Colombia: ¿la mejor educada de América Latina?

Lejos de lo prometido en campaña por Juan Manuel Santos, la educación superior y la investigación no han recibido el impulso financiero necesario para convertir a Colombia en “la mejor educada de América Latina”. Al contrario, todo indica que nos alejamos cada vez más de la vanguardia científica del mundo, y no contentos con eso, el ejecutivo parece desatender los llamados de la comunidad académica del país, ahondando en las mismas políticas que han sumido a la educación colombiana en una profunda crisis.

El presupuesto general de la nación para 2017 castigó a la educación con una reducción de 311 mil millones de pesos en el presupuesto de inversión [1]. Esto quiere decir que no habrá un impulso para solventar el déficit en infraestructura de las universidades públicas del país, que se manifiesta en situaciones como el riesgo de desplome en diversas facultades de la Universidad Nacional [2], o el preocupante panorama docente del país, en donde solo 35 de cada 100 profesores son de planta [3].

Es conocido el impulso que le ha dado Santos al acceso a la educación superior por medio de la financiación a la demanda, es decir, por medio de créditos administrados por el ICETEX. Los resultados negativos de este sistema no van sólo en el endeudamiento de las familias que llegan a pagar hasta dos veces el crédito solicitado [4], sino que ahora está en duda la financiación del déficit presupuestal de más de 800 mil millones de pesos [5] de 27 universidades públicas del país asignados del 0.2% del IVA en la reforma tributaria, pues se le concedió al ICETEX la potestad de disponer de estos recursos, supuestamente para financiar el programa Ser Pilo Paga. la reforma tributaria también le quitó 92 mil millones de pesos a las universidades con la eliminación del CREE [6].

Para la investigación el panorama no es más alentador; el país apenas invierte un 0.23% de su PIB en ciencia, tecnología e investigación, Colciencias atraviesa una profunda crisis político-administrativa: 100 días sin director -entre noviembre de 2016 y febrero de 2017- y una paulatina reducción en su presupuesto, pasando de 427 mil millones en 2013 a 276 mil millones en 2016[7]. Para “colmo de males” el gobierno nacional ha decidido transferir, por medio del polémico fast track más de 1.3 billones de pesos [8] acumulados en el Fondo de Ciencia, Tecnología e Innovación, para invertirlos en la construcción de vías terciarias.

Los pilos también sufren la reiterada improvisación del ministerio de educación y el ICETEX. Después de una larga espera, se anunciaron los ganadores del programa Ser Pilo Paga 3 apenas el 16 de enero, cuando muchas universidades ya habían iniciado sus labores académicas, obligando a los participantes a asumir los costos de desplazamiento y estadía a las principales ciudades sin la certeza de finalmente acceder al crédito condonable o no.

Esto no fue lo más grave, pues el desembolso del subsidio de sostenimiento para más de 25 mil pilos se pospuso hasta finales marzo, fruto de la irresponsable gestión burocrática de los entes encargados, obligando a los estudiantes a cancelar semestres o incluso poner en riesgo su salud por mala alimentación, tal como lo expresaron los jóvenes en diferentes medios [9].

Otro “caballito de batalla” fue el intento de imponer el Sistema Nacional de Educación Terciaria (SNET), de nuevo, por vía fast track con la excusa de estar relacionado con la implementación de los acuerdos de paz. El SNET pretende equiparar la educación técnica con la educación profesional, con el objetivo de flexibilizar la movilidad entre los niveles de formación, desconociendo el distinto papel que cumplen la educación técnica y profesional en el desarrollo económico y social del país y sin comprometer un solo peso más a la financiación de las instituciones. Todo esto sin consultar a la comunidad académica, quienes finalmente lograrían presionar al gobierno a dar un paso atrás.

Sin embargo, esta reforma con miras a la tecnificación no es un asunto coyuntural, más bien ha sido la constante del gobierno Santos quien lo intentó imponer desde el proyecto de modificación a la ley 30 en 2011 y el acuerdo por lo superior 2034 en 2014.

La educación y la ciencia tienen un papel fundamental en el desarrollo de las naciones, no sólo se configuran como medio de transformación social, sino que su fortalecimiento determina el desempeño económico, político y cultural de cada país.

Imagen cortesía de: extrategiamedios.com

En este sentido, debemos cuestionar tanto la dirección que está llevando el país en estos ámbitos, así como quién está llevando esa dirección. Es preocupante que el gobierno haga oídos sordos ante las diversas posturas de académicos como Rodolfo Llinás, quien ha manifestado a la saciedad cómo nos quedamos atrás comparativamente con otros países, o Moisés Wasserman, ex rector de la Universidad Nacional, quien ha denunciado el reiterado deterioro de la calidad de las universidades.

Finalmente, pareciera que la política educativa no estuviera siendo diseñada de acuerdo al interés nacional, sino a las “recomendaciones” de organismos internacionales como la OCDE y el Banco Mundial. Por mencionar algunos casos, el intento retirar a Trabajo Social de las ciencias sociales, limitando su ejercicio epistemológico y profesional al bienestar en las ciencias de la salud, o la modificación de criterios para la asignación de recursos priorizando al ICETEX sobre las universidades expresadas en el acuerdo 2034 [10].

Las repercusiones inmediatas son claras: menor calidad a más altos costos y, por lo tanto, menos incluyente. Pero a largo plazo, abandonar el capital científico y tecnológico significará abandonar la apuesta por un país a la vanguardia del desarrollo económico y social en la región.

 
[1] http://bit.ly/2pPxGS6 Diapositiva número 20

[2] http://www.rcnradio.com/nacional/crisis-infraestructura-la-universidad-nacional/

[3] Para más información remitirse a: Sistema Universitario Estatal Colombiano (2015): características del SUE y de la Educación Superior en Colombia. Recuperado de: http://repositorio.utp.edu.co/dspace/handle/11059/6327

[4]http://www.elespectador.com/noticias/educacion/planton-contra-deudas-impagables-del-icetex-articulo-644535

[5]http://caracol.com.co/emisora/2016/12/20/medellin/1482235436_432400.html

[6] http://lasillavacia.com/silla-llena/red-de-la-educacion/historia/la-reforma-tributaria-agudiza-la-crisis-de-la-educacion

[7] http://www.eltiempo.com/vida/ciencia/cientificos-piden-que-recursos-de-ciencia-no-se-inviertan-en-vias-61014

[8] http://www.dinero.com/edicion-impresa/pais/articulo/distribucion-de-las-regalias-en-colombia-para-2017/243452

[9] http://www.rcnradio.com/locales/estudiantes-pilos-antioquia-denuncian-no-les-girado-dinero/

[10] Para más información remitirse a: OCDE (2013),  «Internacionalización del Sistema de Educación Superior en Colombia», en OCDE / Banco Internacional de Reconstrucción y Fomento / Banco Mundial,  Evaluaciones de Políticas Nacionales de Educación: La Educación Superior en Colombia, OECD Publishing.

 

 

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Illimani Patiño
Estudiante de Ciencias Políticas de la Universidad Pontificia Bolivariana.