¿Bogotá sobre ruedas?

Opina - Sociedad

2016-11-10

¿Bogotá sobre ruedas?

Muchas cosas no andan bien en Bogotá, eso no es nuevo. Pese a que ha habido esfuerzos en algunos frentes, la situación de la capital de la República no es la mejor así la página de la ciudad del diario El tiempo, que se ha vuelto el periódico de Enrique Peñalosa, insista todos los días en mostrar las “maravillas” que está haciendo su Alcalde.

Pero no vamos a entrar aquí a detallar las falencias o los aciertos de lo que va corrido de esta administración capitalina que, por demás, siguió polarizando y mirando por el retrovisor en lugar de unir, como se sabía desde enero, cuando tomó posesión el actual burgomaestre.

Solo quisiera centrarme en un tema que aunque suena bastante llamativo, sobre todo para los jóvenes, no lo es tanto si nos adentramos un poco en lo que se está haciendo en materia de movilidad: el uso de la bicicleta.

Para empezar, la movilidad como tal no ha mejorado un ápice. Los trancones eternos son los mismos de siempre, tanto así que ya se piensa aplicar el pico y placa en algunos sectores de la ciudad donde no existía. Reza un artículo de El Tiempo, del 23 de octubre de este año: “con un proyecto de decreto que está montado en la página web de la Secretaría de Movilidad, esta cartera buscaría restablecer el pico y placa en algunos sectores del sur y centro de la ciudad, zonas que habían sido exoneradas de esta medida en el año 2013 con el Decreto 575.” Según la concejal Lucía Bastidas, la velocidad disminuyó en esos sectores y por lo tanto, el tiempo de recorrido de las personas aumentó.

Loable la preocupación de la cabildante y del secretario de Movilidad Juan Pablo Bocarejo. En todo caso, esos son pañitos de agua tibia. En Bogotá, en materia de movilidad, lo que faltan son vías y no prohibiciones, y un espacio para todos, tal como lo prometió el mismo Peñalosa con su eslogan de campaña.

Pero en lugar de pensar en ofrecer satisfacción y calidad de vida a los bogotanos, esta administración está empecinada en que todo el mundo monte en bicicleta. Hasta planean construir más y más ciclorrutas y seguir reduciendo más y más las vías para los carros.

Ahora el reto entre Bogotá y Medellín no fue para ver qué ciudad da más comodidades a sus habitantes, sino para mostrar cuántos son capaces de montarse en una bicicleta, por un día, como si eso solucionara en algo sus trancones.

Ahora, además, resulta que se enfilan para hacer una semana de la bicicleta en lugar de hacer un año o una vida entera decente para los seres humanos que andan a pie, en carro, en moto, en bicicleta o en servicio público.

No es justo, ni posible, que se pretenda que ancianos, niños y personas con algún tipo de discapacidad se vean abocados, por cuenta del Alcalde y de sus áulicos, a utilizar un transporte que, obviamente, no es para ellos.

Tampoco lo es que quien quiera utilizar su vehículo se enfrente con la nefasta mentalidad de que quien tiene carro es algo así como un delincuente. No es más sino observar la idea de Peñalosa sobre la construcción de estacionamientos. Ahora se le ocurrió que en las futuras construcciones de conjuntos residenciales, los constructores no hagan parqueaderos. Y dice, sin sonrojarse: “Si no tiene dónde estacionar, pues no puede tener carro. Tan sencillo como eso. Tiene que usar taxi o servicio público.” Es decir, de malas los dueños de los carros, que se las arreglen como puedan. Vean ustedes al Alcalde de todos. Curiosamente El Tiempo publicó esta noticia que ha pasado de agache, como si fuera poca cosa.

La inaudita rabia que Peñalosa les tiene a los dueños de vehículos quizás lo ha cegado y por eso quiere, como siempre ha querido, que Bogotá sea una pista de BMX o algo por el estilo, pero olvida el muy mal comportamiento de los biciusuarios y la poca infraestructura que existe para que la ciudad sea ese velódromo que aspira tener.

A uno le toca, como peatón, esquivar carros que se estacionan en los andenes y como si fuera poco, con las chambonadas de otras administraciones, y que esta pretende continuar, de construir ciclorrutas sobre las aceras, también capotear ciclistas que muchas veces ni saben utilizar el caballito de acero y se lo van echando a uno por encima.

No usan casco, ni luces, ni pito, ni nada y andan en contravía cuando quieren y como quieren, todo gracias a una campaña, mal hecha, tendiente a usar la bicicleta a como dé lugar.

A mí me encanta que el Alcalde sea deportista y se la pase haciendo ejercicio en su cicla, porque qué tal nosotros, los bogotanos, con un mandatario enfermo, obeso y yendo a citas médicas cada semana en lugar de gobernar, pero que no pretenda que todo el mundo sea como él.

Imagen cortesia de: MyBike

Imagen cortesia de: MyBike

La bicicleta es un excelente modo de transporte. Tiene enormes ventajas, pero no se pueden olvidar sus desventajas, que se han minimizado y para lo cual no se ha hecho nada en pro de reducirlas. Aquí hay solo diez, tomadas de un artículo de la revista Dinero del año 2014, que valga decirlo, siguen siendo las mismas, y por las que se debe trabajar mucho más en lugar de mostrar cifras y cifras que nadie cree:

1. La inseguridad en las calles real o percibida entre la ciudadanía.

  1. El riesgo de accidente al reconocer que algunos desplazamientos se deben realizar en vías con tráfico compartido con los automóviles.
  2. La exposición de los ciclistas a las emisiones vehiculares en corredores contaminados.
  3. Las limitaciones de sitios de estacionamiento seguros.
  4. En algunas zonas de la ciudad, las deficiencias de las ciclorrutas (obstáculos, escalones, iluminación reducida, deterioro de la rasante, limitaciones de conectividad, ausencia de información al ciclista).
  5. En una ciudad como Bogotá, el clima es una de las variables que tiene mayor influencia en la intención de uso de la bicicleta. Cuando las lluvias son fuertes, los problemas de drenaje urbano limitan su uso.
  6. La ausencia de opciones que faciliten la intermodalidad (posibilidad de transporte de las bicis en buses del SITP, estacionamientos seguros en donde se pueda dejar la bici durante más de un día por situaciones de lluvia).
  7. La reducida capacidad de transporte de carga.
  8. La exposición de la carga u objetos personales durante el recorrido.
  9. En algunos segmentos de la población tienen percepciones en las cuales el ciclista es una persona con una condición económica baja o que la bicicleta es un modo de transporte incómodo que genera un desgaste físico o que no está acorde a las actividades diarias.”

(Si lo desean, pueden ver aquí el artículo completo)

Como ven, falta mucho para que, tan solo en el tema de movilidad, Bogotá marche sobre ruedas y pueda ser la ciudad de la bicicleta. Tan solo en ese tema, imagínense el resto…

El día que Bogotá tenga cómo ofrecer a sus ciudadanos la posibilidad de movilizarse como quieran, ya sea en motocicletas, carros, bicicletas, servicio público decente y no cajas de sardinas como los buses de TransMilenio o buses viejos del SITP que tiene problemas todos los días, o a pie, ese día la capital será mejor para todos, antes no. Hay que pasar del eslogan y de las frases engañosas a los hechos y a las acciones.

A punta de discursos, anuncios, renders y maquetas de 6.000 piezas y 1.800 millones de pesos, Bogotá no se arregla, ni rueda.

Publicado el: 10 Nov de 2016

 

( 1 ) Comentario

  1. No soy experto en estos temas, pero quiero que alguien investigue cómo el agua de Chingaza llega a convertirse en el «Agua Manantial» tan publicitada en TV privada, si es que todos los usuarios de Bogotá estamos pagando parte de esa agua que después embotellada en plásticos contaminantes la estamos consumiendo. Para CocaCola-Femsa dueño de Agua Manantial representa una millonada. Será que el agua que es un recurso natural y público está incrementando las utilidades de algún privado, con cargo a lo que los usuarios pagamos por ella??..
    Que alguien que pueda nos aclare eso. No soy experto en estos temas, pero quiero saber si esto no es como tantos casos un enriquecimiento para unos privados con un recurso público y natural.

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Mauricio Galindo Santofimio
Comun. Social-Periodista. Asesor editorial y columnista revista #MásQVer. Docente universitario. Columnista de LaOrejaRoja.