Barbosa se deshizo de la fiscal que capturó a ‘Popeye’ y a Villegas, entre otros

Columnista:

  Juan David Ramos Sierra

Con las renuncias protocolarias de algunos directores regionales y la noticia de prescindir de la funcionaria Claudia Carrasquilla, conocida como la “dama de hierro”, arranca la nueva administración del fiscal general de la Nación, Francisco Roberto Barbosa, que con tropiezos comienza a caminar. 

Carrasquilla, conocida por manejar la dirección de la Fiscalía Seccional de Medellín, lideró investigaciones y procedimientos en contra de las bandas criminales de la ciudad, donde propinó varios golpes y hasta pasó a ser objetivo de amenazas y atentados. 

Dentro de sus logros está la captura de Gustavo Villegas, secretario de Seguridad del exalcalde de Medellín, Federico Gutiérrez, por brindarle información a cabecillas de estructuras criminales. También, haber capturado a Jhon Jairo Velásquez Vásquez, conocido como “Popeye”, que estaba dirigiendo una oficina criminal de extorsión y, por otros resultados adicionales, la trasladarían más tarde a Bogotá como delegada para la Seguridad Ciudadana de la Fiscalía. 

La decisión de renunciar nunca estuvo en sus planes, pero el nuevo fiscal, máxima autoridad de la entidad, en su libertad por conformar su equipo de trabajo, le puede solicitar la salida a cualquier funcionario sin importar que esta decisión sea negativa o equivocada. Con el anuncio, Carrasquilla dijo que “hay una soledad de la justicia” y siente “que me hayan dado la espalda”.

A tres años de pensionarse, luego de 26 años persiguiendo, investigando y capturando delincuentes, con un esquema de seguridad, según ella, reducido, acepta con tristeza que “nunca pensé que realmente con el cambio de administración yo fuera a salir”. 

Elegido por la Corte Suprema de Justicia y una vez posesionado como fiscal general, Francisco Barbosa presentó su equipo de trabajo y anunció que “este es el grupo que va a impulsar a 25 mil funcionarios para que todos los días hagamos una Fiscalía lejos de la justicia espectáculo”, y en el mismo encuentro, agradeció al fiscal encargado, Fabio Espitia y a la saliente exdirectora de Seguridad Ciudadana, a quien le reconoció su valor patriótico.

Barbosa, amigo íntimo del presidente Iván Duque y que pasó por Presidencia en la nueva Consejería para los Derechos Humanos y Asuntos Internacionales, no tiene experiencia gerencial ni tampoco es penalista.

Para el exministro de Justicia, Yesid Reyes, Barbosa, que tiene poca experiencia en temas penales, debe rodearse de un personal que le dé un equilibrio a su gestión; su primer reto “es escoger equipo, porque la Fiscalía es una institución tan compleja que depende en buena parte del equipo que tenga”.

Sin embargo, ya se empiezan a cuestionar las decisiones del nuevo fiscal frente a las realidades del país, como por ejemplo, no abrir la posibilidad de una excarcelación máxima por el hacinamiento en los centros penitenciarios de Colombia, que ya presentan casos de COVID-19 y, esto, porque en su opinión, “pueden alentar la criminalidad al propiciar una sensación generalizada de impunidad”, a pesar de que organizaciones expertas en el tema carcelario del país le han dicho que falta sustento y coherencia en los planteamientos de la Fiscalía. La recomendación era liberar al menos 40 mil personas, pero con el decreto del Ministerio de Justicia y las sugerencias que le hizo Barbosa, esa cifra quedó en 10 mil y como mínimo en 4 mil excarcelados.