Armitage, periodismo y machismo

Opina - Política

2016-10-31

Armitage, periodismo y machismo

La burla, la desfachatez y el chiste, se volvieron el común denominador en las actitudes del Alcalde de Cali, Maurice Armitage, cuando de responder a las preguntas de la prensa se trata, especialmente, si quienes preguntan somos mujeres.

Al inicio de su administración le pregunté cuánto tendría que esperar la ciudadanía caleña para tener un sistema de transporte digno, dijo que por lo menos 60 días… El tiempo pasó y durante la inauguración de la Estación de Bombeo Paso del Comercio, hace 3 semanas, le recordé que ya habían pasado mucho más de 60 días y los problemas del MIO seguían sin resolverse.  Su respuesta fue «va a tener que seguir esperando».

Minimiza la pregunta como si fuera mi problema personal, como si sólo yo padeciera los problemas del MIO, como si no fuera un problema ciudadano que está en la obligación de resolver. El pasado martes 25 de octubre en un evento realizado en Comfenalco Valle, Natalia Vinasco y yo, volvimos a recibir respuestas desobligantes por parte del mandatario caleño.

Intuyo que tras sus respuestas «Figura», él esconde un talante autoritario y machista, que evade con gritos y declaraciones folclóricas, no solo la verdad sobre los temas; lo más importante, en algunos casos se niega a develar la voluntad política oculta tras sus declaraciones y proyectos.

El más reciente episodio tuvo que ver con el Jarillón del río Cauca y el Cerro de Cristo Rey.  Natalia Vinasco en medio de las preguntas que todos hacíamos sobre las 21 mega obras, preguntó sobre los desalojos a las familias del Jarillón.  Hay denuncias serias ─derivadas del propio plan de desarrollo de la ciudad─ que dan cuenta de cómo tras la amenaza de inundación que afectaría a 900.000 personas en Cali, se oculta un nuevo negocio que casi que privatizaría el río Cauca.

No me opongo a la reubicación de las familias, me molesta que pretendan despacharlas con 48 millones de pesos, como si por esa plata pudieran comprar un lote o una casa de las mismas dimensiones que tienen, o tenían, en el Jarillón, con sus puercos, caballos, gallinas y pollos.  Unidades productivas que hoy les son arrebatadas, para que dentro de unos años, otros lleguen a hacer riqueza con la navegabilidad del río Cauca. ¿Invasores? Quizá, pero ¿quién lo permitió?

También me preocupa que un espacio público como el Monumento a Cristo Rey, se privatice y mañana haya que pagar para entrar a la plazoleta donde se erige. El espacio es hoy administrado por la Corporación para la Recreación Popular, y ya sabemos que tras el mantenimiento de los espacios administrados por esta entidad, vienen cobros algo exagerados por el ingreso a lugares que no han perdido el carácter de públicos, aunque los administre un particular.  Hay una preocupación ─y no infundada─ de que algunos señores de rimbombantes apellidos y tradición, tienen proyectos con el Cerro de Cristo Rey, por eso cuando le pedí su garantía como alcalde, de que el cerro no terminaría privatizado, su respuesta puso punto final a mis preguntas. Juzguen ustedes si somos muy sensibleras, o si el alcalde, una vez más, se equivocó.

Puede ser que para algunos, o la mayoría de mis colegas, no les parezcan reprochables las actuaciones del alcalde; yo creo que sí lo son, y no busco ni el aplauso ni la solidaridad de otros periodistas.  Escribo y digo lo que pienso, creo que eso hacemos todos.  Cada persona dedicada a este oficio tiene su visión del mundo y esa visión es la que nos define y orienta al momento de escribir u opinar.

Pienso que las respuestas de «Figura» son ofensivas, groseras y machistas, porque ninguna de las preguntas formuladas carece de conocimiento, profundidad e intención.  Las preguntas buscan que el alcalde diga la verdad sobre algunos de sus proyectos: ¿Hay o no un proyecto privatizador del río Cauca tras la recuperación del Jarillón? ¿Hay o no, la intención de cobrar por el ingreso al Cerro de Cristo Rey?

Ni Natalia Vinasco ni yo somos brutas, pero claro, somos mujeres, y hay quienes piensan que ser mujer y bruta es redundante. El alcalde ha pretendido, entre cariños y burlas, silenciar nuestras preguntas, por eso yo le exijo respeto al hombre que debe ser ejemplo a seguir de esta sociedad, la misma que lo eligió como la primera autoridad de la ciudad.  Las mujeres queremos ser respetadas en todos los escenarios: en nuestras casas, en la calle, y en nuestros lugares de trabajo.  Cuando voy a una rueda de prensa estoy en mi lugar de trabajo, y allí también exijo y merezco respeto.

Las mujeres hemos ganado espacio en los medios de comunicación, pero no el respeto necesario. No quiero referirme a los eventos de los que he sido protagonista y que puedo detallar como síntomas de un machismo que se niega a desaparecer, pero es claro que la sociedad no cambiará mientras al frente de los micrófonos estén las ideas religiosas de algunos y el modelo patriarcal de otros. Cuando la idea subversiva que cuestiona esas ideologías surge del cerebro y de una boca femenina, es fácil encontrar hombres, e incluso mujeres, que pretenden silenciarnos.

Queda mucho por hacer en esta búsqueda de espacios y respeto, por ejemplo, las caras de las mujeres que hacen televisión deben mantenerse frescas y lozanas porque nuestras arrugas son mal vistas; a los hombres, sin embargo, nadie les cuestiona qué tan arrugados, gordos o feos se vean. Es discriminatorio, guarda relación directa con el imaginario colectivo de que solo servimos jóvenes y bellas; una vez convertidas en ancianas, pueden tirarnos por la ventana como hacía un jefe en un comercial de televisión con «su vetusta» secretaria.  No modificar una coma siquiera, al «enfoque de género» en los Acuerdos de la Habana, es un imperativo moral.  Nuestra sociedad debe seguir madurando y evolucionando, el machismo debe ser erradicado de nuestras vidas.

Publicado el: 30 Oct de 2016

 

( 4 ) Comentarios

  1. ReplyLuis Alfonso Ramirez

    Muy buen artículo Carmen Alicia. De acuerdo en todo lo expresado

  2. Carmen Alicia, agradezco su articulo, muchas personas pasaron por alto esta respuesta del Alcalde de Cali, que entre chiste y chanza pretendió ofenderte a ti, a las mujeres que te acompañaban, y a las mujeres que vieron el video…pero como este trato es tan «común» por parte de los patriarcas viejos de Cali, se le resto importancia, pero NO!. El respeto por las Mujeres no debería exigirse, debe ser, en este caso, por su celebre visibilidad debería hacerlo merecedor de otra nota OFRECIENDO disculpas públicas.
    Carmen Alicia qué el Alcalde no le de «Garantías» a los Caleños no es necesario que lo diga pues lo estamos viendo en su gestión, pero que nos compare con su mujer (a quien de hecho creo que todos imaginamos bajo un trato misógino,es lamentable). Como Hombre le expreso mi solidaridad y valoro la valentía como escribiste este articulo. Efrain Valencia Valencia

  3. Gracias Efraín, el reproche social es necesario para crecer en buenas prácticas comunitarias, puede que a quienes actúan como el Alcalde pues el tema les resbale, pero quienes creemos que no es correcto, por lo menos lo expresamos.

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Alicia Sarmiento
Periodista, abogada de la Universidad Santiago de Cali y libre pensadora.