2018: ¿Otra vez los mismos?

Las castas políticas que históricamente nos han gobernado conservan y conservarán el mismo trato hacia nosotros los del pueblo. Nos han visto y nos verán como sus sirvientes y no como a sus compatriotas.

 

Opina - Política

2017-12-10

2018: ¿Otra vez los mismos?

Estamos ad portas del círculo vicioso que cada cuatro años tiene su punto de nacimiento y de continuidad histórica en nuestra patria y que ha regido nuestros destinos desde que fue fundada la república de Colombia e incluso desde mucho antes, pues si bien no había una llamada (en el papel) “democracia”,  los primeros avasalladores españoles y sus descendientes hacían las veces de los que hoy conocemos como mandatarios elegidos por voto popular. Su equivocada aunque intencional manera de gobernar ha tornado nuestro cotidiano vivir en un infierno cuando, paradójicamente, habitamos en un paraíso.

¡Sí! Un paraíso de incomparable exuberancia natural, belleza, y riqueza, y que en contraste, es uno de los países más desiguales del mundo (1), el segundo más desigual del continente (2), con uno de los peores sistemas de educación (3), el país más violento del hemisferio y uno de los diez más violentos del planeta (4), entre otros delicados problemas a los que nos han condenado.

¿Cómo es posible que un suelo rebosante de condiciones privilegiadas sea atravesado por una pobreza y subdesarrollo prominentes en la tierra? La respuesta es tan sencilla como indignante: la extrema desigualdad en la distribución de su riqueza, ¿y los causantes? Es tan obvio y conocido: la clase dirigente y su círculo oligárquico.

Las castas políticas que históricamente nos han gobernado conservan y conservarán el mismo trato hacia nosotros los del pueblo. Nos han visto y nos verán como sus sirvientes y no como a sus compatriotas a quienes se deben.

Sus inmensas fortunas y desmedido poder provienen del engaño y  sometimiento del pueblo a sus designios; para eso es que gobiernan, para sus intereses y la salvaguarda de estos, aunque los principales opresores están detrás del telón teatral de la politiquería colombiana.

Los verdaderos artífices de nuestra miseria son personajes sumamente poderosos que con las más detestables maneras han amasado sus desmesuradas fortunas: engañando, robando (corrupción), matando, (masacres campesinas y de líderes sociales), anclándose al poder estatal para obtener el poder total, legislando para ellos y en detrimento de las mayorías; peligrosos gánsters camuflados como prósperos empresarios, (5) como banqueros, dueños de canales televisivos y radiales, propietarios de la industria de los refrescos, de los sectores azucarero y cervecero, del trasporte aéreo, del minero, del latifundio, terratenientes, narco-paramilitares, etc.,  y todo tipo de calañas a quienes ni sus finas vestimentas de paños ingleses o sus falsas campañas de solidaridad logran lavar su verdadera imagen malevolente  y avarienta.

Cuando un líder popular pretende arrebatarles el poder y ponerlo en favor nuestro, las fuerzas oligárquicas hacen gala de sus argucias y de su reprochable actuar, activan su poderosa prensa para que desinforme y tergiverse las ideas populares con el fin de generar un  rechazo hacia éstas por parte de la sociedad, que aunque urgida de un cambio, cae en el sueño opiáceo implantado en su mente, y si a pesar del trabajo de su prensa no logran obtener sus objetivos, no dudan en optar por la violencia: las amenazas o las balas resonarán si sienten que un comisionado del pueblo vierte una amenaza inminente sobre sus privilegios.

El triste y perdurable caso de Gaitán en el 48 es prueba irrefutable del maquiavelismo oligárquico, así como los de valerosos hombres como Pizarro, Jaime Pardo, Antequera, Cepeda, Jaramillo Ossa, Jaime Garzón e innumerables hombres que tenían el potencial de cambiar el país pero que la mano negra cortó sus existencias en un inocuo intento de coartar sus ideas.

Las políticas neoliberales —característica principal de las élites criollas— son, sin duda, las que nos tienen sumergidos en el atraso y la pobreza; los estudios así lo confirman, la historia se confronta y la luz resplandeciente de la verdad sobresale por encima de la turbia y confusa de la de los negacionistas.

El neoliberalismo es la forma más facilista que la oligarquía ha tenido para enriquecerse (por eso decidieron hacer la paz: sabían el riesgo que para su capital y el extranjero representaban las guerrillas predominantes en zonas de mucho potencial en recursos naturales, los cuales pretenden explotar de forma intemperante. Entendieron que la vía armada no les dio resultado a pesar de lo larga e intensa de la misma, lo mejor era una negociación disfrazada de intenciones pacifistas) (7).

El alza en los impuestos a los pobres y la reducción de los mismos a los ricos, la entrega de los copiosos recursos naturales a las grandes multinacionales, la nula inversión en campos tan vitales como el agro, la educación y la salud; la escasa y tardía justicia, la evidente preferencia y defensa de sus negocios empresariales que, por ejemplo, justifican el ridículo e indignante incremento del salario mínimo al aducir que se generaría desempleo, o que sus empresas quebrarían (ellos le llaman “quebrar” a todo negocio que no les genere el 100 y 200 % de ganancias) y toda política emanada de nuestros mal llamados dirigentes y que afectan al ciudadano de a pie, son sólo algunos ejemplos del talante gubernamental de los poderosos. El capital privado dominando el poder estatal, económico  y político de una nación: una realidad innegable y sumamente peligrosa.

Somos colombianos dignos y queremos vivir como tales. Pero para el logro de tan natural y humano objetivo, es necesario replantear nuestro pensamiento. Si conociendo las circunstancias y las razones de nuestro padecimiento seguimos eligiendo a los mismos que nos someten a su voluntad, lo que deberíamos replantear es nuestra psicología, una psicología enfermiza, masoquista, gustosa del dolor. Tal vez la costumbre de ser maltratados por siglos, ha engañado nuestra razón y esta ha determinado como normal el mal vivir;  “nada más desalentador que un esclavo satisfecho”,  expresó el filósofo Ricardo Flores Magón (8).

Tenemos un conflicto por resolver: ¿En 2018 le daremos continuidad  –a través de nuestro voto—  a ese círculo vicioso o le damos un giro? ¿Cuál es nuestra propuesta? Un gobierno que nos represente, o sea un gobierno popular y por favor, no entremos en la improductiva discusión de que si este o el otro, debe ser uno que haya demostrado en sus propuestas y en su praxis política que ha estado con las mayorías y no con la minoritaria y excluyente élite; sabemos que dentro de los partidos de izquierda hay rupturas o sectarismos y que tal vez sea esa la razón más relevante por la cual no han logrado llegar a la primera magistratura del estado colombiano.

¿Cuál sería el error a corregir? Precisamente ese, el del sectarismo y separación a la hora de las contiendas electorales y para eso debemos ser conscientes de que son más las causas que nos unen que los egos que nos separan, la unión hace la fuerza.

Entendámoslo, no hay que confundir las ideas nobles de la justa, necesaria y urgente redistribución equitativa de las riquezas de una nación representadas en la izquierda, con el actuar de algunos que se declaraban como sus militantes pero que la traicionaron por la codicia que escondían (como Samuel Moreno, Clara López o Everth Bustamante) y mucho menos con casos como los de Venezuela, que es utilizado por la prensa privada para crear pánico colectivo con  el “castro-chavismo”,  “argumento” risible que pretende desconocer totalmente las realidades político-económicas de las dos naciones, la colombiana y venezolana, pero que ha calado hondo en el subconsciente colectivo de la sociedad colombiana muy ignorante y con una inmensa falta de educación política y económica, lo cual ha reforzado tan burdo engaño, convirtiéndolo casi en una amenaza terrorífica pero sin sustento en la realidad (9).

Por razones como las anteriores, entre otras, es que educar al pueblo significa el fin de esas élites mafiosas, porque al hacerlo el pueblo se les rebelaría, no en vano es el hecho de que la educación superior de calidad en Colombia sea “cosa de ricos” y casi un sueño inalcanzable para las masas, tan sólo un reducido grupo logra ingresar a las universidades estatales y el desempleo que los espera cuando terminan los abraza con fuerza: ¡Qué tipo de sociedad podemos esperar!

Hemos logrado algo muy valioso que aunque no es la paz real sí es el primer paso hacia ella: el silencio de los fusiles y las bombas entre gobierno y Farc (10), pero aún estamos en riesgo de que ese pacto se nos sea arrebatado, por eso es igual de importante elegir a quienes nos garanticen su cumplimiento. La paz real es ante todo justicia social.

¡No más Santos, no más Vargas Lleras, no más uribistas, no más liberales tradicionales, no más conservadores, no más partidos disfrazados de adalides populares! Ellos solo nos garantizan la perpetuidad de nuestros males, es la hora más que justa de unos nuevos representantes, los hay, con un poco de esfuerzo en su estudio los veremos, pero deben unirse ellos y también nosotros. Una votación contundente a su favor le daría un nueva visión al futuro de Colombia; la antigua visión, la de los dominantes, ha demostrado ser nuestra ancla al fracaso y atraso, 200 años de los mismos son más que suficientes.

 

 

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(1) http://www.las2orillas.co/colombia-es-uno-de-los-paises-mas-desiguales-del-mundo/

(2) http://www.bbc.com/mundo/noticias/2016/03/160308_america_latina_economia_desigualdad_ab

(3) http://www.elespectador.com/noticias/educacion/colombia-entre-los-ultimos-puestos-del-ranking-de-educa-articulo-461886

(4) http://www.eltiempo.com/politica/justicia/colombia-el-pais-mas-violento-del-continente/15965877

http://www.elpais.com.co/elpais/judicial/noticias/colombia-entre-10-paises-violentos-mundo-segun-informe-amnistia-internacional

(5) https://www.youtube.com/watch?v=dPZvuixzLaE

http://lasillavacia.com/historia/postobon-y-los-paras-cero-y-van-cuatro-56416

(6) http://www.eltiempo.com/politica/justicia/cifras-de-las-victimas-del-conflicto-armado-en-colombia/16565045

(7) https://www.youtube.com/watch?v=D4A04OkdHwI

(8) https://www.google.com.co/search?q=magon+ricardo&biw=1093&bih=538&source=lnms&tbm=isch&sa=X&ved=0ahUKEwiUuK-qscrRAhWM7SYKHSD1DlMQ_AUIBigB#tbm=isch&q=magon+ricardo+frases&imgrc=qbQgkzQVXCrgGM%3A

(9) http://www.las2orillas.co/castrochavismo-cascaron-vacio-del-uribismo/

(10) http://conlaorejaroja.com/el-solo-silencio-de-los-fusiles-no-signfica-la-paz-real/

 

 

 

 

 

 

 

( 3 ) Comentarios

  1. Me gusta leer noticias, estar informado sobre la política, economía ….por favor enviar

  2. ¿Opciones? No las hay. Ese Fajardo es un lobo disfrazado de oveja, una marioneta más, un uribito disfrazado…

  3. Por eso precisamente debemos respaldar el pacto histórico para salir de este atolladero en que nos metió el cerdo y el matarife.

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C. Arteaga
Un joven del común, preocupado por la situación, económica, política y social de nuestro país. Activista político en redes por el despertar de la consciencia colectiva de la sociedad colombiana. “Que nadie, mientras sea joven, se muestre remiso en filosofar, ni, al llegar a viejo, de filosofar se canse. Porque, para alcanzar la salud del alma, nunca se es demasiado viejo ni demasiado joven.” –Epicuro